La Garlopa Diaria

16 noviembre 2009

Fusiones

Una imagen de la concentración de trabajadores de Caixa Catalunya delante de la sede de la caja en el centro de Barcelona (17.11.09). Fuente: La Vanguardia

Concentración de trabajadores de Caixa Catalunya delante de la sede de la caja en el centro de Barcelona (17.11.09). Fuente: La Vanguardia

Hace cinco años, Juan José Millás publicó un libro titulado Hay algo que no es como me dicen (Aguilar), en el que indagaba con sagacidad en el caso de Nevenka Fernández, ex concejal en el Ayuntamiento leonés de Ponferrada, quien fue víctima de acoso por parte del alcalde de esa localidad. Las piezas no encajaban del todo. Los relatos se contradecían. Las investigaciones chocaban. Pues confieso que algo así me está pasando con la ola de fusiones, absorciones, integraciones o como ustedes quieran llamarlo que está sacudiendo la economía mundial en general y la española en particular.

Cualquier persona con dos dedos de frente puede pensar que dos manos suman más que una, y que cuando te unes a alguien es para sumar esfuerzos, no para restar. Pues en España no. En este país cuando dos entidades de ahorro se fusionan o dos empresas se integran, en lugar de apechugar juntas los riesgos del negocio resultante, al final en lo que desemboca es en más despidos de los que tenían previsto por separado. O sea, en despidos masivos y autorizados por la Administración laboral, que es donde está la gracia del asunto. Y encima tienen la infinita bondad de decirnos que es para nuestro bien y para ganar en eficiencia, esto es, ganar tamaño, reducir gastos fijos y ser capaz de mantener el mismo volumen de negocio. Y también arguyen solapamiento de funciones, como si las fusiones no crearan otras nuevas que justificaran el mantenimiento del empleo.

En fin, observen estos ejemplos recientes:

«La fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa supondrá el despido de 1.800 empleados» (Europa Press, 10 de noviembre).

«La fusión entre Caja España, Caja Duero y Caja Burgos arrastrará un recorte de plantilla de 1.400 empleos» (Norte de Castilla, 10 de noviembre).

«CCM defiende su unión con Cajastur y no concreta los recortes de plantilla» [O sea, que los habrá seguro] (La Vanguardia, 5 de noviembre).

«La fusión de Vueling y Clickair trae recortes de plantilla» (El País, enero 2009).

«Unicaja y Cajasur sacan de la fusión el pacto laboral» [porque discrepaban en los «ajustes laborales», o sea, en concretar cuantos echaban a la calle] (Cinco Días, 11 de noviembre).

«La fusión de Iberia y British Airways provocará «recortes de empleo» (EP, 13 de noviembre).

Amado Franco, presidente de Ibercaja: «El sistema está sobredimensionado. Si queremos realmente ser productivos, sobran sucursales. Esto ya lo ha comprendido el sector y en el último año se han cerrado mil. Hace falta, pues, una reconversión». (Heraldo de Aragón, 15 de noviembre).

«Las fusiones de cajas en liza manejan recortes de plantilla de hasta un 20%». (ABC, 15 de noviembre).

Y, por supuesto, para arrimar el hombre en favor de la creación de empleo siempre nos quedará el Banco de España. Unan las noticias anteriores a la que sigue y podrán imaginarse las consecuencias en las listas del paro:

«El Banco de España advierte de que las fusiones de cajas deben ‘acelerarse'». (ELMUNDO.es, 4 de noviembre).

Y más aún, el remate esta mañana del gobernador del Banco de España, donde no se atisba ni una palabra sobre la gente, el empleo ni los trabajadores, sino sobre el sistema:

«Al menos quince cajas tendrán que fusionarse» (Financial Times, 16 de noviembre).

2 comentarios

  1. Alberto dice:

    Hombre Raul, desgraciadamente, es normal. Por ejemplo, en el caso de las castellanoleonesas, que lo conozco mejor: en cualquier ciudad o pueblo grande tienes una oficina de dos de ellas o de las tres, porque antes eran competencia. ahora, pueden hacer el trabajo sólo con una oficina porque ya no tienen que competir entre ellas. Y quizás el riesgo mayor sea ese: no los despidos, sino la concentración del mercado, que a la larga, suele desembocar en perjuicio del ciudadano: menos oferta, menos competencia, apaños entre los pocos actores de un sector (como ya pasa, por ejemplo, en las hidroeléctricas o en las gasolineras), etc.

  2. Raúl dice:

    Conforme con lo que dices, es lógico, pero también sería interesante que el proceso de fusiones de cajas, ya que está tutelado por el Bando de España y bautizado por el Gobierno (al menos en los tiempos de Solbes), fuera acompañado de un plan de recolocación de los trabajadores que se ven afectados. Lo que quiero decir es que salvar el sistema financiero es muy importante, pero salvar a las personas todavía lo es más. Si todo lo hacen por nuestro bien, quizá sería interesante que se ocuparan de lo más importante que tenemos, que es el trabajo, antes de otras cosas.

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