Y ahora, a por las pensiones
Y ahora, a por las pensiones. (Henares al día, 24.09.2013).
«Cuando Rajoy accedió a La Moncloa, la hucha de las pensiones sumaba 80.000 millones de euros. Ahora ya está por debajo de los 60.000. El descenso no se debe al aumento vertiginoso en el número de pensionistas, sino al desplome de la recaudación por la sangría del paro. El problema de las pensiones en España no reside en la esperanza de vida, sino en el desempleo. Y, muy especialmente, en el desempleo juvenil, que lastra cualquier atisbo de recuperación en los ingresos del Estado.
Pese a que la situación no necesita más dramatismo, el Gobierno lleva tiempo centrado en un mensaje demagógico y alarmista en esta cuestión. Lejos de invertir la bajada de salarios y de estimular la creación de empleo, su obsesión es lanzar la idea de que el sistema público de pensiones hace agua. Así los planes privados tienen más fácil hacer un negocio que los expertos calculan en 15.000 millones de euros anuales. Y así también es más fácil que cunda la incertidumbre con la que, a partir de ahora, tendremos que convivir contribuyentes y jubilados. Los primeros porque no sabremos cuanto cobraremos de pensión o, al menos, si cobraremos. Y los segundos porque verán menguado su poder adquisitivo de forma notable.
Antes de las elecciones, el presidente Rajoy prometió recortar en todo “salvo en pensiones, sanidad y educación”. En su discurso de investidura salvó solo a las pensiones. Ahora los ciudadanos, incluso muchos de los que votaron al PP, asisten atónitos a un reguero de incumplimientos de un programa electoral convertido ya en mercancía obsoleta. Es difícil mentir tanto en tan poco tiempo, pero Rajoy y sus ministros han consolidado una manera poco novedosa, pero muy efectiva de practicar la política: hacer todo lo contrario de lo que dicen, mientras la gente permanece impávida, resignada y muerta de miedo. Es la famosa doctrina del shock, pero en versión cazurra. Sin el menor arte en el manejo de la comunicación política».