Periódicos sin rotativas
El periódico que llega a los quioscos cada mañana es el resultado de un proceso que ha ido avanzando tecnológicamente. Actualmente, la cadena de producción de un diario es digital casi en su totalidad, excepto en sus últimos eslabones, la distribución y el producto final. Internet eliminó hace tiempo estos dos últimos en los diarios online mientras que la reciente comercialización de aparatos con tinta electrónica acerca el momento en que los periódicos impresos sean digitales hasta el final.
Los ciudadanos más tecnoconsumistas del planeta pueden ya adquirir el primer dispositivo con tinta electrónica. Desde hace unas semanas está a la venta en Japón Librie, un producto creado por Sony con la tinta electrónica desarrollada por Philips. El atractivo de Librie es oculto. Por fuera no es más que una billetera metalizada pero al activarla descubre una resolución desconocida en las pantallas digitales.
500 libros en la palma de la mano
Librie tiene un cometido: la lectura de libros. Tiene capacidad para almacenar hasta 500 ejemplares, que se descargan vía Internet en un formato creado ex profeso llamado BbeB. No obstante, Librie no está pensado para estar conectado ni navegar por Internet. La pantalla, en blanco y negro, utiliza corriente únicamente cuando cambian los contenidos, por lo que sus pequeñas pilas dan al producto mucho autonomía.
La tinta electrónica, con la que se lleva muchos años experimentando y no sólo Philips, ofrece la misma resolución y características de lectura que el papel. No emite luz, sino que la refleja, lo que hace que sea tan fácil de leer a la luz del día como entre cuatro paredes y desde cualquier ángulo.
Primer «e-paper» antes de finales de año
Pero Librie es sólo un aperitivo. Antes de que acabe este año, la tinta electrónica se aplicará también para leer periódicos, más concretamente para hojear el rotativo sueco Sundsvalls Tidning. Este diario prepara con Sony el lanzamiento de una edición especial para un dispositivo tan enrollable y ligero como el papel, como lo anunció un directivo del periódico durante la II Cumbre Mundial de Diseño en Prensa, celebrada hace unos meses en Málaga.
Los responsables del diario han integrado el diario electrónico en su estrategia de negocio. Consideran la diversidad de dispositivos y canales como el flotador de una industria que se hundiría si sólo esperase flotar sobre papel.
Las pantallas enrollables, por tanto, dejarán de ser ciencia ficción para convertirse en el último grito en tecnología móvil. Tras años de investigación, Philips está ya en proceso de producción masiva. Para su comercialización ha creado incluso una nueva empresa, Polymer Vision, que lidie con sus contrapartes en la industria.
Limitaciones iniciales
No obstante, por el momento no podrán mostrarse diarios en tamaño sábana. La pantalla mide 12 centímetros de ancho, apenas la mitad de un folio. Los responsables del Sundsvalls Tidning han creado un formato de presentación especial para su «e-paper» que recuerda a los orígenes del diario, puesto que su antecesor se publicaba en 1841 en un tamaño similar.
Las limitaciones de estos primeros dispositivos con tinta electrónica se irán superando a medida que la tecnología avance. Es sólo cuestión de tiempo. Otra cosa es que acaben siendo una mero soporte electrónico de los diarios impresos tal cual.
Más que un mero soporte
Por un lado están las consideraciones puramente físicas y estéticas, ya que aun siendo posible crear una pantalla tamaño sábana reducible al tamaño rollito de primavera, sería de dudosa utilidad. La capacidad de almacenamiento de los dispositivos electrónicos hace que un tamaño de pantalla portátil poco manejable sea una contradicción. La variedad de dimensiones no será tan amplia como la de formatos de periódicos, por lo que éstos tendrán que crear modelos de presentación específicos, tal como lo ha hecho el Sundsvalls Tidning.
Por otro lado, los dispositivos con tinta electrónica ya permiten la actualización de los contenidos y la incorporación de algunos elementos multimedia, prestaciones que aumentarán en el futuro. Los diarios no podrán limitarse a la mera reedición de informaciones dentro de una maqueta de diario impreso. Los usuarios de pantallas probablemente esperen algo más.
La experiencia de Internet
Es arriesgado imaginar ahora qué tipo de diario puede acabar siendo el «e-paper» pero lo sería aún más de no existir Internet. Sin la experiencia de la Red, los diarios podrían creer que los dispositivos con tinta electrónica son únicamente el sustituto a un bien escaso y caro, como es el papel. Tras ver los cambios en el consumo de la información y en la forma en que los ciudadanos interactúan con ella que ha supuesto Internet, parece obvio que cualquier dispositivo electrónico conectado a una Red e interactivo es algo más que el mero soporte de un producto.
Con Librie no se puede navegar con Internet. Sólo permite su actualización mediante un sistema de descarga ya previsto. La pantalla enrollable que comercializará Philips tampoco tendrá las capacidades de un ordenador online. De momento, están pensados para ser una plataforma de consulta ágil y portátil.
¿Enrollable y online?
No obstante, si los nuevos inventos siguen la tendencia dominante de muchos dispositivos de permitir la conexión a la Red, los diarios tienen un gran reto ante sí porque el producto puede parecerse más a un diario electrónico, interactivo y de constante actualización, que a un diario impreso, que tiene una o dos ediciones al día.
El «e-paper» visto así significaría un cambio no sólo en la manera de ofrecer y elaborar la información sino en los ritmos y modos de producción, cuyo mayor símbolo y motivo de dispendio, la rotativa, sólo representaría a uno de los canales del producto informativo. En el resto, los diarios se habrían convertido en medios enteramente digitales en todas las fases de su sistema de producción hasta el producto final. Pero eso es el futuro. Por ahora, el sustituto electrónico del papel ya está en la calle.