La Garlopa

El azar y los designios inescrutables de la política española han querido que la inauguración de la muestra “Guadalajara en Guerra” coincida, casi de pleno, con el debate de la memoria histórica. Había temores entre la organización de que lo segundo solapara a lo primero, y aún peor, que se terminara confundiendo una actividad cultural rigurosa con un acto puramente político o propagandístico. Nada de eso ha ocurrido. La intensa labor del Archivo Histórico Provincial y el comisario de la exposición resuelve todas las dudas. Cualquier visitante que se acerque hasta el Infantado podrá comprobar el nivel del trabajo desarrollado por todos los técnicos y profesionales que han intervenido en la organización de “Guadalajara en Guerra”. No se trata de reivindicar la memoria histórica porque sí, sino de explicar y sacar a la luz el por qué de nuestra historia. No se trata tampoco de una simple reunión de fotografías y datos, sino de ponerlos en común, de interpretarlos con la metodología propia de la ciencia historiográfica. Nada de opiniones gratuitas. Nada de banalidades. Los equipos de Pedro J. Pradillo, como comisario, y de Rafael de Lucas, director del Archivo, han logrado extraer el máximo jugo al trabajo acumulado durante muchos años por los técnicos de Cultura: comprando materiales gráficos y documentales, archivando una notable documentación y realizando una labor investigadora digna de elogio. Actualmente, el Archivo dispone de 2.000 documentos gráficos, entre ellos, más de mil fotografías, medio centenar de planos, más de cuarenta películas de cine y cinco carteles. El trabajo ha sido minucioso y el rastreo, permanente. “Hemos sido muy tenaces, incluso pesados”, reconoce De Lucas.

Imágenes inéditas

La exposición “Guadalajara en Guerra. 1936-1939”, que se inauguró el pasado jueves y permanecerá abierta en las Salas del Palacio del Infantado hasta el 30 de diciembre, es una actividad cultural apabullante. Al margen del número de visitantes que pueda cosechar –un parámetro poco objetivo para calibrar la calidad de las exposiciones en muchos casos-, la muestra sobresale por la ingente cantidad de fotografías recopiladas, muchas de ellas inéditas, y la paciencia para ahormar todo el material disponible y dividirlo por bloques temáticos, lo que permite al visitante llevarse una idea global de cómo vivió Guadalajara y sus gentes durante la Guerra Civil. Se trata de un trabajo que nació con la idea de conmemorar el 70 aniversario de la Batalla de Guadalajara, en marzo pasado, y que se ha convertido en un recuerdo integral de la Guerra Civil en la provincia ante la avalancha de material que ha llegado a los fondos del Archivo. Los dos últimos años han sido claves en la recopilación del material, que supone casi 2.000 documentos gráficos y audiovisuales.

La delegada provincial de Cultura, Riansares Serrano, durante la presentación, explicó que la muestra plantea un recorrido visual por la vida cotidiana de hombres y mujeres de Guadalajara que sufrieron la Guerra Civil. Según Serrano, la exposición se compone de un fondo fotográfico “impresionante, la mayor parte inédito”, artículos de prensa, paneles explicativos, distintos objetos y, “lo más interesante y novedoso”, una sala audiovisual para contemplar imágenes inéditas de la Guerra Civil en Guadalajara procedentes de la Filmoteca Española y de productoras de otros países. Estos documentos ilustrarían cómo transcurrió la contienda en nuestra provincia, a través de las imágenes de “las bombas, la represión, el odio, el hambre”, así como la destrucción del patrimonio, la propaganda de los bandos o la visión de la prensa nacional y extranjera y los intelectuales sobre el conflicto.

El comisario de la exposición, Pedro J. Pradillo, un todoterreno incombustible de la historiografía local, ha sido la persona encargada de dirigir el montaje y la disposición de todo el material expuesto, dividido en varios bloques temáticos. En concreto, la primera sala está dedicada a los principales episodios bélicos vividos en la provincia, como el aplastamiento del levantamiento militar en Guadalajara, la toma de Sigüenza por el Ejército Nacional y la Batalla de Guadalajara en marzo de 1937, así como un espacio reservado a los mártires de la fe. Una segunda sala se ha reservado para la “intelectualidad, la comunicación y la educación”, y exhibe reproducciones de prensa, libros y otros materiales. Ahí es donde se recoge, por ejemplo, el posicionamiento de Herrera Petere o de Buero Vallejo, la prensa de la época y los personajes conocidos que pasaron por Guadalajara durante la guerra, como Azaña, Líster, Negrín, Cipriano Mera, Valentín González “El Campesino”, Vicente Rojo o el general Moscardó.

Dos salas más muestran, por un lado, escenas de la vida cotidiana, y por otro, documentos sobre la destrucción del patrimonio y la defensa pasiva, así como las fuerzas políticas y los personajes de la contienda. A todo ello se suma, además, un último espacio para la proyección de documentos audiovisuales, la parte más novedosa de la muestra. En total, un acopio de materiales, fundamentalmente gráficos y de imagen y sonido, que los ciudadanos de Guadalajara tendrán la oportunidad de observar por primera vez. Especialmente interesantes son las fotografías insólitas rescatadas de archivos históricos de otros países y las imágenes que pertenecen a los fondos de la Filmoteca Nacional, que dan una idea viva de lo que pasó hace setenta años en nuestra tierra. La exposición se compone de 120 fotografías sobre todo fechadas entre el 18 de julio de 1936 y junio de 1937.

Localización de fuentes

El trabajo de investigación se debe a Pradillo y a los archiveros Rosa Calvo y José María Uría, coordinados por De Lucas. También se han servido del colectivo Guadarrama, especialistas en arqueología de la arquitectura militar. La muestra está organizada y financiada por la Consejería de Cultura y la Asociación de Amigos del Archivo Histórico Provincial con la colaboración del Ministerio de Cultura, la Diputación y el Ayuntamiento de Guadalajara, la Biblioteca Nacional, la Filmoteca Española y el Museo de Guadalajara. En este sentido, la delegada de Cultura agradeció la colaboración de personas y entidades en la “ingente” y “ardua” labor de localización, recuperación y descripción de estas fuentes, ya que “nadie hasta ahora se había ocupado de recopilar estos materiales allí donde se encontrasen”. Dichos documentos se han hallado en archivos históricos y militares públicos y privados de toda España, así como en archivos internacionales, como el Krasnogorks ruso; los archivos de Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja, los dos con sede en Suiza; el Archivo Histórico del Partido Comunista de España; el Ateneo Español de Méjico; el Bundesarchiv de Darmstadt, en Alemania; la Fundación Pablo Iglesias; el British Library del Reino Unido; la Northweatern University Library, de Estados Unidos; y el Bolzano de Italia, donde se han encontrado alrededor de trescientas fotografías de un miembro del CTV, el cuerpo de voluntarios legionarios que envió Mussolini en apoyo de la rebelión nacionalista, que será objeto de otra exposición en el Archivo. Para esta ocasión, también se han realizado reproducciones para elaborar un catálogo de fuentes documentales sobre la batalla de Guadalajara que está a disposición de todos los ciudadanos en el Archivo Histórico Provincial.

Riansares Serrano, que antes de delegada de Cultura fue directora del Archivo Histórico, destaca el compromiso “sólido y consistente” del Gobierno de Castilla-La Mancha con la cultura, los archivos y la investigación histórica, y muestra su convicción de que conocer un poco más la historia “nos hará ciudadanos más críticos, más tolerantes y más reflexivos”. En este sentido, Serrano también ha aludido al catálogo que acompañará a la exposición, que pretende servir de “reflexión objetiva, seria, aséptica y también realista sobre estos tres años de trágica guerra en nuestra provincia”.