«Los miserables son siempre los mismos»
Pregunta.- Usted se ha dado unos cuantos garbeos por el mundo. ¿Es general la preeminencia de los miserables?
Respuesta.- Esa es la milonga universal. Estuve en Rusia hace poco, y allí los miserables son siempre los mismos; antes con sus privilegios de partido y hoy con sus limusinas y sus maletines.
P.- ¿Rige en todas partes, pues, lo peor de cada casa?
R.- O en casi todas. I. F. Stone, el periodista americano más independiente que haya existido, empezaba sus cursos con esta frase: «Todos los Primeros Ministros mienten».
P.- Siempre se dijo que en el Infierno los periodistas eran rusos, los cocineros ingleses y los policías españoles. ¿Sigue siendo así?
R.- Ahora los polis pueden ser rusos, los periodistas británicos y los cocineros son siempre, incluso en el Infierno, italianos.
P.- La victoria de Yeltsin ha tranquilizado la Bolsa. ¿Se equivoca la Bolsa?
R.- No; se equivicará dentro de un mes o dos.
P.- ¿Qué representará Yeltsin entonces?
R.- El retorno de Chernenko, al que declaran en perfecta salud, le sacan en la tele votando, y muere a los 15 días.
P.- Anda malamente Rusia.
R.- Me da mucha pena Rusia; la compasión es de derechas, pero la siento por ese país, no sé si porque a medida que me hago viejo todo me da mucha pena. Lo que he visto allí es acojonante, la miseria, la corrupción, la inmovilidad, el imperio de las mafias…
P.- Annual. Un suceso acaecido hace 75 años que se conserva actualísimo.
R.- Si me metí con Annual fue por el hambre de saber que yo mismo tenía sobre el asunto. La «turmix» histórica dejó aquel suceso sin aclarar, sin asimilar, como una más de las páginas arrancadas de nuestra Historia.
P.- En medio de aquella patulea de militares sin pericia o sin honor aparece el general Picasso, un hombre íntegro, encargado de investigar el desastre.
R.- Un gran personaje que, además, era protestante. Pero le pusieron toda clase de trabas y le hicieron la vida imposible.
P.- Los mismos rifeños que liquidaron a 20.000 soldados españoles en Annual fueron utilizados por Franco, 15 años después, para invadir la Península.
R.- Sí; les ofrecieron una soldada, les dieron una fusila, luz verde para el saqueo, y ellos pusieron el estímulo de luchar contra infieles.
P.- Su sempiterna afición a recorrer mundo, ¿no tiene algo de huida de la realidad del país?
R.- Creo que sí; uno tiene más claro de lo que huye, el muermo, la rutina, que lo que busca, de modo que te interesa más salir que lo que vayas a encontrar.
P.- ¿Le gusta el tiempo que le ha tocado vivir?
R.- Me gusta porque he tenido el privilegio de conocerlo, de hallarme donde se estaba fabricando la Historia, y te lo digo sin solemnidad, pero sí con el orgullo de haber disfrutado y de haber sufrido al máximo en este tiempo y en este mundo, aunque la verdad es que ahora donde disfruto es en el campo.
P.- ¿Y si no hubiera campo, ni cielo, ni animales?
R.- Esto sería un campo de concentración.
P.- ¿Y si no hubiera chicas?
R.- Algo inconcebible.