La Garlopa

¿Por qué finalmente no va a ser el candidato de IU a la presidencia de la Comunidad de Madrid?
Pues porque hemos hecho un acuerdo que significaba poner a Izquierda Unida en las mejores condiciones, y en este sentido, se trata de anteponer a IU por delante de cualquier legítima aspiración que pueda tener cualquier compañero o compañera. Eso ha terminado en un acuerdo entre todas las sensibilidades de Izquierda Unida y, por lo tanto, manifestar la satisfacción. El proyecto político de IU lo entendemos necesario para transformar la sociedad, en la línea de lo que es el ideario de la organización. Todo este proceso, que ha sido un tanto tenso en algunos momentos, creo que ha llegado a buen puerto y era el objetivo final.

¿Por qué renunció a ser el candidato antes de que el partido tomara la decisión final?
No, yo no renuncié, yo lo que hice fue poner a disposición de un acuerdo el puesto que habían decidido los afiliados y afiliadas de Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid. Si eso servía para ese acuerdo, no se trata de una aspiración personal, que no voy a negar que es una satisfacción sobre todo teniendo en cuenta que los compañeros votaron para que encabezara yo la candidatura. Pero la mayor satisfacción es que IU tenga los mejores resultados en las próximas elecciones municipales. Si servía para desbloquear una situación, el que yo pusiera el puesto a disposición del partido, pues doblemente encantado.

¿Usted se propuso como candidato o le empujaron sus compañeros?
Me propusieron como candidato. A mí me parece que los puestos que pueda tener cualquier compañero no es tanto por disposiciones personales, sino de propuestas colectivas. Yo en ningún caso ni me propuse ni dije que quería ser candidato, a mí esas cosas me dan vergüenza. Fueron diferentes asambleas de IU en la comunidad de Madrid las que hicieron esas propuestas.

¿El que usted no fuera un político conocido ha pesado en la solución tomada?
No, vamos a ver, yo creo que en Izquierda Unida ni Inés [Sabanés] ni yo mismo somos nuevos. Yo he trabajado fundamentalmente en una asamblea importante para IU en Madrid, como es la de Getafe, en la que he tenido responsabilidades internas como coordinador general de esa asamblea e institucionales como primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Getafe, es decir, que cada uno tenemos diferentes bagajes, en función de los ámbitos en que nos hemos movido. Pero vamos, Inés es tan antigua en Izquierda Unida como yo, desde el año 1986, que es cuando se fundó. En este sentido, no es un elemento que haya podido pesar en la decisión final. Yo no me muevo en función de quien pudiese ser la otra persona que pudiese encabezar la candidatura a la comunidad de Madrid, sino en función de un acuerdo político que pusiese a la organización en las mejores condiciones.

Da la sensación, teniendo en cuenta los candidatos finales, que se ha llegado a una especie de solución salomónica entre dos sectores claramente enfrentados.
Ha sido la solución posible y la solución posible parece la mejor de las soluciones. Los acuerdos, para que sean buenos, tienen que dejar a todo el mundo moderadamente insatisfecho, como es el caso. Hay una moderada insatisfacción en IU que permite dejarla en las mejores condiciones. Las relaciones personales con Inés Sabanés siempre han sido buenas, no hay que mezclar las cosas. Otra cosa es lo que aparezca en el exterior, que parece que nos soportamos menos nosotros que a los adversarios políticos.

Pero la imagen pública que se ha transmitido no es precisamente la mejor.
No, no, es verdad, de eso somos conscientes. Se nos podía haber ocurrido hacer las cosas de otra manera. En eso sentimos, la dirección regional sentimos menos responsabilidad porque en todo momento hemos estado intentando llegar a un acuerdo. No ha sido posible hasta última hora y creo que hay que preguntárselo a aquellos que hayan preferido el debate a través de los medios de comunicación y no en los órganos internos de IU y que sea la democracia interna las que al final determinen las candidaturas y los programas. Probablemente, en el PSOE y en el PP dirimen los asuntos internos de otra forma menos pública que a lo mejor deberíamos hacernos ver nosotros. En el PP, a nadie se le escapa que la relación entre Gallardón y Aguirre no es la mejor del mundo, bien es verdad que lo hacen a través de gestos y en el PSOE, tres cuartas partes de lo mismo.

¿Comparte usted, como argumenta Esperanza Aguirre, que la Comunidad de Madrid tiene que participar en la gestión de los pantanos de la cabecera del Tajo, que están en Guadalajara?
¿También ahí? Hombre, Madrid ya participa en la Mancomunidad de Aguas del Sorbe. Creo que todos deberíamos asumir que el agua es un recurso escaso y que, por lo tanto, las geniales ideas de Esperanza Aguirre siempre hay que ponerlas en cuarentena. A mí me parece que la utilización de los recursos del agua es algo que compete a todas las comunidades autónomas y no puede ser exclusiva de nadie. Ni Madrid ni ninguna comunidad autónoma debería hacer reivindicación de patria potestad sobre ningún recurso natural, sino que tiene que ver con un reequilibrio territorial de todo el Estado. Hay que discutirlo con serenidad y no con propuestas que un momento determinado puedan parecer reivindicativa y tengan más que ver con un proceso electoral que no con una necesidad de regular los recursos naturales. Esperanza Aguirre, como básicamente está pensando en una especie de primarias de su carrera a la presidencia del Gobierno de España, pues sus propuestas tienen más que ver con esto.

Aguirre asegura también que gran parte de los problemas que tiene Madrid en su frontera con Guadalajara y Toledo se debe al crecimiento desorbitado de los municipios de estas provincias. ¿Está de acuerdo con esta visión?
Hombre, lo que yo creo que debería hacerse ver, sobre todo en la Comunidad de Madrid, es por qué pasan las cosas, no el resultado de las mismas. Si en la comunidad de Madrid, tener una vivienda protegida se convierte en una especie en extinción, parece lógico que las comunidades limítrofes absorban a la gente que no puede quedarse aquí. Que Guadalajara o Toledo crezcan en población tiene que ver con la nefasta política de vivienda del Partido Popular en la Comunidad de Madrid, que ha hecho de la vivienda protegida un lujo inalcanzable. El PP responsabiliza a los demás de las barbaridades que hacen ellos. En el transporte público sí deberían coordinarse las administraciones pero no lo hacen, a lo mejor sobre la estación del AVE en Guadalajara sí que tiene alguna opinión Esperanza Aguirre. Es simpático, gracioso, que la estación del AVE en Guadalajara esté en un descampado, a no menos de 8 o 9 kilómetros de Guadalajara. Esa es la coordinación que tiene Aguirre con otras comunidades, a ver si podemos poner una estación de AVE en un suelo que a mí me interese.

“Por primera vez, habrá candidatura de IU en Cantalojas”

¿Ha entrado en contacto con la política local en Cantalojas?
No, nunca, pero este año va a ver candidatura de Izquierda Unida en Cantalojas por primera vez en la historia. Se presentan tres, lo estuvimos hablando con Ángeles Yagüe. El candidato es Jorge Molinero, presidente de la Asociación Cultural El Hayedo, que la cogieron el año pasado y están haciendo una labor estupenda. El alcalde de Cantalojas es primo tercero o cuarto mío, pero no nos hablamos. Allí en el pueblo, las conversaciones sobre política son inevitables, pero vamos, trato de relajarme.

¿Qué opinión tiene del futuro de la Sierra de Guadalajara?
Yo soy muy optimista, aunque a veces tengo escasos motivos para serlo. A mí me parece que es una zona que está siendo prácticamente abandonada por la gente, con una población envejecida, con escasos servicios, y en la que me parece que el Gobierno de Castilla-La Mancha debería poner más empeño, independientemente de los parajes naturales, que en eso no hay ningún gobierno que no haya hecho nunca nada. En este sentido, están trabajando bien en la conservación, pero en la calidad de vida de los ciudadanos deja bastante que desear porque tienen déficits en cuestiones básicas como sanidad, transporte… Al final, lo que resulta de todo eso es la expulsión de los jóvenes que hay en la comarca hacia otros lugares, porque no tienen ni siquiera donde llevar a sus hijos al colegio o el instituto.