La Garlopa

El sábado anduve toda la mañana por la Sierra de Guadalajara, de la ‘ceca a la meca’, utilizando el coche. La única emisora que se escucha bien en esta zona del centro de España es la Cope. ¿Por qué? Porque tiene una emisora propia en Sigüenza que hace que su frecuencia sea la que llegue con mayor nitidez. De SER Guadalajara, sin noticias, porque para la SER parece que la provincia termine en Cogolludo y en Torija. Y de Radio Nacional, pues depende. Depende de si el día está fino y alcanza la señal de Soria o incluso de Madrid si no hay niebla en el Ocejón. El resto de emisoras, ni lo sueñen. Siempre nos quedará la radio digital en la TDT (si no falla la TDT, claro).

Bueno, viene todo esto a cuento porque el sábado no me quedó más remedio que escuchar durante toda la mañana la Cope. Me gusta leer, escuchar y ver programas y periodistas con los que creo que en un principio no voy a estar de acuerdo. Lo que no me gusta es leer, escuchar y ver programas que me insultan. Y la verdad es que me quedé atónito. Los medios de la derecha andan como locos en una carrera desenfrenada a ver quién dispara más y mejor contra Zapatero, y en esa carrera todo vale. El presentandor del programa del sábado en la Cope (un estupendo locutor, por otra parte, Rafael Sánchez) salpicaba todos sus comentarios con alusiones ofensivas hacia Zapatero, viniera o no a cuento del asunto que abordara en ese momento. Hablaban de cocina… y la cosa terminaba en una mofa contra Zapatero. Hablaban de música… y ídem. Hablaban de cultura… y tres cuartos de lo mismo. Siempre Zapatero. Zapatero, Zapatero y más Zapatero. Como si los problemas del país fueran sólo su presidente. A todo esto sumen los boletines horarios (pura descarga de adrenaliza antizapateril) y sumen también una campaña que han iniciado en internet con una página web que pide «elecciones cuanto antes». La web, al parecer, lleva ya miles de adhesiones.

Insisto: me gusta mucho ser crítico. También, por supuesto contra Zapatero y contra el Gobierno, especialmente, por sus bandazos y errores supinos en la gestión económica. Pero produce un poco de hastío escuchar siempre la misma crítica fácil y plagada de descalificaciones a quien, por el momento, sigue siendo el presidente del país. El ‘pateo’ es ya tan enorme que el personaje causa hasta misericordia. Pasarse de frenada quizá puede ser tan lamentable como quedarse corto. Y no vale sólo para la Cope. La Gaceta titula esta mañana: «La serpiente hipnotiza otra vez a Zapatero» (por ETA). Hoy ABC lleva a su portada que el PSOE se «desangra». ¿Sabe el ABC que algún día, algún año, algún siglo de estos, también se puede criticar al PP, como hace El Mundo con el caso de los trajes de Camps? Y más aún: ¿Hay vida en la prensa más allá de la crítica furibunda, hiriente y personalista al presidente Zapatero?  

Somos muy pesados y muy partidistas los periodistas. Casi todos. Y a lo mejor por eso cada vez se venden menos periódicos.