La Garlopa Diaria

10 diciembre 2009

Cela: 20 años del Nóbel

cela

Hoy hace 20 años que Camilo José Cela recibió el premio Nóbel de Literatura. Les invito a pinchar en este enlace de Televisión Española y recordarán el momento en que el escritor recibía el premio de manos del Rey de Suecia. Observen las imágenes y escuchen la breve narración que hace la locutora porque llega a decir: «… vemos ahí a Marina Conde, la compañera que ha tenido en estos momentos en Guadalajara…». Recuérdese: Charo Conde (que luego se fue con Caballero Bonald) fue la primera esposa del gallego. Marina Castaño, la siguiente y última. Me temo que nada que ver. Personas diferentes. Épocas también muy diferentes. Quizá Celas muy diferentes en ambos casos.

En fin, es sólo una anécdota más de aquel día que los amigos de Guadalajara que estuvieron allí nos pueden contar con pelos y señales. Es un poco raro que el aniversario, tan redondo, haya pasado casi desapercibido. Quizá porque es Cela. Quizá por su personalidad. Quizá por eso de que las anécdotas a veces pueden más que su carrera. En cualquier caso, lo cierto es que, hasta el momento, es el último galardón más importante al que ha accedido un español, dejando a un lado el ámbito del deporte. A pesar de la importancia de España en la literatura mundial, no son muchos los escritores españoles que han llegado a alcanzar el boato del Nóbel, aunque es verdad que en estas lides hay que valorarlo por el peso de la literatura en lengua española, lo que incluye a América. Y estaremos de acuerdo que la parafernalia del Nóbel supone un boato grandilocuente, pero por regla general suele hacer honor a quien lo recibe (quizá no tanto como los de la Paz…).  No todos los escritores que se han merecido el Nóbel lo consiguieron, pero sí todos los que lo han recibido han hecho méritos para ello.

Y el caso de Cela es particularmente sangrante porque, a veces, da la impresión de que el personaje se come a la persona. Creo que fue Paco Marquina (lean su extraordinaria biografía sobre el novelista) quien me dijo que Cela era una especie de carnaval portátil donde todo formaba parte de una tramoya pública que, casi siempre, oscurecía su figura de literato e incluso su propia persona. Pero él lo quiso así y pienso que siempre, o casi siempre, fue dueño de lo que proyectaba al exterior. 

Escaló en la capital a base de echarle cara a la vida. Impuso su talento. Ridiculizó a críticos y periodistas. Cultivó amistades, algunas insoslayables, otras aprovechadas. Escogió con gusto las ciudades donde vivió: Madrid, Mallorca, Guadalajara, Madrid otra vez. Siempre me pareció inteligente, pero también muy listo. Fue audaz. Escribió como los ángeles en unos tiempos grises donde la gente bastante tenía con asegurarse el pan. Renovó la novela. Reinventó la literatura de viajes. Escribió algunos libros, digamos, discretos. Buscó la polémica. Manejó la televisión como quiso. Y, sobre todo, parió La colmena, Pascual Duarte y Viaje a la Alcarria, que son sus tótems literarios y las cimas de su capacidad creadora. 

El día que Cela fue coronado en Estocolmo, el domingo 10 de diciembre de 1989, la extinta Checoslovaquia tuvo el primer Gobierno con mayoría no comunista desde hacía cuatro décadas, el Real Madrid de Toshack ganó 4-0 al Valladolid, el Barça goleó 5-0 al Cádiz y el Espanyol empató a cero con el Palamós, según reseña La Vanguardia. Creo que siempre resulta interesante evocar a Cela. A sus personajes. A sus libros. A su mundo.

1 comentario

  1. Andrés dice:

    ¡Madre mía! Parece que fué ayer
    Fantástico el el artículo.
    Enhorabuena. Muchos Celas en uno, y muchos… Vobkas con zumo de tomate… sin que Marina se entere de que el zumo de tomate lleva alcohol…
    Enhorabuena.

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