La Garlopa Diaria

4 junio 2012

Guarinos reescribe la historia

La entrevista que Mar G. Illán, directora de Encastillalamancha.es, realiza esta semana a Ana Cristina Guarinos López no tiene desperdicio. Es interesante y reveladora. Claro que, justo es decirlo, Guarinos es una presa fácil para cualquier periodista de la región. Me recuerda a Luis Padrino, Pepe Molina o a su compañero de filas Leandro Esteban. Tiene la lengua tan afilada, le gusta tanto disparar al adversario, se siente tan cómoda en el barrizal dialéctico, que no es extraño que en cada entrevista deje un par o tres de titulares de esos que nos gustan a los periodistas y que funcionan tan bien a cinco columnas o en internet.

En el texto que ha aparecido publicado, Guarinos no desliza ni un solo proyecto propio que haya puesto en marcha durante casi un año al frente de la Diputación de Guadalajara, salvo el plan de austeridad. Ensalza al actual secretario provincial del PSOE, templando gaitas antes de que ella sea elegida presidenta del PP alcarreño, y critica a su adversaria en Diputación. No debe inquietarse Pérez León. Por lo que estamos viendo hasta ahora, solo el bagaje de la propia acción de gobierno y su comparación con los cuatro años anteriores será suficiente argumento de autoridad como para contestar cualquier diatriba verbal. Una cosa es ahorrar y otra sumir a esta provincia en la tristeza y la caspa incesantes.

Además de admitir que no es la «enchufada» de Cospedal, la entrevistada se suelta el pelo tachando de «radicales» a algunos de los dirigentes del PSOE en la región. La señora presidenta debe considerar que todos sufrimos amnesia y que ya nadie recuerda sus intervenciones estrella en la anterior legislatura, cuando ejercía de portavoz popular en las Cortes, esto es, de látigo de Barreda. Y no precisamente en tono constructivo o moderado. Ahí está el diario de sesiones de las Cortes para atestiguarlo.

De todos modos, la respuesta de traca, la que me ha dejado turulato, la que a cualquier persona medianamente documentada le hace saltar de su silla, es la que pronuncia cuando es preguntada por los líderes sindicales de Castilla-La Mancha.

Sobre José Luis Gil, secretario regional de CC.OO., sostiene Guarinos: “Siempre he pensado que estaba en un lugar que no le correspondía o que no sabe muy bien cuál es el sitio que le corresponde. Confunde el sindicalismo con la política, en este caso del PSOE. Creo que jamás deben confundirse sindicalismo y política y él la línea la ha cruzado”.

Saquemos el temario de educación básica de política. Sindicalismo y política son dos ramas del mismo tronco, y aún puede decirse que el sindicalismo es anterior a la política. El derecho sindical nació a finales del siglo XIX fruto de la Revolución Industrial. Hasta entonces, las asociaciones de trabajadores estaban prohibidas y se consideraban delito penal. Inglaterra legalizó el primer sindicato en 1824. A partir de 1850 llegan a Alemania y Bélgica, entre otros países europeos. Catorce años después, Francia reconoce el derecho a la huelga como uno de los derechos fundamentales. La Primera Internacional (1864) y la Segunda Internacional (1889) consagran la expansión del movimiento obrero basado en reivindicaciones laborales, presupuestos filosóficos y, oh sorpresa, también ideas políticas.

Por no alargarlo más: en cuanto a España, Comisiones Obreras es el prototipo de sindicato de clase, muy ligado al viejo PCE y ahora a la izquierda ortodoxa. Pero es en UGT, cuyo nacimiento está íntimamente ligado al PSOE, donde se observa con claridad el fino hilo que separa la política del sindicalismo. La Unión General de Trabajadores se fundó en 1888, nueve años después del alumbramiento del Partido Socialista. Ambos de la mano de Pablo Iglesias. Son dos organizaciones vinculadas, pero independientes.

Los líderes sindicales actuales no ejercen la representación popular, pero debe ser muy corto el concepto de política que maneja Guarinos si reduce esta actividad solo a quien es elegido para un cargo público. Los sindicatos ejercen la representación laboral, no política, pero lo hacen en base a una ideología común a sus afiliados. Por tanto, el sindicalismo es política, y no precisamente de derechas. Resulta un argumento mendaz acusar a un líder sindical de hacer política. Es como si acusáramos a un ferretero de vender tornillos, a un estanquero de trajinar con tabaco o a un carpintero de serrar la madera.

El argumento, tan simplón, no es espontáneo. De hecho, está siendo utilizado machaconamente por aquellos políticos y medios de comunicación empeñados en criminalizar el actual modelo de sindicatos de clase. La fijación se hace especialmente ridícula en quien trata de pasar por moderada frente al “radicalismo” de aquellos que se sitúan en sus antípodas. Políticas, por supuesto.

2 comentarios

  1. gold price dice:

    El cambio ha sido brutal para el político vasco ya que desde 2009 estaba, según algunos, “en un retiro obligado” como europarlamentario. Este ingeniero y jurista, ha tenido una trayectoria política marcada por el sindicalismo. A los 14 años empezó a trabajar en una fundición en Pasaia, Guipuzcoa, y allí, estudiando por las noches, se sacó el título de ingeniero técnico industrial. En 1985 fue elegido presidente del PSE-EE de la mano de Txiqui Benegas. Fue vicelehendakari, secretario general de los socialistas vascos y diputado nacional.

  2. La diputada regional del PSOE castellanomanchego Blanca Fernández había acusado hoy al Partido Popular de hacer «un ejercicio de incoherencia política» al permitir que el empresario Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, entrase como consejero en Red Eléctrica.

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