La Garlopa Diaria

5 marzo 2010

Impuestos, lo que va de 2004 a 2010

A propósito del debate sobre la subida del IVA que el Gobierno va a implantar a partir de julio, y al margen de que podamos considerar positivo o negativo subir los impuestos, creo que conviene mantenerse cerca de las palabras y de los hechos de quien está gobernando el país para poder enteder algo de lo que está pasando. De esta forma, podemos analizar si el presidente Zapatero actúa o no con coherencia en este asunto de los impuestos.

Y como quiera que tengo la manía de guardar recortes de prensa y coleccionar periódicos atrasados (aun contando con Google y los buscadores de internet), traigo aquí un par de reflexiones del presidente del Gobierno en las que defendía con fervor su rechazo a la subida de impuestos. Justo en la línea de aquel imberbe Zapatero, recién llegado a La Moncloa, que le espetó a Tony Blair aquello de «bajar impuestos es de izquierdas» (a Blair, claro, no le sonó raro porque eso mismo ya lo había hecho en Reino Unido a costa de desproteger los servicios públicos).

Vaya por delante que yo sí soy partidario de subir impuestos… siempre que eso implique mayor control del gasto y del déficit y mejor cobertura de la sanidad y la educación públicas. Pero vayamos a las palabras de Zapatero. Juzguen ustedes la evolución de su pensamiento, la evolución del déficit de España y la evolución de la presión fiscal.

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Foreign Policy, febrero-marzo 2006

En una entrevista que le hizo Andrés Ortega en la edición española de Foreign Policy, publicada a principios de 2006, Zapatero sostuvo en referencia a las relaciones que mantenía con su colega Blair: «Estoy de acuerdo con su defensa de una economía abierta y competitiva, con un presupuesto público equilibrado y sin déficit crónico. Un partido de izquierdas no tiene por qué gobernar subiendo incesantemente los impuestos y los gastos. En España, los presupuestos de 2006 son los que incluyen más gasto social, en pensiones, en sanidad, en educación y en infraestructuras públicas, en mucho tiempo. Y todo esto sin subir los impuestos y manteniendo el rigor fiscal. No sólo sin déficit, sino con posible superávit».

Bien, aún más. En la mañana del 20 de septiembre de 2004, el magnate de la prensa norteamericana, Rupert Murdoch (conocido por sus posiciones ultraconservadoras y ultraliberales), mantuvo una entrevista personal con Rodríguez Zapatero en un hotel de Nueva York. Esto lo cuenta Javier Valenzuela en su libro del que hablaba anteayer. Entre los múltiples asuntos que abordaron, Murdoch inquirió por las posiciones económicas de Zapatero. Y éste contestó:

«Creo en una buena enseñanza pública, en una buena sanidad pública, en que se ayude a los desempleados a volver al mercado laboral con mejor preparación y en que se paguen unas pensiones dignas a los jubilados y los discapacitados. Pero no se asuste. No pienso subir los impuestos. Al contrario, voy a bajarlos todo lo que pueda y, aun así, mantener el equilibrio presupuestario. Mi ministro de Economía me asegura que hasta vamos a conseguir superávit fiscal. Se preguntará, entonces, de dónde pienso sacar el dinero. Pues se lo diré claramente: haciendo que el crecimiento económico de España se mantenga e incluso se amplifique, y para eso lo mejor son las empresas privadas, su dinamismo, su capacidad de adaptación, su profesionalidad. Soy un firme partidario de la empresa privada: si a ellas les va bien, se genera empleo, el Gobierno recauda más impuestos y hay más dinero para el Estado del bienestar. Ya ve: no soy comunista».

Pues ya ven, desde luego no era comunista. Quizá tampoco sabía que era un socialista clásico.

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