La Garlopa

Fuente: 233grados.com - Jesús Martínez del Vas

El problema de las fuentes es el problema del periodismo. No hay periodismo sin fuentes. No hay información fidedigna sin una verificación previa. La competencia de los periodistas, y la premura con la que trabajamos, no siempre garantiza este ejercicio profesional. La recomendación ética aconseja contrastar todas las noticias con, al menos, tres fuentes. Casi nunca se cumple. Javier Mayoral, profesor de Redacción Periodística y miembro de los servicios informativos de Telemadrid, demostró en un informe elaborado por alumnos de la Universidad Camilo José Cela que la mayoría de los periodistas recurren a poco más de una fuente de media. Resumiendo: «El 83% de las noticias de radio y televisión proceden de una única fuente interesada». Y así pasa, que los periódicos españoles (algunos más que otros) cada vez se parecen más a los tabloides ingleses que a la ‘quality press’ también inglesa. La segunda regla de juego del estilo de la BBC trata de la precisión: «obtener los datos correctos, las fuentes, la verificación».

Las fuentes de información están en el centro del debate sobre el futuro de la profesión. Prima la propaganda, la sobreabundancia de noticias y opiniones y el ruido ensordecedor. El ex director del Washington Post, Ben Bradlee, tiene escrito en sus memorias:

«A partir del Watergate, siempre he buscado la verdad «después» de oír la versón oficial de la verdad, de escuchar todas las versiones que me dieran los diferentes maestros de la manipulación de cada asunto en cuestión» (La vida de un periodista. Memorias del director del Washington Post. El País-Aguilar, Madrid, pág. 481).