Los investigadores de Guadalajara piden la estabilización laboral de su trabajo
La situación de los investigadores profesionales en España no es nada boyante. La manida frase “que inventen otros” no es del todo cierta en un país cuya transformación económica resulta notoria. Pero tampoco conforma un panorama alentador. Fuentes de la Federación de Jóvenes Investigadores detallan las insuficiencias de la situación de la investigación en España: ausencia de una carrera de investigador, periodos sin cobrar entre cada fase y ausencia de derechos laborales básicos en muchas etapas. Los profesionales de la investigación reclaman la asignación de mayores recursos económicos, mejor dotación técnica y aumentar su presencia en el área de estudios de las Ciencias Sociales. Esta coyuntura se complica en Guadalajara ante situaciones como la imposibilidad que tienen los investigadores para optar a las convocatorias de la Junta de Castilla-La Mancha por las peculiaridades de la universidad en nuestra provincia, con todas las consecuencias que esto tiene. Jesús Sanz, cabeza visible del grupo de investigadores de Guadalajara, hace el doctorado en la Rovira i Virigili” investigador en formación. “En este país –señala- hay una política basada en el contenedor, en inaugurar centros tecnológicos, pero hace falta profundizar en la inversión en recursos humanos”.
Sin embargo, la primera dificultad que tienen los investigadores no son de índole económica, sino político-administrativa. No requieren de más presupuesto, sino de una voluntad decidida por resolver un trámite burocrático. Guadalajara pertenece a Castilla-La Mancha, mientras que su universidad, la Universidad de Alcalá de Henares, es de la Comunidad de Madrid. En el campus de Guadalajara únicamente se ofertan algunas diplomaturas y no se ofrecen estudios de licenciatura, además de no existir apenas departamentos cuya sede esté adscrita al campus de Guadalajara. Esta cuestión, sostiene Jesús Sanz, “plantea un problema, ya que todas las convocatorias que se convocan ligadas a investigación en Castilla-La Mancha (becas pre-doctorales, becas postdoctorales.), tienen como requisito que “la tesis objeto de la ayuda se realice en el ámbito de las universidades de Castilla-La Mancha”, es decir, la Universidad de Castilla-La Mancha o el campus de Guadalajara de la Universidad de Alcalá. En paralelo, aquellas convocatorias que pretenden ofrecer ayudas a grupos de investigación estables presentan unos requisitos análogos. Esta situación tiene dos consecuencias. La primera, que “excluye”, según Sanz, “a todos aquellos que realizamos estudios que no se ofertan en la Comunidad Autónoma, y especialmente en el caso de Guadalajara, está excluyendo a todos aquellos que hemos salido a otras comunidades autónomas, especialmente Madrid, por la cercanía existente y porque los estudios que queríamos realizar no se ofertaban en nuestra provincia, es decir, la inmensa mayoría”. Además, dadas las características del campus guadalajareño, “estas bases están haciendo que apenas se esté apoyando la investigación en Guadalajara, puesto que como he mencionado anteriormente son muy pocos los departamentos adscritos a dicho campus, y por tanto muy pocas las arreas de conocimiento en las que se pueda realizar investigación”.
La solución a este obstáculo para los investigadores de Guadalajara no es compleja. Otras comunidades, como Aragón, que se encuentran en un caso similar, lo han resuelto ampliando las ayudas a todos los titulados que “se matriculen en los cursos de doctorado de las instituciones académicas del Sistema Universitario de Aragón” y a los que tengan la vecindad administrativa en cualquiera de los municipios de Aragón y que, por no existir el programa de doctorado correspondiente en las instituciones académicas del Sistema Universitario de Aragón o no haber obtenido plaza en las mismas, deban realizar sus estudios de doctorado en otra Comunidad Autónoma”. Con esta fórmula se permite, según Sanz, “que cualquier persona que realizase estudios de doctorado en otras comunidades pudiera optar en igualdad de oportunidades a una ayuda de estas características con otras personas que sí cursan sus estudios en Castilla-La Mancha”. la dependencia de Guadalajara con Madrid en el ámbito universitario plantea “la necesidad” de esta medida, según varios investigadores consultados por este diario.
Buscarse la vida fuera
En el área de las Ciencias Sociales, la producción de conocimiento que se realiza está a veces adscrita a un territorio concreto y dada la inexistencia de titulaciones de Ciencias Sociales en Guadalajara (salvo Historia, Económicas y Derecho tampoco existen otras titulaciones en todo el Corredor del Henares), provoca la falta de trabajos realizados en muchas áreas de conocimiento. Tampoco se han financiado a grupos estables de investigación ni se han realizado tesis sobre temas que pudiesen ser de interés para la provincia. El compromiso del Gobierno regional con la investigación y el desarrollo (I+D), según datos del INE del año 2005, se traducía en el 0,45% del PIB. Madrid dedica el 1,82% y Navarra el 1,67%. En todo caso, esta cantidad ha ido en aumento con respecto a décadas anteriores.
El presidente de la Junta, José María Barreda, estuvo en Guadalajara en noviembre pasado para asistir a la entrega de los Premios de Investigación e Innovación. Fue el marco elegido para anunciar el compromiso de incrementar el presupuesto en este terreno. Luego agradeció el ejemplo que suponen para toda la sociedad los investigadores y reconocer en ellos “su dimensión humana por encima de su conocimiento científico”. El presidente autonómico puso en valor la influencia que los avances científicos tienen hoy en día en las decisiones políticas, económicas y en las actuaciones sociales. Barreda advirtió que Castilla-La Mancha “cuenta con una masa crítica capaz de ofrecer soluciones a los problemas que esta tierra plantea”. Jesús Sanz considera que los investigadores alcarreños “nos tenemos que buscar la vida fuera de la provincia”. Este colectivo confía en que la Administración autonómica sea sensible con la realidad geográfica y demográfica de esta provincia. Actualmente, en todo el Corredor del Henares, tanto la zona de Madrid como la de Guadalajara, un área de alrededor de 800.000 habitantes, no hay una titulación de Ciencias Sociales. El efecto frontera, en este caso, no está siendo positivo para Guadalajara. Los investigadores, aunque no son un número elevado, llevan a cabo un trabajo relevante para la sociedad. “Somos pocos –concluye Sanz- pero contribuimos a defender la idea de territorio”.
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La delegada de Educación admite que “urge facilitar la transferencia entre la carrera y el sector productivo”
María Ángeles García asegura que la Junta está estudiando la fórmula legal para que los investigadores no dependan de las becas
Los investigadores confían en que el parque científico del nuevo campus transforme las condiciones de la investigación en Guadalajara
Los jóvenes investigadores de Guadalajara, integrados en la Federación de Jóvenes Investigadores no se resignan a ocupar un papel secundario en el ámbito universitario. Quieren olvidar las becas y piden contratos. Consideran “inaceptable” su situación de precariedad. Necesitan más inversión y reivindican su relevante función social. En todo caso, la investigación en Guadalajara puede encontrar su revulsivo con el Parque Científico Tecnológico, un proyecto adosado a la construcción del nuevo campus universitario. El rector de la Universidad de Alcalá, Virgilio Zapatero, confía en que se convierta “en un centro de referencia”.
Los becarios de investigación quieren dejar de serlo para ser contratados. A través de la Federación de Jóvenes Investigadores, luchan contra la precariedad en la investigación. Y reivindican una actividad que consideran esencial en la universidad. La delegada provincial de Educación, María Ángeles García, asegura a este diario que el Gobierno regional “está trabajando para que eso ocurre”. ¿Cómo se puede materializar? García revela que la Junta está estudiando “una fórmula legal para facilitar la transferencia entre la carrera y el sector productivo para los investigadores”. Y añade: “no tiene ni pies ni cabeza que un investigador tenga que vivir de una beca. Urge mucho actuar en ese terreno”. El objetivo de la Junta, según García, “es estabilizar a los investigadores, que no estén solo al albur de programas de ayuda”. Un caso que ejemplifica esa situación es el de la Unidad de Investigación del Hospital de Guadalajara. Algunos de sus miembros, a los que se ha concedido becas predoctorales y postdoctorales, realizan sus investigaciones durante 4 o, como máximo, 6 años. Cuando están formados, tienen que marcharse ante la imposibilidad de vincularlos laboralmente. En realidad, es algo ilógico: el sistema rechaza a personas en las que invierte un dinero en formar. Pierden los servicios y pierden los investigadores.
En todo caso, la delegada de Educación subraya que las ayudas de la Consejería “han funcionado bien” y reconoce que “si no hay investigación, no hay desarrollo”. Concretamente, ha destacado el trabajo desarrollado en el centro de investigación de Yebes y el Centro Apícola, en Marchamalo. Lleva funcionando desde 2004 y allí trabaja el investigador con más prestigio actualmente de la provincia, Mariano Hijes. Se trata de un Centro muy especializado en el desarrollo de líneas de investigación que respondan a las necesidades del Sector Apícola, destacando las siguientes líneas: Epidemiología y Control de Varroosis, Ascosferiosis y Loque Americana, Evaluación y Manejo de Materiales Apícolas y Mejora de la Producción Apícola. También se prestan en este Centro servicios a la Denominación de Origen «Miel de La Alcarria», centrados básicamente en la Caracterización y Calidad de Mieles y en Detección de Residuos. Es un ejemplo evidente, nítido, ilustrativo, de la relevancia que adquiere la investigación cuando se dota de los recursos suficientes.
Sin embargo, no todo el monte es orégano ni todos los científicos pueden desarrollar en igualdad de condiciones su orientación profesional. El problema de la precariedad se acentúa por la inexistencia en la región de una carrera científica. Los jóvenes investigadores luchan para que cualquier persona que quiera dedicarse a la investigación pueda optar por caminos que no pasen por adscribirse a una universidad u otra institución a través de una vinculación contractual relativamente estable, lo que equivale a 3 o 5 años. Hay que tener en cuenta que, actualmente, el modelo funcionarial aplicado en la universidad apenas crea nuevas plazas, y aquellas personas que están trabajando en la universidad tienen una fuerte carga docente y administrativa, que les dificulta poder dedicarse plenamente a tareas de investigación.
Más titulaciones
Para intentar paliar los problemas que aquejan a la investigación, Guadalajara tiene delante un proyecto ambicioso. La creación del futuro campus universitario de la Universidad de Alcalá recoge la construcción de un parque científico-tecnológico. Jesús Sanz, investigador de Guadalajara, califica de “oportunidad de oro” este proyecto para impulsar el sector. Lamenta que el debate sobre el nuevo campus se esté centrando en su ubicación y no en el contenido: “qué titulaciones se impartirán, en qué se realizará investigación en ese parque científico-tecnológico, si albergará grupos estables de investigación, etc.). Se trata de una infraestructura de vital importancia para la ciudad y, de materializarse, puede transformar el panorama de la investigación y de la transferencia de conocimiento de una manera radical. Los jóvenes investigadores de Guadalajara aseguran que el parque científico también podría ayudar en el futuro a prestar cobertura administrativa a aquellos investigadores o grupos de investigadores existentes. De esta manera, podrían concurrir en igualdad de oportunidades a este tipo de convocatorias. A juicio de Mª Ángeles García, titular provincial de Educación, la creación de un parque científico y tecnológico en nuevo campus universitario significa que la Administración “va a apostar por la carrera científica”.
Ligado al campus, cobra importancia la Fundación Universitaria para el Desarrollo Científico y Cultural para la Promoción de Guadalajara. Se creó hace cinco años y en noviembre fue relanzada con el objetivo de promocionar el desarrollo científico tecnológico y cultural. Hasta ahora, como ha reconocido el rector de la Universidad de Alcalá, Virgilio Zapatero, “ha permanecido dormida”. Son patronos de esta Fundación la Universidad de Alcalá de Henares, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Guadalajara y representantes del mundo empresarial. El rector de la Universidad ha recordado que este tipo de Parques son muy demandados por los empresarios y lo centros de investigación y ha mostrado su confianza en que el Parque de Guadalajara llegue a ser “emblemático y un punto de referencia nacional e internacional”. Los miembros de la Fundación han iniciado el proceso para buscar un director del parque que responda al perfil de un “profesional solvente, alto nivel, experiencia y prestigio”.
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Ciencias Sociales, desplazadas
Una de las trabas que se encuentran los investigadores en Guadalajara es que no existe una carrera investigadora que permita algún tipo de vinculación estable en alguna universidad o centro de investigación, a diferencia de lo que pasa en otras comunidades como Cataluña. La producción de conocimiento que se realiza en muchos casos en las Ciencias Sociales está adscrita a un territorio concreto. Si no existe una financiación estable que ayude a la realización de investigación en las etapas predoctoral o postdoctoral, o que ayude al mantenimiento de grupos estables de investigación, “es difícil que la investigación juegue un papel importante en ese territorio”, sentencia Jesús Sanz, que actualmente realiza su tesis en el centro de la UNED en la capital alcarreña. Para más inri, en el caso de determinadas áreas de conocimiento de las Ciencias Sociales (sirvan como ejemplos Antropología Social, Ciencias Políticas, Sociología o Trabajo Social), no existe ninguna universidad en todo el Corredor del Henares que ofrezca estas titulaciones, salvo la UNED, con las peculiares características que tiene este centro educativo, que no puede concurrir a las convocatorias del Gobierno regional ni de otros desde sus centros asociados. Esta posición sobre los requisitos planteados en torno a este tipo de ayudas, hace que apenas hayan aparecido investigaciones sobre el ámbito de inmigración en Guadalajara. Hay muy pocos trabajos publicados al respecto. Y los que hay son fruto de estudios aislados financiados por algunas instituciones, como ayuntamientos o ONG’s, pero no de un grupo estable de investigación con líneas y trayectorias de investigación perfectamente definidas que trabajen desde hace unos años sobre el tema. Otras materias, como el turismo, la economía o la geografía, también se ven perjudicadas por esta falta de investigación.