Prensa afín
La Fundación CatDem y la Universitat Internacional de Catalunya se han entretenido elaborando un estudio en el que analizan las tendencias de los diputados del Parlamento catalán relacionadas con la prensa escrita: qué diarios leen, cuáles son los columnistas a los que siguen, si se informan o no a diario. Y así. Cuestiones muy relevantes, como se ve, para una comunidad autónoma con un paro desbocado, una deuda atroz, un déficit galopante y un recorte violento de los servicios públicos.
Pues bien, lo que más me ha llamado la atención ha sido la noticia que publica la edición digital de La Vanguardia. A la hora de reseñar los gustos de sus señorías, el diario del Grupo Godó publica: «Los consumos varían entre los diferentes grupos políticos, que leen prensa afín a su tendencia, según conluye el estudio: los de CiU leen La Vanguardia como primera opción, los del PSC, El País; los del PP, El Mundo; los de ICV, El País; y ERC, el diario Ara«. (lavanguardia.com – 16/04/2012 – 18:57h).
La noticia dice que son los autores del estudio quienes hablan de afinidad, pero el periódico transige y lo publica a modo de información, como si fuera un hecho contrastado.
Nunca antes había visto reconocer a un periódico estar cerca de un partido político con la claridad meridiana con la que La Vanguardia reconoce ser «prensa afín» de CiU. O viceversa, que para el caso es lo mismo. No es extraño relacionar La Vanguardia con el partido nacionalista, burgués y católico de Cataluña. Lo extraño es ver al periódico asimilar esta realidad en toda su extensión.
Se hace muy difícil comprar periódicos si los mismos periódicos admiten el encasillamiento de sus propias líneas editoriales. Como si fuera algo normal o aceptable. Como si la prensa necesitara siempre el paternalismo de la política para ser y sentirse algo importante.