¿Trasvase? ¿Qué trasvase?
¿Trasvase? ¿Qué trasvase? (Henares al día, 01.10.13).
«El Gobierno, a través de la comisión de explotación del Tajo-Segura, aprobó el 26 de septiembre un trasvase de 228 hectómetros cúbicos para los próximos seis meses. Apenas 58,3 hectómetros irán destinados a abastecimiento y el resto, a regadíos. La decisión llega cuando las reservas de la cabecera del Tajo rozan el 30%, frente al 70% del resto de ríos del Estado. La Plataforma en Defensa del Tajo y el Alberche calcula que la cantidad que se trasvasará es similar al consumo de Toledo durante tres décadas. El dato da una idea del daño infringido a una cuenca repudiada por la Administración del Estado.
El nuevo trasvase es una salvajada medioambiental, pero también un golpe encima de la mesa del Ministerio de Medio Ambiente. Arias-Cañete no ha ejercido el papel ponderado que se supone en un ministro. Su actuación está siendo decisiva para perpetuar el trasvase (la reforma fallida del Estatuto castellano-manchego exigía su supresión) y favorecer las posiciones de los regantes murcianos. El crecimiento de un 18% de la reserva hídrica, que Cospedal vendió como un éxito, puede quedarse en agua de borrajas. Las plataformas del Tajo sospechan que el Ministerio de Medio Ambiente pretende que los embalses de Entrepeñas y Buendía “no alcance a la fecha de la aprobación del nuevo plan de cuenta del Tajo la cifra de 900 hectómetros cúbicos, porque de esta manera la raya de Entrepeñas y Buendía subiría automáticamente hasta los 400 hectómetros”. De ahí el interés de Cañete en seguir aprobando trasvases justo ahora, cuando las reservas de la cabecera siguen menguando.
La posición oficial del Gobierno de Castilla-La Mancha es la de no recurrir ningún trasvase por respeto a la legalidad. Esta actitud, en principio conciliadora, choca con la estrategia del Ministerio, que negocia desde hace meses con los gobiernos valenciano y murciano un memorándum para blindar el trasvase. El documento estaría al margen de la ley, incluida la Directiva Marco del Agua. En este contexto, contrasta la opacidad de Cañete con el silencio de Cospedal. ¿Trasvase? ¿Qué trasvase? Es lo que andarán preguntándose en Fuensalida porque ni el memorándum, ni los últimos trasvases han merecido una reacción de la presidenta, lo cual retrata el grado de irrelevancia de Castilla-La Mancha en un enjuague en el que se trata al Tajo como simple hidrocolonia».