Las terapias de Proyecto Hombre se centran en torno a la cocaína en detrimento de la heroína
La Asociación Proyecto Hombre está formada por 26 Centros en toda España, entre ellos el de Guadalajara que opera para toda Castilla-La Mancha. Todos ellos comparten la misma metodología aunque la estructura y duración de los programas varía según las demandas sociales, la problemática personal y la realidad sociocultural de la zona. El centro de Guadalajara ha cumplido esta semana su decimoquinto aniversario. Para celebrar la efemérides, ha organizado durante los últimos días un congreso europeo bajo el título de “Rehabilitación y Sentido de la Vida”. Proyecto Hombre en Guadalajara se creó en diciembre de 1992, aunque un mes antes ya se había abierto el programa. El director-presidente es Modesto Salgado, un hombre a quien el ex presidente regional, José Bono, ha definido esta semana de la siguiente forma: “si no existiera, habría que inventarlo porque es un hombre bueno en el sentido más extenso de la palabra”.
El titular de la delegación alcarreña de Proyecto Hombre es Sociedad del Henares Proyecto Hombre. Su ámbito territorial abarca no sólo Guadalajara, sino a toda Castilla-La Mancha y el Corredor del Henares, una zona no precisamente tranquila. A lo largo de estos quince años, Proyecto Hombre ha atendido en Guadalajara a mil drogodependientes. Actualmente prestan servicio a cerca de doscientas personas. Son cifras que dan una idea del extraordinario trabajo desarrollado por los profesionales que atienden esta iniciativa. Salgado explica que “al principio comenzamos con gente con problemas de heroína; ahora el mayor colectivo es de personas adictas a la cocaína, muchos de ellos ambulatorios, no residenciales”. A lo largo de estos tres últimos lustros, Proyecto Hombre en Guadalajara ha variado su programa, aunque siempre respetando las directrices fundamentales, basadas en conseguir la reinserción de los jóvenes con problemas de adicción a las drogas o el alcohol. “Nos hemos especializado y adaptado a las distintas problemáticas, con programas para mujeres con hijos; de alcohol o de patología dual”, especifica Salgado.
El ex presidente de la Junta, José Bono, amigo personal de Modesto Salgado, ha agradecido en múltiples ocasiones el trabajo que realizan los responsables de Proyecto Hombre, de quienes ha dicho que “estos son los imprescindibles, los que trabajan todos los días y se creen lo que hacen”, para añadir que “los demás, el jefe de uno u otro partido puede cambiar y el mundo sigue girando, ya que aquí lo que importa de verdad son las personas que más se entregan, los más solidarios”. En opinión de Bono, los jóvenes que son tratados en este centro “valen exactamente igual que quienes no estamos en Proyecto Hombre”. El dirigente socialista ha ensalzado el esfuerzo que realizan los jóvenes por salir del mundo de la droga y el encomiable trabajo del responsable del centro, Modesto Salgado, que constituyen “lo más valioso que yo me he encontrado desde hace mucho tiempo”.
Apoyo de la Junta
El Gobierno de Castilla-La Mancha apoyó a Proyecto Hombre desde el primer momento. El propio ex ministro de Defensa, José Bono, ha relatado las dificultades que hubo al principio para decidir su ubicación: “la gente se siente solidaria, pero luego no quieren tener cerca este tipo de centros. El obispo José Sánchez y yo nos empeñamos en que saliera adelante”.
El director general de Planificación y Atención Sociosanitaria, José Luis López, destacó el pasado miércoles el trabajo realizado por esta comunidad terapéutica, que a su juicio “se ha implicado de forma directa para mejorar la vida de los demás y ayudarles a acabar con sus adicciones a las drogas o el alcohol”. López hizo estas declaraciones tras asistir al acto de apertura con el que esta asociación conmemora su XV Aniversario y que ha reunido esta semana a más de 110 profesionales de comunidades terapéuticas llegados de distintos puntos de la región y del país, e incluso desde países como Italia o Alemania. El congreso ha sido todo un éxito, tanto por la difusión del trabajo realizado por Proyecto Hombre como por la alta participación en las ponencias. El director general resaltó el “importante papel” que desarrollan las comunidades terapéuticas en la región y dijo a los participantes que el trabajo de colaboración desarrollado entre Proyecto Hombre y la Consejería de Sanidad, a través de la Fundación Fislem, “ha posibilitado aunar esfuerzos para que entre todos hayamos podido adaptarnos a las nuevas formas de consumo y se pueda dar una respuesta eficaz para evitar el consumo de drogas y alcohol”. Por este motivo, López felicitó a los responsables de “Proyecto Hombre” y reconoció que estas comunidades terapéuticas “están consiguiendo devolverles la confianza a estas personas y apoyarles para que acaben con sus adicciones”, señaló el director general para reiterar el compromiso del Gobierno regional porque “creemos que la mejor inversión es, sin duda, colaborar en esta tarea”.
Proyecto Hombre es una de las doce comunidades terapéuticas con las que mantiene un convenio de colaboración la Consejería de Sanidad a través de la Fundación Fislem, lo que posibilita que los drogodependientes puedan recibir y continuar su tratamiento y que por sus características requieren un tratamiento en régimen de internado. En total, en 2007 se han concedido más de 1,7 millones de euros de ayudas para financiar el ingreso y tratamiento de este colectivo en las doce comunidades terapéuticas que existen en la comunidad autónoma. La atención asistencial a los drogodependientes en estas comunidades es una de las actuaciones recogidas en el Plan de Alcoholismo y Drogodependencias de Castilla-La Mancha 2006-2010, que abarca las áreas de prevención, tratamiento, inserción social y formación e investigación, y en el que se invertirán 78 millones de euros.
Tanto los profesionales que trabajan en la Asociación Proyecto Hombre como los que trabajan en los diferentes centros forman un equipo humano multidisciplinar. Entre el personal terapéutico hay personas con formación en áreas tan diversas como: educación social, pedagogía, psicología, trabajo familiar, medicina, magisterio, etc. Esta diversidad aporta riqueza a los equipos en cuanto a la variedad de puntos de vista en la intervención terapéutica pero también reciben una formación común especializada en la Asociación que ayuda a unificar criterios a la hora de aplicar el método terapéutico de Proyecto Hombre. Según sus responsables, “es necesaria una dedicación intensa y de calidad, originada en la disponibilidad en el servicio y la profesionalidad en la intervención, para dar una respuesta positiva al problema de las drogas”.
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Quince años combatiendo la droga y el alcohol “para vivir con autonomía”
Su filosofía se basa en enseñar a los jóvenes con problemas a valerse por sí solos
El ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, dijo el pasado miércoles en Sigüenza: “Vengo a expresar mi solidaridad con los chavales que se arriesgan a echar un órdago a la vida por vivir; por los que se la ganan; y por los que ganan ese órdago”. El director de Proyecto Hombre en Guadalajara, Modesto Salgado, revela las técnicas empleadas por esta asociación para conseguir devolver a la vida a los jóvenes con problemas de adicción. “La meta principal es que el afectado no recaiga, a base de potenciar su autoestima”, recalca.
Las emotivas palabras del político albaceteño en el congreso de Proyecto Hombre celebrado esta semana en Sigüenza subrayan el carácter ejemplarizante de la actividad desarrollada por esta asociación en Guadalajara. Desde su nacimiento, hace ahora quince años. Proyecto Hombre es un programa educativo-terapéutico para el tratamiento y prevención de las drogodependencias que nace en España en 1984. Trabaja tres aspectos fundamentales: la prevención del consumo de drogas, la rehabilitación y la reinserción del drogodependiente en todas las áreas de la sociedad. La Asociación Proyecto Hombre está integrada por 17.000 usuarios, en un total de 15 comunidades autónomas de toda España, que atienden cada año a más de 12.000 drogodependientes. Cada centro se gestiona de manera autónoma y comparte con los demás el método terapéutico y la misma filosofía, lo que quiere decir que los Centros participan de su experiencia recíproca, trabajan desde el apoyo y la cooperación entre ellos y comparten formación e investigaciones.
Adaptarse a las necesidades
El modelo de intervención terapéutica de Proyecto Hombre en toda su estructura en el Estado también involucra a la familia en el proceso de recuperación. La variedad de programas muestra el esfuerzo de la organización por adaptarse a las necesidades de los usuarios y a los cambios en los hábitos de consumo. Todos los programas son de cumplimiento voluntario por parte de los toxicómanos y están abiertos a cualquier persona que desee comenzar un tratamiento, de forma que nadie quede excluido por razones económicas. La Asociación Proyecto Hombre se declara “aconfesional, apartidista y sin ánimo de lucro”, es propietaria de la “marca” Proyecto Hombre y está Declarada de Utilidad Pública por el Consejo de Ministros. Asimismo, es miembro directivo de la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas, que está dotada de estatuto consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, y preside la RIOD, Red Iberoamericana de ONG que trabajan en drogodependencias.
La asociación es el eje sobre el que pivota la filosofía de Proyecto Hombre y los centros repartidos por todo el Estado, entre el que se encuentra el de la finca Castillejos en Guadalajara, mantienen una relación de autonomía y pertenencia. Autonomía, dado que todos los Centros se gestionan de manera autónoma. Pertenencia, porque comparten el método terapéutico pero también la misma filosofía, tutorías, estudios e investigaciones. Según sus impulsores, “los centros son un observatorio de la realidad, el lugar desde el que se realiza un tratamiento integral a los afectados, permiten a la asociación estar a la vanguardia en materia de drogodependencias y la convierten en un punto de encuentro, debate y reflexión a través de las Comisiones de expertos y la Asamblea de directores, que marcan las directrices a seguir.
Aprender a vivir
El programa de Proyecto Hombre tiene un enfoque biopsicosocial, que consiste en aprender a vivir de manera autónoma y sin ningún tipo de dependencia. Una persona que comienza un programa de Proyecto Hombre inicia un proceso terapéutico cuyo objetivo consiste en que la persona “recupere su autonomía, su sentido de la responsabilidad, y su capacidad para tomar decisiones y volver a ser un miembro activo de la sociedad”, tal como relatan sus responsables.
La variedad de programas de Proyecto Hombre es la respuesta a las demandas que se reciben diariamente en nuestros centros, a la evolución de los nuevos tipos de dependencias y en consecuencia, al perfil de los usuarios atendidos. La metodología integra elementos clave de la psicología humanista, sistémica, congnitivo conductual y logoterapia, entre otros. Su línea terapéutica promueve la dinámica de autoayuda como medio para facilitar un cambio de vida. En definitiva, propone un modelo de rehabilitación e integración social plena donde la clave del proceso está en identificar el problema existencial y trabajarlo desde un marco terapéutico-educativo.
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Especial atención terapéutica a las madres drogodependientes
La comunidad terapéutica de mujeres drogodependientes también ocupa buena parte de la acción de Proyecto Hombre en Guadalajara. Se trata de una comunidad terapéutica dedicada al tratamiento y rehabilitación de mujeres drogodependientes embarazadas o con hijos menores de tres años. El objetivo de este centro es conseguir la rehabilitación personal y la inserción social de estas mujeres en un contexto en el que conviven durante todo el proceso con sus hijos, sin necesidad de tener que separarse de ellos, así como atender a mujeres gestantes con problemas de drogodependencia para reducir daños para el niño.
Este programa de Proyecto Hombre de apoyo a mujeres con cargas familiares se integra en un plan más amplio para la rehabilitación e inserción de drogodependientes. La principal novedad de la experiencia de Guadalajara estriba en aprovechar las situaciones de gestación y nacimiento de un hijo, que son momentos de crisis para las mujeres que favorecen un cambio de conductas y de hábitos, para estimular la motivación para la deshabituación de las drogas. El nacimiento y el hecho de afrontar la maternidad resulta en ocasiones una carga excesiva para estas mujeres si no son atendidas y apoyadas adecuadamente, dando lugar al abandono del niño, dejándolo frecuentemente desatendido o en manos de sus familiares. La experiencia de Proyecto Hombre señala que en aquellas circunstancias en las que las madres afrontan el tratamiento alejadas de sus hijos, la recuperación del rol de madre es algo difícil, tanto para ellas como para los pequeños. En la Comunidad Terapéutica de Guadalajara se tratan de evitar estos problemas facilitando a las madres el desarrollo del tratamiento en compañía de sus hijos y proporcionándolas también la orientación necesaria para ayudarlas en el desempeño de sus responsabilidades educativas y afectivas con sus hijos.