Muñoz Grandes, el «general de Hitler» que vino de Sigüenza
Luchó contra las baterías de Abd-el-Krim en la bahía de Alhucemas, se sumó a la sublevación contra la República en 1936, allanó la victoria de Franco con su participación en la toma de Cataluña, fue elegido secretario general de la FET y de las JONS con cartera en el primer Gobierno tras la Guerra Civil, fue el primer jefe de la División Azul y estableció unas sólidas relaciones con la Alemania nazi y, finalmente, alcanzó la vicepresidencia del Gobierno durante la dictadura. A grandes trazos, estos son los principales rasgos de la trayectoria militar y política de Agustín Muñoz Grandes, uno de los jerarcas del régimen que sometió a España durante cuatro décadas.
La editorial La Esfera de los Libros ha publicado una biografía en la que el historiador Luis Eugenio Togores Sánchez analiza en profundidad, con amplia bibliografía y apoyo documental, la senda seguida por Muñoz Grandes desde que destacó como comandante en las campañas del norte de África hasta su ascenso al poder después de la contienda civil. El autor del libro es doctor en Historia Contemporánea y miembro del claustro de profesores de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, donde ha desempeñado el cargo de decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación. Entre sus obras destacan: “Extremo Oriente en la política exterior de España”, “España entre dos siglos, Cánovas y la Restauración” y “El Alcázar de Toledo, final de una polémica”.
El análisis de Togores traza de forma solvente, completa y precisa los hitos de Muñoz Grandes en sus incursiones militares y políticas. Le califica de “héroe de Marruecos” por su participación en el desembarco de Alhucemas y desgrana su papel en algunos de los asuntos espinosos que marcaron su carrera. Por ejemplo, la posición que adoptó sobre una posible entrada de España en la 2ª Guerra Mundial. El estudio es milimétrico, detallista. Sin embargo, cabe tener en cuenta la cortesía que despliega el profesor Togores a la hora de analizar la figura de Muñoz Grandes. Porque hay cosas que rechinan: el tratamiento de “don” al protagonista, fuera de uso en la ciencia historiográfica, la ausencia casi total de crítica en el examen de su trayectoria política y militar y los rendidos elogios a sus “hazañas”, incluida la afinidad que trabó con Adolf Hitler, el líder político que llevó a Alemania y a Europa al desastre y la abyección moral. También provoca perplejidad en un estudio tan detallado como el que comentamos un pie de foto como el que sigue: “Don Agustín Muñoz Grandes murió para entrar en la Historia, pues, como alguien escribió sobre otro gran soldado desaparecido, los viejos soldados no mueren: se desvanecen” (pág, 385).
De África a Rusia
Agustín Muñoz Grandes fue uno de los militares más destacados de la Guerra Civil y el franquismo. Un alto cargo del régimen. Un adepto al dictador que alcanzó la vicepresidencia del Gobierno y algunas carteras, como la de ministro Secretario General del Movimiento y luego del Ejército. Nacido en 1896 en Madrid, en el barrio de Carabanchel Bajo, murió en esta misma ciudad el 11 de julio de 1970, a causa de un cáncer de riñón. Su protagonismo dentro de la escena nacional comenzó a despuntar por su activa participación en la campaña de África. Obtuvo varios ascensos por méritos de guerra y diversas condecoraciones. Rechazó ser ayudante del rey Alfonso XIII y prefirió seguir en la harca, a pie de combate. La harca era la unidad de moros irregulares, en realidad, “carne de cañón empleada por España en sus campañas coloniales”, tal como la califica Togores. El Ejército español no dio la talla y la derrota quebró el armamento, el equipo y las tácticas de sus mandos. Pero, a pesar del Desastre de Annual, los militares africanistas fueron agasajados con la pompa del reconocimiento nacional. Entre ellos, Muñoz Grandes.
Después, coincidiendo con el tiempo de la República, alcanzó el grado de teniente coronel y participó en la creación y entrenamiento de la Guardia de Asalto. Fue uno de los militares que sofocó en 1934 la revuelta provocada por la huelga minera en Asturias. Para entonces ya había cuajado su fama de general con dotes de mando y organización, tras su experiencia con las tropas en Marruecos. En 1936 se sumó al levantamiento del bando nacionalista contra el Gobierno republicano. Fue uno de los militares destacados en la sublevación. Al estallar la Guerra Civil se encontraba en Madrid. Trabajaba entonces bajo las órdenes del general Mola en la conspiración contra la autoridad vigente en aquel momento. Tras su detención por las autoridades republicanas, fue encarcelado en la Modelo de Madrid. Consiguió huir mientras le trasladaban al hospital aquejado de una enfermedad. Se refugió en una embajada y luego pasó a la zona nacional, donde de inmediato se incorporó al servicio activo.
Intervino en los frentes de Santander y de Asturias, al mando de una de las Brigadas Navarras. También en la ofensiva sobre Cataluña, al mando del Cuerpo del Ejército de Urgel, ya con el rango de general. Terminada la contienda fue ministro secretario general del Movimiento y después ministro del Ejército, jefe de las FET y de las JONS y gobernador civil del Campo de Gibraltar. A partir de 1941 se convirtió en el jefe de la División Azul, la expedición de voluntarios que mandó Franco a combatir contra la URSS. Participó en la campaña de Rusia, concretamente, en Grigorowo, y se entrevistó con Hitler en 1941 en su cuartel general de Rastemburg. Su activismo durante la Gran Guerra le valió ser condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble.
El historiador Togores recuerda en su obra que “Muñoz Grandes quería que España entrara en la Guerra Mundial junto a Alemania; para conseguirlo llegó a pensar en quitar a Franco y poner a Don Juan, que estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de ser Rey”. Franco ordenó el regreso Muñoz Grandes a España en 1943. Para entonces, Hitler aún conservaba su fe en la victoria. “Si Alemania gana la guerra –escribe Togores- un Muñoz Grandes engrandecido por la victoria hubiera podido ser un problema, porque a Hitler podía interesarle para gobernar España un general menos pacato y más germanófilo que Franco”. Finalmente, fue nombrado jefe de la Casa Militar de Franco. Era un ascenso en su carrera, pero merece la pena anotar que, desde entonces, no tuvo mando sobre tropas, por lo que algunos historiadores consideran que se trata de un desaire que el dictador le hizo a Muñoz Grandes. Togores señala que de todos los generales que conspiraron, o mejor, hablaron, a espaldas de Franco, Muñoz Grandes, marcado por la Guerra Mundial, “sólo tenía salida dentro del régimen”. A juicio de su biógrafo, Franco veía al jefe de la División Azul como “un semejante, un militar sencillo, austero y sin veleidades políticas”.
De vuelta al país, ocupó la Jefatura del Alto Estado Mayor hasta julio de 1962, cuando fue nombrado vicepresidente del Gobierno hasta su sustitución por Carrero Blanco. En esta época recibió el encargo de negociar el apoyo de Estados Unidos, el reto diplomático más difícil que tuvo que afrontar en su carrera, justo en un contexto internacional donde habían caído los dos principales regímenes fascistas. Los norteamericanos exigieron instalar las bases militares en el sur de España. El Gobierno de Franco salvó el escollo argumentando que combatían contra un enemigo común: los comunistas de la Unión Soviética.
Ligazón con Sigüenza
Aunque natural de Madrid, a Muñoz Grandes la vinculación con Guadalajara le viene por la familia de su mujer, que era de Sigüenza. En la Ciudad del Doncel no pasó desapercibido. Actualmente, una calle con su nombre sigue rindiéndole honores, situada en lo que popularmente se conoce como “plaza de las ocho esquinas”, cerca de la Alameda y debajo de la catedral. El colegio público de Mandayona, localidad cercana a Sigüenza, también llevó su nombre completo hasta diciembre de 2007, cuando la Junta de Castilla-La Mancha decidió cambiarlo.
En Sigüenza, el fundador de la División Azul encontró relajo, familiaridad y los honores propios de un “héroe” local de la dictadura, aunque nunca fue un personaje que dejara una huella especial. También se llevó allí algunas celebraciones. Tras la campaña de África, fue homenajeado por sus méritos con una cena en Sigüenza en la noche de fin de año de 1924. La tarjeta de entrada a esta cena aparece reproducida en la biografía escrita por el profesor Togores. Dice así: “Tarjeta de adhesión al banquete que en honor del heroico Comandante D. Agustín Muñoz de Grandes se celebrará el día 31 de Diciembre de 1924 a las 9 y media de la noche”. El precio del cubierto ascendía a 15 pesetas y el menú estaba compuesto de empanadas de hojaldre, lomo con champiñón, langostinos con Mayonesa (en mayúsculas) y pollos asados. Los postres: quesos, frutas, tartas y todo ello regado con vinos, licores y champagne. Muñoz Grandes y su mujer tuvieron un hijo único, Agustín Muñoz Grandes Galilea, que nació en Sigüenza y actualmente es general de división del Ejército.
DETALLE
Su hijo, también general, ayudó al Rey el 23-F
Agustín Muñoz-Grandes Galilea, hijo único del fundador de la División Azul, nació en Sigüenza en 1935, localidad de la que procedía la familia de su madre. Hasta su ascenso a general de división, en noviembre de 1991, fue responsable del área de planes del Estado Mayor Conjunto. En febrero de 1992 se convirtió en el primer jefe de la entonces recién creada Fuerza de Acción Rápida (FAR) del Ejército de Tierra. Fue nombrado por Julián García Vargas, a la sazón ministro de Defensa, a propuesta del jefe del Estado Mayor del Ejército, Ramón Porgueres. Se da la circunstancia que el hijo de Muñoz Grandes, uno de los mandos militares más inmovilistas del franquismo, jugó un destacado papel como ayudante del Rey durante el frustrado golpe del 23-F. Antes había estado destinado en la Legión y es especialista en helicópteros y paracaidismo. El general Muñoz-Grandes ha estado al frente de un Cuartel General, con sus correspondientes secciones de transmisiones e inteligencia, así como fuerzas adscritas con carácter permanente, con la Brigada Paracaidista, dos banderas de la Legión y unidades de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) dotadas de helicópteros.
Me interesaria conocer la relación de los Muñoz_Grandes con la familia De Grandes de Sigüenza.
Tengo entendido que la familia De Grandes con Muñoz Grandes son parientes, aunque no he podido confirmarlo por varias fuentes. Tampoco sé cuál es la parentela exacta. Por eso no publiqué nada de esto en el artículo. Me gusta ser riguroso en los detalles y si no los tengo claros no los publico. Gracias por su mensaje Dionisio.