Entrevistas

21 enero 2008

CHEMA POOLE, AUTOR DE "CINCO FINALES Y UNA LIGA" Y PRESIDENTE PEÑA LOS MOLINOS DEL ATLETI EN GUADALAJARA

«Ser hincha del Atlético de Madrid es un veneno delicioso»

El presidente de la peña colchonera “Los Molinos” de Guadalajara narra en un libro sus andanzas siguiendo al ‘Atleti’ con su vespa
José María Poole Ruiz, más conocido en la Alcarria como Chema Poole, acaba de escribir un libro curioso y entretenido: “Cinco finales y una liga”. Lo ha editado él mismo y lo ha pagado de su bolsillo. Es socio del Atlético de Madrid y presidente de la peña colchonera “Los Molinos” de Guadalajara. Un atlético de corazón. Durante una década recorrió España entera y parte de Europa para seguir las andanzas de su equipo del alma. Lo hizo a bordo de su vespa, a la que llama “La Petronila”. La historia empieza con la final de Copa perdida contra el Zaragoza en 1987 y acaba con el “glorioso” doblete del 96. Entre medias, la Copa del Rey ganada al Madrid en el Bernabéu en 1992. “Aquello fue muy fuerte”, confiesa. Acumula un cerro de historias, de anécdotas, de vivencias. Todo ello lo cuenta en casi trescientas páginas cuajadas de un sinfín de fotografías divertidas. Ahora no viaja tanto, pero sigue conservando el mismo entusiasmo para animar a su Atleti. Es un tipo que entiende el fútbol como un deporte y como un juego en el que lo importante ni siquiera es participar. Lo importante es pasarlo bien. Divertirse. Tomar unas cañas en el Rastro y ponerse el traje de hincha por la tarde. Vibrar con los goles de tu equipo en el Calderón. Discutir de fútbol con los amigos, pero nunca con violencia. Regalar una bufanda a la afición contraria. Y viajar para seguir alimentando la pasión por unos colores. Chema Poole es un aficionado de los que redimen el fútbol y nos reconcilian con sus aficiones, sus miserias y sus sueños.
Nueva Alcarria, 21.01.08
Raúl Conde

¿Por qué eres del Atleti?
Soy del Atleti porque el veneno rojiblanco tan delicioso que me inculcó mi chachi Guillermo, que es al que le dedico mi libro y murió en accidente de tráfico. Nos inculcó el sentimiento rojiblanco a toda la familia desde pequeñitos. Esto de por qué somos del Atleti viene por la campaña publicitaria, pero es un tópico. Imagínate que un niño del Levante le diga: papá, ¿por qué somos del Levante? O uno del Mérida, que ya ha desaparecido: papá, ¿por qué somos del Mérida? O del Polideportivo Ejido. El Atlético de Madrid es un equipo peculiar en el sentido que no significa nada con respecto a Madrid. Es un equipo de fútbol. El resto representa a alguien. El Barcelona es el equipo de Cataluña, el Espanyol se fundó por catalanes españoles mientras Gamper era extranjero, el Betis de Andalucía… El Atlético simplemente es un equipo de fútbol que no tiene ninguna connotación ni política ni geográfica.

Pero el Atleti es el equipo del mercado de la Cebada y los barrios populares de Madrid, ¿no?
Es que antes los equipos funcionaban por el estadio. Cuanto más grande, mejor equipo tenías. Chamartín se hizo muy pronto. Tenía más público y más dinero. El Atleti en el 66 se fue al Calderón y al estar en el sur de Madrid venía la gente de La Latina, de los Carabancheles, que es más popular. Se hizo el equipo proletario de Madrid. En ese sentido, sí, pero hoy en día ha cambiado mucho. En Inglaterra, por ejemplo, también. Todas aquellas connotaciones que tenían el Liverpool o el Everton han cambiado. Pero sí es verdad que hemos sido el equipo de los “currelas” de Madrid.

¿Cómo surge la idea de hacer el libro?
La parí en mi cabecita. Tengo memoria de muchas batallitas, como se puede comprobar en el libro, y quería hacer llegar a la gente unas vivencias. Cuando se cumplieron diez años del doblete en 1996, ahí empecé a meterle caña a lo bestia. Lo he hecho por fases.

El relato lo empiezas en la final de Copa de 1987.
Sí, la que perdemos con el Zaragoza. Las cinco finales del título de libro son esta del Zaragoza, la del 91 que le ganamos al Mallorca en el Bernabéu con gol de Alfredo Santaelena, la final del 92, que es la final estrella del libro. Aquello fue maravilloso. Fue la que le ganamos en su propia casa al enemigo, al Madrid en el Bernabéu, con gol de Schuster y Futre. Luego, hay una final extra que fuimos a ver en el 94, que fue la que le ganó el Zaragoza al Celta de Vigo en el Calderón. Íbamos a un concierto Paul Weller. Y al final nos perdimos el concierto y vimos la final de Copa. Y la última la de 1996.

La de mejor recuerdo fue la ganada al Madrid, claro.
Hombre, para nosotros fue especial aquello. Imagínate que llevábamos mucho tiempo… Fue increíble, fue increíble. Sobre todo como se produjo aquella victoria. Vino precedida de la pérdida del título de Liga del Madrid en Tenerife. Nosotros que nos descolgamos del título de Liga dos jornadas de que acabase. Aquella Liga, la de 1992-93, fue de las más emocionantes. Fue la primera que perdió el Madrid en Tenerife. Cuando quedaban tres jornadas para acabar la Liga, nosotros fuimos al Bernabéu. Nos pusimos por delante en el marcador, nos empataron y podíamos habernos colocado de líderes, pero marcó Maqueda en un remate que dio en Schuster y despistó a Abel. Para tener posibilidades la última jornada, teníamos que ganar en La Coruña en la penúltima. Y la pifiamos. ¡Este Atleti! Empatamos en La Coruña y ya se quedaron para jugarse la Liga solos el Madrid y el Barcelona. Al Madrid le bastaba con empatar en Tenerife…

Por cierto, la leyenda de las pifias tampoco se la quita el Atleti nunca.
Pifias hace todo el mundo. Imagínate Buyo en aquellas ligas. Lo que pasa es que las pifias, cuanto más sonadas son, es cuanto más importante es el evento. ¿Quién no recuerda aquel gol que se marcó el pobre Arconada en la final de la Eurocopa del 84? Pobre hombre, esa pifia la hace en un Real Sociedad-Sevilla y nadie se acuerda. Pero a nosotros nos viene el sambenito que se nos colgó de una frase que metió la pata Vicente Calderón después de haber perdido la final de la Copa de Europa con el Bayern de Munich, que aquello sí que fue una de las cosas más fuertes que recuerdo yo.

¿Qué anécdotas recuerdas con las aficiones?
Un día llegando a ver un partido en el Calderón me cogió una rubia con la cámara en un gorro que ponía mágico Atlético. Me dice: “macizo Atlético”. Y le contesté: “no, no, maciza tú, rubia”. Me quité el gorro con una mano, metí la otra mano vacía, todo para aquí, todo para allá, soplo y, todo el mundo callado, saco la mano y digo: ¡otros tres puntitos para el Atleti! Y luego resulta que era para un programa que lo veía todo el mundo, “Esta noche cruzamos el Mississipi”, de Pepe Navarro. No veas tú en Guadalajara después…

¿Los hinchas del Atleti estáis vacunados contra el sufrimiento?
No, sufridos son los del Levante, o los del Valladolid, que esta semana han quedado eliminados. Pero si esto es un juego, hay que divertirse, es para pasárselo bien. Si tú te coges el día libre, el domingo, te gastas tu dinero, pues para pasártelo bien. Si no es así, es que eres masoca. Ahora la gente se lo toma todo demasiado en serio.

¿Está politizado el fútbol?
Mucho, mucho. Te puedo decir que, antes, hace un montón de años, en el Calderón los días que más fiesta había era cuando venía el Betis, el Sporting de Gijón y el Athletic de Bilbao. Aquello era una fiesta. Todos los bares llenos de bilbaínos, con sus “txapelas”, charangas… Ahora no viene nadie, y eso es una lástima. ¿Por qué? Por la política, pero lo estropea todo.

¿Pero eso lo estropea la política o los grupos radicales de aficionados?
Es que sobre eso hay mucho que hablar, pero últimamente no son sólo los aficionados radicales. Es que es todo el mundo, que está como encabronado. Es una locura. Lo ves no sólo en los campos de fútbol, también en los atascos de los coches, por ejemplo. Los derbis, por ejemplo, son lo peor. Yo a los derbis no voy porque lo paso mal. La gente que el resto del año se sientan al lado mío, están tranquilas y el día ese se vuelven locos. Volví hace unos años por ver a Zidane, pero no hizo buenos partidos en el Calderón. Hay mucha violencia, tanto verbal como física.

¿Las relaciones entre el Madrid y el Atlético han sido siempre así o hubo un tiempo de benevolencia?
Antes los derbis eran muy distintos. Había ‘vaciles’, alguna trifulquilla que otra, pero desde Guadalajara íbamos gente del Atleti y venía gente del Madrid con nosotros. En cuanto a los ultras, en Madrid pasa una cosa muy curiosa porque es que son iguales. Ideológicamente, son iguales. Lo que pasa es que los del Frente Atlético son muchos más que los Ultras Sur. Antes no, antes se suponía que los ultras del Madrid eran más de derechas, pero de aquí a unos años son iguales. La gente del Frente ¿con quién puede tener relación? Se supone que sus enemigos son los del Espanyol y del Real Madrid y luego los ultras de estos dos equipos ideológicamente son como ellos. Antes con los del Barça se llevaban bien y ahora no. ¿Por qué? Porque los “boixos nois” son catalanistas y éstos son de ultraderecha.

¿Sigue yendo a los desplazamientos del equipo?
Ahora voy menos, pero sí, a alguno. Vamos con la peña, desde Guadalajara, unos 30 o así. Al que vamos a ir seguro es a la final de la Copa del Rey de este año, a la Cartuja. Ayer [por el miércoles, día en que Atleti se clasificó para los cuartos de final de la Copa] ya lo cantábamos. El Madrid, qué lástima, no va… Como lloro, como lloro. La Copa es el trofeo más difícil de Europa. Llevan tres copas de Europa en color, como dicen ellos, y ninguna Copa del Rey, debe ser que es más difícil. Igualito jugar contra el Mallorca que contra el Steaua de Bucarest o esos equipos.

¿En Guadalajara sois la única peña del Atlético?
No, hay más. Hay otra más antigua que nosotros cariñosamente llamamos “de los viejos”. Autobuses ponen ellos y nosotros desde Guadalajara para ir a ver los partidos. Luego, en Sigüenza hay otra, en Escariche, hay varias peñas del Atlético en la provincia.

Guadalajara es más merengona que colchonera. ¿Es difícil la convivencia?
Sí, eso está claro, hay más gente del Madrid en Guadalajara. Hay que reconocerlo porque es evidente. Ten en cuenta que este es el país de los madridistas. El 80% de la población es madridista. Eso lo tenemos muy claro.

¿Cuáles han sido sus ídolos en el Atleti?
No he sido muy de ídolos. He admirado sobre todo a Kilo, Manolo también por la humildad, Abel, Donato le encantaba a mi mujer, Caminero, Laudrup… Un montón de jugadores, pero sobre todo me quedaría con Kilo. Aquel año que nos dio fue estupendo. Aquel gol que le marcó al Salamanca aún me pone los pelos de punta.

¿El mejor equipo que ha visto del Atlético fue el de Antic?
No sé, el de 1992 fue muy bueno también. Al contraataque el de Ivis y el año que nos salió el doblete con Antic también, pero de jugar al fútbol el de Ivis. Aunque no ganamos aquella Copa, era la caña el contraataque.

¿Está de acuerdo con el cambio de campo que quiere hacer el club y abandonar el Calderón?
El Calderón es un campo que es la leche. Es precioso. Tú no sabes lo que es coger un domingo, cuando juega el Atlético a las cinco o las seis de la tarde, te vas al Rastro, te vas a tomarte tu vermú, te das una vuelta, luego comes, te tomas el cafelito, bajas por el paseo de Pontones para abajo y ves el ambiente de los alrededores del campo antes del partido. Eso es increíble. O entre semana, cuando jugamos en Europa, que te vas por la plaza Mayor y está lleno de escoceses o de belgas o del equipo que vaya. Vas andando, te tomas una caña y te bajas al Calderón. En la Peineta todo eso no lo vamos a tener. Está claro. ¿Qué pasa? Que se veía venir. Yo cuando vi lo que hizo el Espanyol con su campo, se veía venir. Es una vergüenza. No puede ser que lleguen unos tíos, paguen cuatro y luego vendan por ochenta y seis. A estos [se refiere a la familia Gil] no les costó nada el campo y ahora lo venden. ¿El Atlético de Madrid se va a la Peineta o son los Gil los que nos llevan a la Peineta? No es lo mismo irte porque quieres que irte porque tienes que pagar unas deudas increíbles.