Blogs políticos
Después de la lupa que se ha puesto sobre la falta de libertad de expresión en China tras la visita de Obama, sobre todo por la revolución de los blogs políticos, y después de las últimas presiones que han recibido Yoani Sánchez y su marido en Cuba por tener un blog que airea a todo el mundo lo peor del régimen cubano y sus secuaces, después de todo eso, digo, ya no hay duda. Los blogs se han convertido en una pata fundamental de la comunicación del siglo XXI y quien no quiera verlo o no se entera o no quiere enterarse, que no sé qué es peor.
Ciertamente, depende del país donde se cree un blog las repercusiones pueden ser muy desiguales. Mientras que, por seguir con los mismos ejemplos, en países como China o Cuba representan un aliento de esperanza en unas sociedades coartadas por la censura, aquí en España pueden alentar la crítica reflexiva, la información especializada o el comentario elaborado por la ausencia de límites y de espacio que concede la Red. Es cierto que los blogs también pueden ser un refugio de pesados, vanidosos y cavernícolas, pero siempre me ha parecido más instructivo fijarse en la parte positiva de las cosas. Y algo tendrán los blogs cuando hasta los grandes medios -todos sin excepción- recurren a los mismos. Vamos, que son algo más que un ejercicio de onanismo digital.
La política ha absorbido en gran medida el ascenso de los blogs en la comunicación política, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Este fin de semana, por casualidades que no vienen a cuento, he descubierto que José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, tiene su propio blog. Está aquí. Se llama «El blog transparente», pero buceando en su interior no me queda claro cuál es el grado de transparencia al que se refiere. Que un político cree un blog me parece inteligente y necesario. El problema es cuando no se atisba por ningún lado que quien está detrás de ese blog es quien lo firma.
Un ejemplo elogioso es el de Patxi López, que tiene un espacio en internet ágil, cercano y alejado de la ortodoxia política. Y sabemos que «El blog de Patxi» es, efectivamente, el blog de un lehendakari que se llama Patxi porque allí respira su persona, no sólo su máscara política. De tal forma que opina de política, pero también de música, de literatura, de televisión. Es importante que lo que un político escriba en su blog, sea mucho o poco, lo escriba él, no sus asesores.
Ahora mismo, lo cierto es que los blogs políticos están en auge, al rebufo del 2.0 y sospecho que es una herramienta que se va a intensificar a medida que avance la tecnología. Han resistido los embates de todos cuantos han abusado de ellos y, sobre todo, han resistido la formidable presencia de las redes sociales. Es decir, que ambas cosas no son incompatibles. Los políticos lo saben y por eso lo aprovechan. Unos mejor que otros, de acuerdo, pero todos los grandes partidos están sabiendo rentabilizar las ventajas que otorgan las nuevas tecnologías. Y el que no lo sepa hacer me temo que se va a quedar atrás por mucho tiempo. Vale tanto para la campaña de un presidente afroamericano de EE.UU. (espectacular destreza la de su equipo de comunicación) como para la de un alcalde o presidente de diputación en Guadalajara.
Los blogs, las redes sociales, las páginas web, chats, foros, videoblogs, fotologs, alertas del móvil, los SMS… La política no empieza ni acaba en la prensa de papel, por mucha influencia que siga ejerciendo. Me da que la política acaba hoy en todos los canales interactivos que existen, y los que están por venir.
También es importante subrayar que a los políticos que deciden zambullirse en internet les conviene no caer en el error -en mi opinión- de pensar que estas herramientas sirven para llegar a un público que no lee periódicos habitualmente ni sigue los informativos de radio y televisión. Eso no es verdad, y está demostrado gracias al empirismo de los datos.
Es cierto que hay gente que se conecta a internet y no sigue más medios, pero la mayoría de los internautas, según todas las estadísticas, son gente que pertenece a una clase media o media-alta y acostumbran a leer muchos periódicos (en internet, no en papel) y además siguen las redes sociales. O sea, que no caigamos en falsos apriorismos. La gente que presta atención a los políticos en internet no son una panda de desinformados ni indocumentados porque no lean la Tercera de ABC ni los reportajes que trae la prensa los domingos. Al contrario. Son personas generalmente bien informadas y, sobre todo, con capacidad de acceder a esa información con sólo un click.
Y una última petición dedicada a los políticos que quieren aprovechar internet: tómenselo con humor. Escriban con una pizca de humor. Échenle generosidad. En la última entrada a su blog, Pepe Blanco reconoce tres virtudes de José María Aznar. ¿Se imaginan eso mismo en un discurso oficial? Lloverán las críticas, lloverán los comentarios mordaces y hasta insultantes, lloverán los exabruptos, lloverán los trolls de turno. Pero también será una buena forma de desmostrar que un político no sólo es cartón piedra.
Sin emoción, sin una mandíbula capaz de encajar lo que sea menester, sin imagen de cercanía, hoy no gana unas elecciones ni Dios.
No sé si conoces el blog del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, «El cuaderno de Guillermo» (http://elcuadernodeguillermo.blogspot.com/), está en la línea del de Patxi López, creo que te va a gustar.
Abrazos.
No sé si conoces el blog del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, «El cuaderno de Guillermo» (http://elcuadernodeguillermo.blogspot.com/), está en la línea del de Patxi López, creo que te va a gustar.
Abrazos.
Hola Enrique: Sí, sí lo conocía, de hecho, suelo seguirlo habitualmente, aunque no lo he citado en esta entrada del blog. Es verdad que está en la línea del de Patxi López y me gusta bastante. Un saludo. Raúl