Atención a los pueblos
La despoblación es un mal crónico de la meseta española, que lo asume con resignación y una cierta dosis de indolencia. Pero no todas las provincias se comportan igual. Hace muy poquitos meses, concretamente el 13 de octubre de 2008, traje a este blog una portada espectacular del Diario de Burgos que reseñaba, uno a uno, todos los despoblados de su provincia. El tema ocupaba casi toda la portada y el periódico no hundió sus ventas por eso. Esta mañana, en la primera del Heraldo de Soria vuelven a acordarse de la despoblación. El titular que «manda» dice: «Sólo 16 municipios sorianos han aumentado su población desde el censo de 1881». En páginas interiores amplía la información y señala que 46 localidades se han despoblado desde esa fecha. Los datos reflejan el golpeo de la emigración y la pérdida de capital humano para Soria igual que para el resto de Castilla.
La despoblación es un drama del que (casi) nadie se acuerda. Ni siquiera los políticos. Observen que nunca está en la agenda ni en los discursos ni en las pancartas ni en las reivindicaciones, salvo en algunas «ONGs» del territorio como Teruel Existe o La Otra Guadalajara.
En lo que respecta la prensa, recuerdo unas palabras que me dijo el gran Víctor Márquez Reviriego hace ya bastante tiempo: «la prensa local tiene que tomar dos o tres temas y machacar con ellos regularmente, para que no se olviden, y para que el tema quede indentificado automáticamente con el periódico».
En cambio, echo de menos que la prensa de Guadalajara no se acuerde más a menudo, y en portada, del drama de la despoblación. Prestar atención a esta realidad es una manera, quizá la más noble, de servir a los intereses de la provincia. Pienso. Con perdón.