La Garlopa Diaria

11 octubre 2020

Ayuso

La interesantísima y oportuna entrevista de hoy en el periódico a Isabel Díaz Ayuso (que es como Mourinho, le pones una grabadora y te canta la traviata) deja claras varias cosas:

1. La presidenta de la Comunidad de Madrid sigue aferrada al argumentario de los sectores más reaccionarios y conservadores de la derecha madrileña. Tanto Enric Juliana -con excelentes fuentes en el Gobierno- como José A. Zarzalejos -con excelentes fuentes en el PP- revelaron ayer una encuesta de Metroscopia que indica un desplome de la aprobación de la gestión a Ayuso. De hecho, es la presidenta autonómica que más baja respecto a la primera ola de la pandemia. Las encuestas -todas, también las amigas- muestran que la suma de PP y Vox no da. Esto explica por qué Ayuso no aprovecha este momento para convocar elecciones y fulminar a Ciudadanos, que está haciendo un papelón, y también la estrategia de confrontación con el Gobierno de PSOE y Podemos.

2. La presidenta de la Comunidad de Madrid no considera a Pedro Sánchez un adversario político, que es lo razonable en democracia, sino un enemigo que erosiona el marco constitucional y poco menos que un heredero de Chávez. A partir de ahí, no sé para qué le recibió en Sol ni para qué mantienen el grupo covid. No se puede esperar ningún atisbo de cooperación institucional. El estrambote es enfangar al Rey, abiertamente, sin filtros, en una estrategia de oposición al Gobierno de la nación. Flaco favor a la Corona.

3. La presidenta de la Comunidad de Madrid identifica su persona y su partido con Madrid, igual que hace el independentismo con Catalunya. Es decir, asume un marco argumental propio de los nacionalistas: no es el PP el que se interpone ante los planes del pérfido Sánchez, sino que es «Madrid». Como si todos los ciudadanos de esta región aplaudieran las decisiones del Gobierno autonómico.

4. La presidenta de la Comunidad de Madrid no puede oponer una gestión eficaz de la pandemia, y este es el meollo. Si presentara los datos epidemiológicos -por ejemplo- de la Comunidad Valenciana, ella podría arrojarlos contra Moncloa y Casado podría volver a salir a la palestra a decir: ‘Señores españoles, esto es lo que haría el PP en toda España si gobernáramos’. Pero no. Resulta que los datos son un desastre y Madrid continúa en niveles de contagio muy por encima al del resto de capitales europeas.

Y 5. La presidenta de la Comunidad de Madrid verbaliza sin disimulo, con resabios trumpistas, que la economía es más importante que la salud. Su mensaje es diáfano: mientras la letalidad siga controlada, dicho sea entre comillas, y mientras los hospitales no colapsen, debemos y podemos permitirnos que la actividad comercial fluya con cierta normalidad. Esto contrasta con las medidas drásticas que se están aplicando no ya en otros países de la UE, sino incluso dentro de España (la Xunta de Galicia, del PP, ha cerrado la hostelería en el confinamiento de Orense). También contrasta con las recomendaciones de la OMS e incluso con los planteamientos del FMI, que esta semana ha publicado un informe en el que defiende que los confinamientos son más útiles que las medidas parciales para proteger la economía. Es lógico. La historia nos demuestra que, a mayor mortalidad, más desastre económico. Quizá es que en el FMI también se han vuelto chavistas… Me pregunto cuál es el umbral de víctimas y de presión hospitalaria que la Comunidad de Madrid considera aceptable para endurecer las restricciones.

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