Guadalajara, la quinta capital con el precio del agua más barato
No nos podemos quejar. A tenor de los datos sobre el precio del agua en España, la ciudad de Guadalajara sale bien parada. Concretamente, la capital alcarreña es la quinta de todo el Estado que tiene el precio del agua más barato: 0,62 euros por metro cúbico. Así se desprende de un informe realizado por la Federación de Consumidores en Acción (FACUA). Según esta entidad, el precio del agua en nuestro país puede variar hasta en un 426%, o lo que es lo mismo, hasta 386 euros cada año en función de la ciudad. El agua es el único suministro doméstico que carece de una normativa nacional que regule los derechos de los usuarios.
El estudio de FACUA analiza las tarifas del suministro domiciliario de agua de 28 ciudades españolas y concluye que la diferencia entre el precio más alto y el más bajo alcanza el citado porcentaje. Ante este desfase, la federación demanda a los ayuntamientos la puesta en marcha de mecanismos de participación de las asociaciones de consumidores en el diseño de las tarifas y la implantación del ciclo integral del agua. El consumo mensual de 10 metros cúbicos de agua supone un importe medio de 11,39 euros más IVA si el contador individual tiene un calibre de 13 milímetros y de 12,74 euros si es de 15 milímetros. Estas cifras, que incluyen las cuotas fijas y variables relativas tanto al abastecimiento como al saneamiento de agua, se elevan a 21,18 y 22,50 euros al mes, respectivamente, si el consumo es de 20 metros cúbicos, explica FACUA. Pero las tarifas son muy distintas dependiendo de la ciudad. Así, el consumo mensual de 10 metros cúbicos representa en Castellón 5,02 euros ó 6,66 euros, en función de si el contador tiene un calibre de 13 ó 15 milímetros, frente a los 24,46 euros de Palma de Mallorca o los 32,23 euros de Alicante con un contador de 15 milímetros.
Guadalajara, Palencia, Santander, Castellón y León son las ciudades con el suministro de agua más económico. Frente a ellas, Palma de Mallorca, Barcelona y Alicante tienen las tarifas más caras para contadores de 13 milímetros, mientras que en el caso de los de 15 milímetros las más elevadas corresponden a Alicante, Palma y Murcia. Si se incluyen los cánones que aplican 17 de las 28 ciudades analizadas por FACUA, generalmente para sufragar la mejora de las infraestructuras, los usuarios de Palma de Mallorca son los que pagan las tarifas más elevadas en consumos de 10 metros cúbicos con contadores de 13 milímetros, con un importe de 24,46 euros, frente a los 7,12 euros que abonan en Logroño. En consumos de 20 metros con contadores de 13 milímetros, Barcelona tiene el importe más elevado con un coste de 43,33 euros, frente a Santander, que tanto en el contador de 13 como en el de 15 milímetros tiene las tarifas más económicas, con un precio de 12,52 euros.
El coste del agua en España sube en los últimos años por encima del Índice de Precios al Consumo (IPC). Sin embargo, este incremento no es suficiente para cumplir con la Directiva Marco de Aguas de la Unión Europea, que obliga a recuperar los costes del preciado líquido -de servicio y medioambientales- en el umbral del año 2010, según constata el Ministerio de Medio Ambiente en un documento sobre “Precios y Costes de los Servicios del Agua en España”. Según la Asociación Española de Empresas de Abastecimiento y Saneamiento (AEAS), el precio medio del agua para uso urbano fue en 2004 de 1,17 euros por metro cúbico. En agricultura, los precios del agua de riego son bajos porque los servicios de captación, embalse y transporte de aguas superficiales son reducidos, con una media de 0,02 euros por metro cúbico, y también debido a la «falta de inversión en la reposición de grandes infraestructuras de embalse y transporte y de distribución de agua de riego». Esta falta de reposición «se está revirtiendo en este momento», añadió el informe.
El agua representa el 1% del gasto medio en cada hogar en España, según datos de Medio Ambiente. Un estudio reciente del BBVA revelaba que los españoles estiman que el precio del agua en España es “adecuado” (52%) o “alto” (37,4%). Sólo el 4,6% cree que el coste es bajo. Esta opinión contrasta con los precios que se pagan en otros países de nuestro entorno. En España, cada ciudadano paga en la factura del hogar: 1,28 euros por m3 de media, uno de los precios más baratos de Europa. En Dinamarca se la tarifa alcanza los 4,5 euros el m3 y en Suiza, 4,1, los más caros del continente. Sólo son más baratos Lituania (0,64) e Italia (1,15), según datos de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento.
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El Gobierno duplicará el precio del agua por mandato europeo
Según publicó el diario “Expansión” el pasado 30 de octubre, el Gobierno duplicará el precio del agua en los próximos tres años. De aquí a 2010, una directiva europea obliga a equiparar su coste real al que actualmente pagan los consumidores. Si no cambian las perspectivas, la cifra definitiva de incremento que sufrirá el agua en un plazo máximo de tres años será finalmente del 94%, lo que queda muy lejos del 45% que se planteaba inicialmente el Ministerio de Medio Ambiente.
En concreto, el precio por metro cúbico quedará ahora en 1,3 euros, como recoge la Estrategia España de Desarrollo Sostenible que plantea el Ejecutivo para la próxima legislatura. A mucha distancia de ese coste, los consumidores están pagando una media de 0,67 céntimos, lo que se conoce como «valor unitario de abastecimiento de agua», un dato que ofrece el Instituto Nacional de Estadística. Esos 0,63 euros de diferencia por metro cúbico son los que se traducen en un aumento del 94%. El Ejecutivo tiene ahora 3 años para cumplir con el mandato europeo, pues la Directiva marco comunitaria sobre el agua obliga a que las tarifas domésticas se adecuen al valor real del bien, » a más tardar», en 2010. No obstante, no se descarta que la subida sea mucho más inmediata, pues la propia ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha pedido al presidente Zapatero desde su Ministerio adelantar el aumento de la factura antes de que se acabe el plazo obligatorio de la legislación europea. Narbona lo defiende como una forma de incentivar «un comportamiento más responsable de todos los ciudadanos» en relación con el uso del agua, ya que los actuales tramos de precios en función del consumo no están fomentando un uso eficiente, y lo que tenemos que hacer es avanzar en esta vía, como exige la OCDE».
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La pugna por el petróleo del siglo XXI
El aumento de la población, el incremento del consumo y el desequilibrio entre la oferta y la demanda en numerosas partes del mundo aumentan el valor por el recurso hídrico
España sigue sufriendo una situación de sequía según el Ministerio de Medio Ambiente
La problemática del agua está instalada en todo el mundo, tanto en el hemisferio rico como en los países subdesarrollados, aunque por motivos diferentes. Algunos hablan del petróleo del siglo XXI. Su escasez preocupa y los problemas para abastecer a todos las regiones del planeta agudiza la miseria. En España, el debate del agua está polarizado por dos asuntos muy diferentes. Por un lado, la interminable guerra del agua en torno a los trasvases y el derogado Plan Hidrológico Nacional, que enfrenta a distintas administraciones autonómicas y que afecta de lleno a Guadalajara y Castilla-La Mancha. Por otro lado, la cita de la Expo de Zaragoza en 2008, que tiene como epicentro el agua, también marcará un hito.
El mundo sufre una crisis provocada por la falta de agua y por el hecho incuestionable de que la cantidad de agua en nuestro planeta es finita. El número de habitantes está creciendo rápidamente y la utilización del agua aumenta aún en mayor medida. Un tercio de la población mundial vive en países que sufren la falta de agua. Para 2025, se espera que esta cifra aumente a dos tercios. Pero la cantidad de agua existente en el mundo es suficiente para todos, para cubrir las necesidades básicas de todos. La Organización de las Naciones Unidas señala que cada persona necesita un mínimo de 50 litros diarios para beber, bañarse, cocinar y otros menesteres. En 1990, más de mil millones de personas no contaban con ese mínimo. Proveer acceso universal a ese mínimo de 50 litros para 2015, implicaría menos del 1% de la cantidad de agua que se usa hoy en el mundo. Sin embargo, parece un objetivo lejano de alcanzar.
En España, el agua también ha cobrado un protagonismo innegable en la política y la sociedad gracias a dos factores: la guerra del agua por los trasvases y la celebración de la Expo de Zaragoza el próximo año. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, en una conferencia reciente, recordó que España sigue sufriendo una situación de sequía a pesar de los buenos datos de la reserva hidráulica que se encuentra al 60% de su capacidad total. “Este es un dato global medio, pero la situación es muy diferente por cuencas”, explicó Narbona. También recordó que las cuencas del Mediterráneo Andaluz siguen al 35%, la del Segura al 15,7%, la del Júcar al 16,8% por lo que las decisiones hidráulicas deben seguir tomándose con “prudencia” y sobre todo, recalcó la ministra, “no podemos olvidarnos de los ciudadanos que entran en su tercer año de sequía”.
La batalla en torno a los trasvases, sobre todo centrada entre Castilla-La Mancha y Murcia y antes en Aragón con el trasvase del Ebro, ha puesto al agua en el disparadero. La reforma de Estatuto de Autonomía castellano-manchego contempla la clausura del trasvase en 2015. El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, sostiene que “la gestión del agua tiene que ser del Estado, pero del Estado de las Autonomías. Por tanto, con la corresponsabilidad y coparticipación de las comunidades autónomas”. Barreda, en distintas ocasiones, ha defendido que el agua del Tajo se utilice en la región para garantizar el suministro en todas las zonas, incluidas las de más crecimiento demográfico, defendiendo que, a medio plazo, el agua del Tajo tiene que ser utilizada, fundamentalmente, por Castilla-La Mancha, empezando desde los pueblos que están alrededor de los pantanos. Barreda calificó de “sangrante” el hecho de que el agua del Tajo se esté utilizando en Murcia de manera indebida y más cuando en Castilla-La Mancha se pide esa agua “no por capricho, sino por necesidad”. Y agregó: “necesitamos utilizar el agua del Tajo y quiero que se utilice en primer lugar en los pueblos ribereños, en Guadalajara y en los términos municipales de la provincia de Cuenca por los que discurre el acueducto”.
Expo del agua
Por otra parte, la Expo de Zaragoza en 2008, centrada en torno al agua, tiene por objeto “el agua como elemento imprescindible para la vida; y como objetivo y finalidad el desarrollo humano desde el compromiso ético de la sostenibilidad”. En una reciente entrevista publicada en ABC, el presidente de la Expo, Roque Gistau, separaba esta cita tanto de la polémica en torno al agua en España como de la pobreza mundial: “la exposición no es un foro político. Sería un drama que la exposición fuera un revulsivo en la batalla norte-levante por el agua del Ebro. Si circunscribimos la Expo a eso la hemos fastidiado. Estamos en otro nivel de cosas”. Los organizadores de la Expo sostienen que “los avances tecnológicos del s. XX crearon el espejismo de poder asegurar el bienestar sobre la Tierra mediante el dominio de las fuerzas de la Naturaleza, pero junto a grandes logros aparecieron graves desequilibrios ecológicos y sociales, entre ellos, la crisis del agua derivada del aumento de la población, el incremento del consumo y el desequilibrio entre la oferta y la demanda del recurso en numerosas partes del mundo. A principios del siglo XXI la Humanidad se enfrenta a espinosos problemas de índole ambiental, entre ellos la crisis del agua. Un reto que alcanza escala planetaria y se caracteriza por el ritmo vertiginoso de los cambios y la complejidad de las interacciones de los sistemas naturales y culturales”.
DESPIECE
Ahorrar en consumo
Según el “Informe sobre el consumo de agua en los hogares españoles”, realizado por Hansgrohe, compañía líder en el desarrollo y fabricación de duchas y griferías, las familias españolas podrían reducir más de un 48% su consumo de agua en el ámbito doméstico con la utilización de las últimas tecnologías de reciclado y de reducción del caudal para duchas y grifos. España es uno de los cinco países de la Unión Europea -junto con Bélgica, Luxemburgo, Alemania e Italia- que más agua consume por habitante, cifrándose el gasto diario por individuo en 171 litros, 121 más del establecido por la Organización Mundial de la Salud como el volumen mínimo para cubrir las necesidades básicas. En el caso de Andalucía, esta cantidad se eleva hasta los 189 litros por habitante y día, un 2,7% más que la media nacional.
La gestión del agua se ha convertido en los últimos años en un tema prioritario en la Unión Europea debido a su escasez y a los desequilibrios hídricos que sufren algunos países. Ante esta situación las tecnologías más avanzadas para la reducción del consumo y el tratamiento y reciclado de aguas adquirirán cada vez más un papel fundamental. Según estimaciones realizadas por distintos organismos, los principales consumos de agua por persona y día se distribuyen en función de los hábitos de cada persona (duración de duchas, tiempo de apertura de grifos, agua utiliza en baños) y de la antigüedad y la tecnología de los equipos.
DESPIECE
Desciende un 2,8% el consumo de agua en Castilla-La Mancha
Castilla-La Mancha ha pasado en un año de 179 litros de agua por habitante y día a 174 litros. La media nacional está en 166 litros. Los castellano-manchegos consumieron 174 litros de agua por habitante y día en 2005, un 2,8 por ciento menos que en 2004 (179 litros). Los españoles, por su parte, consumieron 166 litros de agua por habitante y día en 2005, un 2,9 por ciento menos que en 2004 (171 litros), es decir, 4.873 hectómetros cúbicos, frente a los 16.505 hectómetros que se destinaron a usos agrícolas, un gasto que también bajó. Según la última encuesta sobre suministro y tratamiento del agua elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y que corresponde a 2005, el consumo de agua potable de las familias españolas ascendió a 2.673 hectómetros cúbicos, el 66,8 por ciento del total. España dispuso de 4.873 hectómetros cúbicos para el abastecimiento urbano, de los que el 82,1 por ciento (4.002 hectómetros) se destinó al consumo de familias, empresas y consumos municipales. Por comunidades, Andalucía tuvo el consumo medio más elevado (195), seguida de Cantabria (191) y Asturias (180), mientras que el más bajo correspondió a Navarra (134), las Islas Baleares, y Ceuta y Melilla (139). La encuesta revela además que el 17,9 por ciento del total distribuido por las redes públicas de abastecimiento urbano se perdió, entre otras causas, por fugas, roturas, averías, errores de medida y fraudes. El valor unitario del agua se incrementó un 2,1 por ciento en 2005, hasta alcanzar los 0,98 euros por metro cúbico, mientras que el saneamiento de aguas residuales (alcantarillado y depuración) costó 0,31 euros por metro cúbico. Por comunidades autónomas, los valores más elevados correspondieron a Canarias (1,65), Baleares (1,58) y Murcia (1,52), mientras que los más bajos fueron los registrados en Castilla y León (0,66), Cantabria (0,68), Castilla-La Mancha (0,74) y Asturias (0,74). En el sector agrario se consumieron 16.505 hectómetros cúbicos, lo que supone un descenso del 7,3 por ciento respecto a 2004, que se debió, según la encuesta, a la disminución del agua de riego disponible como consecuencia de la sequía. Las técnicas de riego por aspersión y goteo concentraron el 52,9 por ciento, por encima de las de riego por gravedad, que supusieron el 47,1 por ciento.