Autovía de Molina, de la promesa a los mapas
El 19 de febrero de 2008, en un mitin de precampaña de las elecciones generales, y ante más de 3.500 simpatizantes que atestaban el Polideportivo San José de Guadalajara, José Luis Rodríguez Zapatero prometió la conversión de la Nacional 211 en autovía desde Alcolea del Pinar hasta Monreal del Campo. No una vía rápida, como se había anunciado desde el Gobierno, sino una autovía, satisfaciendo así una reivindicación histórica del Señorío de Molina. Fue la gran baza de los socialistas de Guadalajara en esos comicios. Después, Zapatero conservó La Moncloa y la promesa se convirtió en compromiso político que ahora está empezando a gestarse.
Prometer la construcción de una carretera es cosa fácil. Ver materializada esa promesa ya es bastante más difícil. Y en Guadalajara tenemos ejemplos sobrados, como la Autovía de la Alcarria, que no acaba de despegar, o el tercer carril de la A-2, la eterna promesa tanto del PP como del PSOE. En el caso de la Autovía de Molina, que así se la llama aunque la denominación oficial aún no está decidida, podría decirse que ya ha echado a andar. La tramitación comenzó con la publicación, el pasado 24 de junio, del estudio informativo por parte del Ministerio de Fomento a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), y el correspondiente periodo de alegaciones, que terminó ayer, 13 de agosto. Este trámite, previo a la declaración de impacto ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, suele alargarse mucho. En cambio, Jesús Alique, diputado nacional socialista por Guadalajara, avanzó que “no retrasará el proyecto dado que el informe ambiental que ya se había elaborado para la vía de alta capacidad prevista para este itinerario podrá ser adaptado a las nuevas circunstancias”. La realidad es que Fomento no ha confirmado ni desmentido este extemo. Después del informe ambiental será el turno de la licitación de la obra y, finalmente, la adjudicación. Pueden transcurrir varios ejercicios, aunque lo fundamental es que el proyecto reciba los fondos necesarios en los Presupuestos Generales del Estado de los próximos años.
No hay fecha fija porque aún es pronto para aventurar cuándo estará construida la autovía. El Gobierno no ha querido ofrecer ninguna fecha. Sin embargo, en alguna de las reuniones de la comisión de seguimiento de los acuerdos entre la plataforma “La Otra Guadalajara” y las administraciones públicas, el presidente regional, José María Barreda, aseguró que la infraestructura podría estar “en fase avanzada” en 2012. El compromiso oficial es que, para esa fecha, el proyecto sea irreversible. Es decir, que gobierne quien gobierne en la próxima legislatura, la autovía no tenga marcha atrás.
El Gobierno central propone en total 107,6 kilómetros de trazado, los que separan Alcolea de Monreal, algunos de los cuales atraviesan espacios pertenecientes a la Red Natura 2000. La autovía tendrá dos calzadas con dos carriles de 3 metros y medio cada una, además de arcenes exteriores de 2 metros y medio y otros interiores de un metro. Fomento ha anunciado que la autovía aprovechará en parte el recorrido de la N-211, aunque habrá zonas donde el condicionante de los cuatro carriles impedirá que se respete, igual que en las variantes de las poblaciones que también tendrán que ser contempladas. Las localidades afectadas por el trazado de la autovía son, por orden alfabético: Alcolea del Pinar, Anguita, Anquela del Ducado, Anquela del Pedregal, Campillo de Dueñas, Castellar de la Muela, Castilnuevo, Ciruelos del Pinar, Corduente, Embid, Establés, Herrería, Hombrados, Luzón, Maranchón, Mazarete, Molina de Aragón, Morenilla, El Pedregal, El Pobo de Dueñas, Prados Redondos, Rillo de Gallo, Rueda de la Sierra, Saúca, Selas, Setiles, Torremocha del Pinar y La Yunta.
El proyecto tiene un presupuesto que sobrepasa los 500 millones de euros y supone un espaldarazo a la red interior de autovías del Estado, superando el concepto radial de antaño. El Ejecutivo “vende” las bondades de esta infraestructura de alta capacidad no sólo por los beneficios, en cuanto a tiempo, seguridad y accesibilidad, que pueda causar a los municipios por donde transcurre, sino como válvula de escape para las comunicaciones con el Levante. La Autovía de Molina enlazará la carretera de Barcelona (A-2) con la Autovía Mudéjar (A-23) que une Monreal y Sagunto, un itinerario alternativo a la actual carretera de Valencia (A-3) para conectar Madrid con Valencia y Castellón. Para los veraneantes de las playas valencianas y también para los turistas, la futura autovía será una alternativa recomendable. Y hasta aquí muy bien, sobre todo de cara al visitante. Pero, ¿qué opinan los pueblos de Molina?
Cerca del Gallo y del Parador
Las poblaciones, mayoritariamente, mantienen ante la autovía una posición que bascula entre la esperanza y el escepticismo, aunque casi todos apoyan el trazado propuesto por Fomento. Todos, menos Castellar de la Muela, el municipio en el que el ministerio ha previsto dos soluciones que varían el trazado y el presupuesto de licitación en un millón de euros. Algunos otros ayuntamientos también han presentado alegaciones, pero no se prevé que hagan variar de forma sustancial el trazado final que apruebe el Gobierno. La mayoría gira en torno a las salidas de la autovía. El Pobo de Dueñas, Adobes, La Yunta y otros ayuntamientos han pedido que la salida en ese punto confluya en El Pobo, justo donde hay una gasolinera y algún restaurante, precisamente, para beneficiar al comercio local. Este es el sentido general por donde van las alegaciones que ha recibido el Estado.
Desde luego, el más enfático de todos los alcaldes de la comarca de Molina, aunque parco en palabras, es el de la propia Ciudad de los Caballeros. David Pascual se muestra optimista y no ve inconvenientes en la futura vía: “Es interesante, con independencia de que se decida un trazado u otro, la posibilidad de que se acceda con mayor rapidez a Molina por autovía, una carretera que unirá Madrid con Valencia”. El primer edil molinés avanza que el Ayuntaminto de la capital del Señorío está estudiando presentar alegaciones al proyecto, basándose en los impactos sobre el patrimonio, el paisaje y la desviación del tráfico.
Las alternativas al trazado a su paso por Molina, en un principio, eran cuatro: la 10A y la 10B, refundidas finalmente en una sola y que discurrirían detrás del castillo y la Torre de Aragón; y la 10C y la 10D. Ésta última mira a la Sierra, pero el Ayuntamiento de Molina prefiere la C y todas las alegaciones que presente irán encaminadas a escoger esta opción. “Es la más idónea”, en palabras de Manuel Monasterio, concejal del equipo de Gobierno molinés. La autovía, en caso de ejecutarse esta solución, estaría situada en la margen izquierda del río Gallo, es decir, enfrente de los castillos. El consistorio de Molina es partidario de este trazado por varios motivos. Primero porque facilitaría la conexión con todas las carreteras que confluyen de la sierra y Cuenca, especialmente, teniendo en cuenta el tráfico pesado que producen las minas del caolín de Poveda de la Sierra. Segundo porque los usuarios de la vía gozarían de una vista espectacular de la capital molinesa, incluidos los castillos, lo cual, a juicio de Monasterio, “invitaría a parar y visitar la ciudad”. Y en tercer lugar, porque es la opción del trazado en la que la autovía quedaría más cerca del futuro Parador Nacional de Turismo, que empezará a construirse a finales de 2010.
Sobre las posibilidades de futuro que pueda generar la autovía, Pascual asegura que “Molina desarrollará un polígono industrial que creará empleo y será una oportunidad para vender turísticamente Molina, el Alto Tajo y el Valle del Mesa”. Por su parte, Monasterio considera que la autovía supondrá un gran acercamiento a los grandes centros de comunicación: “Tener garantizada la conexión por autovía con Madrid hará que los molineses que vivan en Madrid vengan con más frecuencia, lo cual siempre es bueno para la comarca”.
Los alcaldes, a favor
La autovía, objetivamente, mejorará las comunicaciones en la Tierra de Molina. Supone la mayor inversión histórica jamás ejecutada en las zonas del Ducado y del Señorío y un salto cualitativo en las conexiones del centro de España con el este. Yendo a lo local, el Partido Socialista de Guadalajara mantiene que esta infraestructura será “una vía decisiva” para el desarrollo futuro de la comarca del Señorío de Molina y la consolidación del parque natural del Alto Tajo como destino turístico, en palabras de Alique. El Partido Popular, por su parte, dice que su programa electoral de 2004 ya contemplaba convertir la N-211 en autovía y exige que se haga cuanto antes.
Lucía Enjuto, alcaldesa de Mazarete, otro de los municipios por donde ahora transcurre la N-211, confirma que está a favor del trazado de la autovía presentado por Fomento. No obstante, adelanta que el Consistorio que preside presentará “unas pequeñas alegaciones” para que se tenga en cuenta la posibilidad de inundaciones del centro del pueblo y de la misma autovía por el barranco que lo circunda. Sólo en la actualidad, Enjuto prevé que las aguas crezcan 10 centímetros. Por lo demás, considera que la autovía “traerá beneficio” para Mazarete, ya que Alcolea se convertirá en punto neurálgico de las comunicaciones comarcales y, por tanto, de desarrollo para la zona.
El alcalde de Maranchón, José Luis Sastre, puntualiza primero que “la autovía de Molina no es de Molina, es la autovía de Alcolea a Monreal, conviene puntualizar porque Molina sólo es un pueblo por donde pasa, podría ser también la autovía de Maranchón”. Su opinión se divide entre la satisfacción que le producirá ver desviado de la N-211 el tráfico pesado que, actualmente, atraviesa el casco urbano de Maranchón; y, por otro, el hecho de que “los bares o el comercio puedan notar que la gente deje de pasar por el medio del pueblo”, señala.
Por su parte, el regidor de Anquela del Ducado, Aurelio Moreno, considera que “si se beneficia Molina, al final a medio plazo nos beneficiamos todos los pueblos de alrededor porque está demostrado que puede venir a vivir más gente”. También asegura que el 90% de los habitantes de su pueblo (60 empadronados en Anquela y otros 20 en la pedanía de Tobillos) están de acuerdo con el trazado elaborado por Fomento.“Llevamos veinte años esperando una noticia así porque todos tenemos derecho a este tipo de infraestructuras, también los de Guadalajara”, recalca.
Aprovechar la nueva carretera
Al margen de los ayuntamientos, lo cierto es que no todos ven la autovía como un sueño para la comarca. Hay quien sostiene que el proyecto está dirigido más a satisfacer las necesidades de los madrileños que circulan hacia la costa que las de los propios ciudadanos molineses. ¿Por qué? Porque no es lo mismo que una carretera nacional de doble sentido, con el tráfico que comporta, transcurra por el centro mismo de un pueblo, a que hagan una autovía y la saquen fuera de todos los cascos urbanos. Se gana en comodidad, en tráfico, en seguridad. Pero los bares, restaurantes, algún pequeño comercio y las gasolineras (Maranchón y Molina) temen perder clientela.
La historia no es nueva porque ya ha sucedido en multitud de localidades por donde se han ejecutado desdoblamientos y variantes. Por ejemplo, en Tendilla, a propósito de la reforma de la Nacional 320. El periodista Pablo Franco, en un artículo publicado en el periódico seguntino El Afilador, pulsaba la opinión de varios tenderos. La persona que atiende la gasolinera de Maranchón le espetó: “Maranchón ya no hay quién lo levante, la población… no. No hay casi gente”. ¿Y los molinos? “Bienvenido Mr. Marshall… mucho, mucho pero no han traído gente. Los que trabajan en ellos viven en sitios como Molina o Sigüenza que tienen más de todo… si hacen la autovía será igual o peor”. Después, el gerente del único bar abierto en Mazarete apostillaba: “Si la hacen y no hay salida hacia Mazarete no tendremos movimiento ni nada de nada. Sería aún peor. Ahora mismo nos mantenemos con unos obreros portugueses que están haciendo unas pisos cerca y porque los camioneros de los molinos vienen aquí a comer, si ellos la taberna no merecería la pena. Si hacen una autovía y la gente no tiene necesidad de parar o no hay salidas para que venga aquí… malo”.
Un poco más optimistas son los miembros de la plataforma ciudadana “La Otra Guadalajara”, que tiene en la reivindicación de las carreteras una de sus señas de identidad. Esta organización valora muy positivamente que el proyecto de la autovía ya esté en marcha. “Hace tres o cuatro meses que en estas fechas se publicaría el estudio informativo y lo han cumplido, ahora se trata de que ese cumplan el resto de plazos”, señala uno de sus portavoces. En todo caso, “La Otra Guadalajara” no presentará alegaciones al trazado por entender que como movimiento que agrupa a toda la comarca no deben entrar en diferentes alternativas de una infraestructura que consideran necesaria. Eso no quiere decir que, a título personal, sus miembros puedan apoyar algunas alegaciones. Lo que sí piden desde esta plataforma es que “se defienda el interés de los pueblos y de la comarca, y no sólo los intereses particulares”.
DETALLE
Castellar de la Muela pide alejar la autovía del casco urbano
El trazado de 107,6 kilómetros de la futura Autovía de Molina plantea una disyuntiva que afecta al municipio de Castellar de la Muela, situado a 12 kilómetros de Molina de Aragón. El Ministerio de Fomento, en el estudio informativo, recomienda dos soluciones para un tramo de siete kilómetros a la altura de Castellar. La Solución 1, discurre al norte de este hermoso pueblo y la Solución 2 lo hace al sur. Si se optase por la primera, el presupuesto de licitación de la autovía sería de 518,5 millones de euros. En cambio, de escogerse la segunda, el prespuesto se quedaría en 517,1 millones de euros. Ambos recorridos, según informó el ministerio en un comunicado, “discurren en toda su longitud muy próximo al corredor de la N-211 e incluso sobre la propia carretera en algún tramo en que se atraviesan zonas de gran valor ambiental”. Manuel Mingote, alcalde de Castellar de la Muela por el PSOE, sostiene: “Me parece bien la autovía, siempre y cuando se opte por la Solución 2, la que discurre por el sur del pueblo. De esta forma se evitaría que la carretera pasara cerca del núcleo, a unos 50 metros de algunas casas, de la Sierra de Caldereros y, en definitiva, evitaríamos que se provocara un grave impacto medioambiental para esta zona protegida”. La publicación del estudio informativo de la autovía ha provocado que parte de la población de Castellar también se movilice para conseguir el trazado que consideran más beneficioso. De esta forma, un grupo de vecinos, junto al Ayuntamiento, presentará alegaciones durante el mes de agosto para conseguir el trazado que consideran más beneficioso. El argumento principal que esgrimen son los daños medio ambientales que podría causar la Solución 1, sobre todo teniendo en cuenta que afectaría a una parte de las 343,88 hectáreas de la Sierra de Caldereros enclavadas en el término municipal de Castellar, incluido el pico del Lituero. Esta sierra fue declarada Monumento Natural en 2005 por un decreto que protege sus valores ecológicos, geológicos, estéticos, educativos y científicos. Al margen de esta cuestión, Mingote considera que con la nueva autovía “ganaremos en seguridad para los vehículos y peatones, y calidad de vida para los vecinos”.