«El gran periodismo muchas veces se hace a espaldas de los grandes intereses políticos y económicos»
“Este no es un libro oportunista, es una historia que continúa en el tiempo”, sentencia Gervasio Sánchez al referirse a ‘Salvar a los niños soldados’ ( Ed. Debate). Más de doscientas páginas para denunciar una vez más la realidad a la que se enfrentan miles de menores secuestrados y obligados a ser ‘niños soldados’ en Sierra Leona.
Es allí, en el país más pobre del mundo, donde el misionero Chema Caballero no se detiene ante ningún obstáculo para intentar salvar a estos niños. Es la historia que detuvo la mirada de Gervasio Sánchez convirtiéndola en palabra escrita con sonido de grito y en tono de denuncia periodística.
“Estos deberían ser nuestros héroes, no estos héroes de pacotilla, de diseño, que crean las televisiones en los programas basura y que hacen creer que esa es la referencia que tienen que tener nuestros hijos. Eso es un error. El día que los héroes sean estos niños seguramente las cosas cambiaran”
¿En los medios de comunicación falta sensibilidad ante estos temas?
A mi me gustaría que se evitara en lo máximo la televisión basura. Pero también en la televisión hay informativos, hay programas especiales, hay otro tipo de forma de dar a conocer la realidad y por su puesto que hay interés por contar esas cosas.
¿Cómo lo haces para financiar tú trabajo?
Soy un periodista independiente para diferentes medios de comunicación. Empezando por Heraldo de Aragón, pero también mi primer reportaje sobre Sierra Leona se ha publicado en La Vanguardia y en Revista Tiempo. Me ha tratado con gran seriedad la Cadena Ser, especialmente los programas de Hoy por Hoy, de Iñaki Gabilondo. Son medios que se han interesado por estas historias cuando a nadie le importaba Sierra Leona.
¿Has tenido algún apoyo gubernamental?
La guerra en Sierra Leona y otras más tienen causas muy claras y de esas causas son responsables los gobiernos occidentales. Ellos son los que permiten la exportación de armas ligeras a países en guerra. España ha exportado armas ligeras desde 1977, dos años después de la muerte de Franco. Todos los Gobiernos españoles, Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y el señor José Luis Rodríguez Zapatero han permitido la exportación de armas ligeras a países en guerra.
Desde el punto de vista personal ¿cómo logras abstraerte de dolor, del impacto de la guerra y seguir trabajando?
Yo intento hacer bien mi trabajo, mis problemas son parte de mi intimidad de los cuales nunca hablo ni me gusta hablar. No soy un periodista que me guste hablar de lo que yo siento o lo que yo pienso. Está claro que cuando me dedico muchos años al mismo trabajo es porque me siento afecto por lo que ocurre.
¿Los periodistas caemos fácilmente en el protagonismo?
Hay bastante periodista mediático que habla de sí mismo. Los protagonistas son las víctimas de la guerra y son los únicos que a mí me interesan, que son los que tiene que estar presentes en las historias.
¿Los periodistas tienen sensibilidad real con este tema o es un poco de paternalismo?
Hay de todo. Con la gente de La Vanguardia, supuestamente un diario conservador, le ha dedicado mucho más espacio a los temas sociales que otros supuestamente progresistas. Esto significa que muchas veces la sensibilidad no está en función del color o el diseño de un diario, sino de las personas. En los diarios hay personas claves que a veces son sensibles a esta temática y más veces de las que yo quisiera, son insensibles.
¿Los periodistas estamos muy absorbidos por los intereses de los medios en que se trabaja?
El mundo del periodismo es cada vez más complejo donde los intereses mediáticos están muy relacionados a veces con intereses políticos y económicos a gran escala. Lógicamente en esa selva de intereses es muy difícil ver, a veces, el gran periodismo y muchas veces este gran periodismo es el que se hace a espaldas de estos grandes intereses.
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Gervasio Sanchez, periodista freelance y reportero gráfico
Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959)
Licenciado en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Ha trabajado como periodista independiente para diferentes diarios y revistas, especializándose en conflictos armados.
Ha publicado varios libros fotográficos como «Kosovo, crónica de la deportación» (Blume) o «Niños de la guerra».
También ha publicado varios libros «La caravana de la muerte. Las víctimas de Pinochet» o «Salvar a los niños soldado» (Ed. Debate.).
Ha coordinado, junto a Manu Leguineche, el homenaje a Miguel Gil «Los ojos de la Guerra» (Plaza y Janés, 2001).
Acaba de publicar «Salvar a los niños soldado» (Ed. Debate).
Ha ganado diversos premios por sus fotografía de conflictos.
Por José Rosado
Periodista Digital
Lunes, 5 de diciembre 2005
Gervasio Sánchez es un caso extraño de corresponsal de guerra. Ajeno a los grandes grupos empresariales, lleva trabajando de manera independiente desde sus comienzos, hace casi más de veinte años. Aunque periodista, Gervasio Sánchez ha trabajado especialmente como reportero gráfico lo que le ha llevado a publicar varios libros de fotografía. Su último trabajo, ‘Sierra Leona. Guerra y Paz’ (Ed. Blume) muestra en una colección de testimonios gráficos y orales sobre la situación del país africano que, entre 1999 y 2004, vivió una guerra civil que ha convertido a Sierra Leona, en el país más pobre del mundo durante 14 años seguidos.
Pregunta: ¿Cómo está la sitaución de los freelance en España?
Respuesta: Suelo decir irónicamente que, en España, el freelance es tal hasta que le ofrecen un puesto seguro y colorín colorado el freelance se ha acabado. Lo que quiero decir es que aquí no hay una tradición como puede haber en los países anglosajones, donde las grandes coberturas de guerra las han realizado freelance. En España se paga muy mal la pieza y los precios están congelados desde hace años lo que impide que puedas planificar un viaje para trabajar. Mi caso es especial; yo, además de hacer fotos, escribo y hago radio, si tuviera que vivir de las fotografías no podría cubrir mis gastos. Esto me permite mantener una mesa de trabajo con varias patas económicas. Aquí se gana mucho dinero como tertuliano o colaborador pero el trabajo que se hace fuera está muy mal pagado.
P: ¿Cómo empezaste?
R: Yo trabajaba como camarero en Tarragona y con ese dinero hacía mis viajes; así estuve diecisiete años. Este trabajo me permitió tener cierta independencia, poder hacer las informaciones que me interesaban y poder ir a los sitios sin depender de si me pagaban o no me pagaban. Claro está, cuando se me acababa el dinero tenía que volver como camarero. Así he tenido mucha libertad de movimiento y utilizar las carreteras secundarias del periodismo. Muchos de mis alumnos vienen obsesionados con ir a la guerra pero yo procuro quitarles esa idea de la cabeza, decirles que la guerra no tiene nada de aventura ni de apasionante y sólo ves el fracaso del ser humano.
P: De los compañeros que han fallecido durante los conflictos, ¿cuál te ha dolido más?
R: Por desgracia tenía relación con casi todos los periodistas españoles que han muerto desde el año 89 cuando mataron a Juantxo en Panamá; a todos salvo a Jordi Pujol que murió en Sarajevo en el 92 y a Julio Anguita Parrado. El resto eran muy buenos amigos: Ricardo Ortega, que murió en Haití el año pasado, José Couso, que murió en Irak; Julio Fuentes, en Afganistán; Miguel Gil, en Sierra Leona; Luis Baltueña, que aunque trabajaba para Médicos del Mundo era un fotógrafo apasionado por su trabajo y murió en Congo. Todos eran muy amigos por lo que sus muertes me han dolido y forman parte de nuestras tragedias personales. En el caso de Miguel Gil yo estaba en Sierra Leona cuando le mataron y tuve que identificar su cadáver, y quizá su muerte me produjo una sensación extraña. Pero estas muertes me han servido para seguir trabajando en homenaje a ellos.
P: ¿Cómo viviste lo de Couso?
R: Yo estaba en España, pero me indignó la postura del Gobierno. Me pareció vergonzoso que el presidente Aznar, el ministro de Defensa, Trillo y la ministra de Asuntos Exteriores, Ana de Palacio no fueran capaces de pedir explicaciones serias al gobierno americano como hizo el gobierno ucraniano. Y también me indignó que el presidente del Gobierno no buscara un acercamiento con los periodistas cuando estaban muy dolidos por lo que había pasado.
P: ¿Temes que la guerra de Irak se olvide?
R: El día que los americanos abandonen Irak, el país volverá absolutamente al silencio; pasó en Somalia y en Afganistán con los soviéticos, y es posible que en el momento que EEUU abandone Irak el conflicto se olvide e incluso pueda llegar a ser más violento que ahora. No creas que el interés informativo coincide con la violencia del conflicto, tenemos el caso del congo, donde, en siete años, ha habido tres millones y medio de muertos.
P: ¿Por qué carecen de interés mediático?
R: Lo digo claramente: hay una gran irresponsabilidad de la prensa en general y por la televisión en particular porque convierte el drama en un titular y han reducido las víctimas a un número, se trata de un desglose de números: miles de muertos, decenas de miles de desaparecidos, millones de desplazados, millones de personas que mueren por SIDA… sin tener en cuenta que cada una de estas personas tiene una biografía. Todo eso no se cuenta. He visto hace poco el titular de que cada año mueren de hambre seis millones de niños. Ya lo sabemos. Cada año es el mismo cuento. Sale un titular y después se olvida hasta el año siguiente. La prensa en general no está cumpliendo a rajatabla con sus objetivos básicos como es cuestionar la acción política, poner en entredicho las declaraciones oficiales, no hacer las preguntas pactadas… Cómo es posible que todos los gobiernos españoles desde la transición han vendido armas ligeras, y nadie ha puesto en entredicho esta actitud; en la oposición, todos han dicho que van a intentar solucionarlo y cuando llegan al gobierno se olvidan por completo.