08/11/2020
La libertad de expresión no ampara el derecho a mentir, calumniar ni difamar. Mentir a sabiendas y difundir bulos no está amparado en el artículo 20 de la Constitución. Y los titulares del derecho a la información no somos los periodistas, sino los ciudadanos. Así que se me ocurren tres cosas sobre el polémico y mal llamado «comité de la verdad» que auspicia Moncloa:
A los colegas periodistas hiperventilados: menos rasgarse las vestiduras y más fiscalización de nuestro propio trabajo. La desinformación es un cáncer para la democracia y hay que combatirla. La única manera de hacerlo es contrastando la información y señalando y aislando a los pseudomedios que se dedican a intoxicar. Y cada vez hay más ‘bullshit’ en internet y las redes sociales.
Al Gobierno: déjense de meterse en jardines si no están convencidos, si no explican bien las medidas y si no preparan a la opinión pública para las mismas. La mejor contribución en la lucha contra las noticias falsas sería derogar la infame Ley Mordaza de Rajoy. Aprovechen la amplia mayoría que se va a abrir para aprobar los Presupuestos.
A la oposición: menos lobos, hombre. Las medidas legislativas para combatir las ‘fake news’ las impulsó el Gobierno del PP y, particularmente, la ministra Cospedal. Y, por una vez, obró con acierto. Va a necesitar Casado más argumentos de peso para seguir alimentando el estribillo del Gobierno bolivariano o del peligro del «totalitarismo» (Virgen del amor hermoso) del que habla Ayuso.