¿Seguro que los blogs no son periodismo?
El periodista, profesor de Periodismo en la Pompeu Fabra de Barcelona y ‘blogger’, Arcadi Espada, ha dicho que «los blogs no tienen nada que ver con el periodismo».
Decir, con rotundidad y de forma tajante, que los blogs no son periodismo es lo mismo que decir, con rotundidad, sin matices, que los toros no son cultura, que el fútbol no es deporte o que los lectores de ABC son todos monárquicos. Espada es una voz irónica y tiene una mente privilegiada. Pero gusta de hacer algunas declaraciones que, me da a mí, buscan más el mármol que la reflexión sosegada. Porque lo primero da titulares y lo segundo es más discreto, aunque siempre hace pensar, y eso es muy bueno.
No sé si los blogs son o no son periodismo. Lo que sí sé es que los blogs se han convertido en una parte más del periodismo de nuestros días. Y esto no es una opinión. Es una realidad que se ha materializado de tres maneras: primero, con la proliferación de blogs en internet; segundo, con la incorporación de los blogs en los espacios de los medios tradicionales; y tercero, como una modalidad comunicativa que se estudia y trata en las facutades de Ciencias de la Información. ¿No se hace periodismo en los blogs periodísticos? Pues, a modo de ejemplos, aquí lanzo algunos excelentes: Escolar, Ramón Salaverría, Juan Varela, los blogs de los corresposales de El Correo de Bilbao o los literarios de El Boomeran(g).
Una realidad tan poliédrica como la de los blogs no se puede analizar -pienso- con rotundidad. El fenómeno es tan importante para la comunicacion digital y está tan extendido que no puede soslayarse. Como siempre cuando se trata de internet, conviene discernir. Conviene tener las antenas bien alerta para diferenciar entre el blog que sólo sirve como desahogo personal, sin más interés que los gustos particulares y las fotos estúpidas, y el blog elaborado por un especialista en una materia. Conviene quedarse con el espacio donde el periodista o un experto vuelca conocimientos que, de otra manera, no tendrían cabida en la prensa escrita. O la tendrían más difícil.
Y luego están los blogs periodísticos, los blogs que tratan de periodismo y los que están hechos por periodistas y profesionales de la información. Creo que es posible que un blog pueda distinguir información y opinión. ¿Por qué no? Que se lo digan a Yoani Sánchez, la periodista cubana que se ha convertido en amenaza del régimen castrista y cuyas crónicas son auténticos frescos de la realidad de la Isla. A Vicenç Sanclemente, corresponsal de TVE en China, le he leído en alguna ocasión que «en China la gente sólo se cree lo que aparece en internet». La opinión suele ser el eje vertebral de los blogs, pero no tiene por qué ser el único. Todo depende de la voluntad, la capacidad y el criterio de quien firme el blog. Hay mucha basura, es cierto. Pero también hay mucha calidad y el blog de Espada es un magnífico ejemplo de ello.
¿Por qué algunos inmovilistas del oficio siguen siendo tan exigentes con el periodismo digital y tan benévolos con el periodismo de papel?
No concibo un día en mi vida sin leer los periódicos, sin tocar el papel, estrujarlo, olerlo. Pero no concibo tampoco por qué hay que descalificar el futuro que ya se ha convertido en presente en el periodismo. Como dice Juan Cruz, el que escriba mal o trabaje mal, será siempre malo. Ya sea en papel o en la Red. Y el que tiene algo interesante que aportar, ¿por qué no puede hacerlo en internet, por su cuenta y sin más cortapisas que su propia ética?
Todo suma si se hace de forma constructiva. El periodismo está tan mal, como negocio y como trabajo, que quizá sería más conveniente ir al grano y aprovechar lo bueno que tenemos y no generar debates algo estériles. Pienso.
El blog es una excelente herramienta para informar con más prestaciones que el periódico tradicional, quizá lo que ocurre es que hay gente que todavía no conoce todas las posibilidades que ofrece el medio o quieren crear polémica para hacerse notar.
Sirva como ejemplo La Garlopa, gracias por ofrecernos la oportunidad de leer y opinar.
Saludos