Conciertos medianos
El concejal de Festejos del Ayuntamiento de Guadalajara, Jaime Carnicero, cuenta que no le desea “a nadie” los últimos veinte días que ha pasado. Las elecciones fueron en mayo y en menos de dos meses ha tenido que cerrar todos los cabos del programa de las Ferias y Fiestas de la capital. De los resultados de su trabajo poco se puede añadir que no se haya dicho en los últimos años: las ferias de Guadalajara siguen estancadas en un programa más o menos elaborador que se repite, casi miméticamente, al margen de los cambio de Gobierno en el consistorio. Este año, los nuevos responsables municipales anuncian tres cosas como novedades: la organización de actos en más puntos de la ciudad, de tal forma que se pueda llevar la feria “a la calle”, tal como dijo el alcalde Román en la presentación oficial; los conciertos de ocho grupos de música de Guadalajara, de variado pelaje; y la recuperación de actividades que se perdieron hace cuatro años, por ejemplo, la dulzainada o el Parquesí para los niños.
Hay quien se queja amargamente de que las ferias son sota, caballo y rey. Igual pasa en los pueblos: siempre lo mismo, esto no cambia nada, qué pesados… La pregunta sería: ¿es que se puede cambiar mucho? ¿Es que la organización de unas Ferias dejan mucho espacio para la innovación? Lo fundamental, pienso, es que los actos que se preparen respondan al interés de la gente y, sobre todo, que sean de la máxima calidad. Y por ahí sí que flojea el programa de Guadalajara. Sin ir más lejos, en el tema de los conciertos. Este año van a venir Er Peche, Marea y Dover, a los que hay que sumar Los Secretos y Nacha Pop, que ofrecerán una actuación gratuita. Sin ánimo de desmerecer a ningún grupo, pero las Ferias de Guadalajara no presentan casi nunca conciertos de primer nivel y están muy lejos de otras ciudades españolas que están bastante más lejos de Madrid que nosotros. Traer a los grupos que vienen este año no es malo, en absoluta. Es más: responden a la demanda de un grupo muy determinado del público. Pero no son de primera fila.
En una entrevista, Carnicero me dijo que no, que son de primera. Palabras textuales: “¿Es que alguien duda que Dover sirva para Bilbao y Vizcaya y no sirva para Guadalajara? ¿Alguien duda que Marea sirva para Alcalá y no para Guadalajara? ¿O que Los Secretos y Nacha Pop estén siendo la gira más demandada por toda España y para Guadalajara no sirva? O que “Muchachito Bombo Infierno”, que sé que es un nombre que hace gracia cuando lo dices y cuando lo oyes, pues es la banda que más aceptación ha tenido este año”. A mí me da la impresión de que Guadalajara, en conciertos como en los toros, le falta mucha tela por cortar. Es cierto que Shakira, Maná, La Quinta Estación, Pereza y El Canto del Loco no podían venir porque ya no giraban. Pero eso no justifica nada porque la programación de una ciudad como Guadalajara, de más de 80.000 habitantes y a 55 kilómetros de Madrid, merece una preparación mucho más concienzuda, que se adelante a otras ciudades del entorno, como Alcalá. El Ayuntamiento parece más interesado siempre por los carteles taurinos y por la ubicación de las peñas, pongamos por caso, que por los conciertos musicales. Si la cosa sigue así, seguiremos instalados en las medianías.