Seguimos de funeral
Por seguir la serpiente de ayer. Enric González (uno de mis imprescindibles), en una columna en El País titulada «Funerales», se pregunta, precisamente, si el periodismo ha muerto o no. Es un texto corto y que da en la yugular porque diferencia entre los intereses empresariales del tinglado periodístico, que está cuesta abajo y sin frenos, y los periodistas, que son quienes de verdad hacen el periodismo. Viene a decir, en conclusión, que cambiará el formato, la presentación, el envoltorio. Pero no la esencia. Escribe González: «Quizá desaparezcan las mesas, la cafetería, las complicidades oficinescas, la seguridad de una nómina, la enfermedad retribuida, el relativo cobijo de una cabecera; es de suponer que, en contrapartida, el periodista quedará liberado de los compromisos de sus amos. Se atisba una época en la que el periodista será él mismo, expuesto a la intemperie, a solas con sus propios compromisos y sus propios errores».
Hay una noticia reciente que da la razón por completo al párrafo anterior: «Ha nacido el primer periódico hecho de blogs». El primer periódico impreso, no digital. Sale con una tirada de 2.000 ejemplares, lleva 6 páginas y se distribuye en San Francisco y Chicago. El contenido del periódico se construirá a través de los votos de los lectores, que elegirán sus contenidos preferidos entre más de 300 webs.
Es decir, queda claro que los soportes se retroalimentan, que la audiencia va por ese camino y que sólo falta que el trasvase de publicidad vaya a la misma velocidad que el trasvase de lectores del papel a la pantalla.