FRANCISCO MAROTO

El alcalde de Campillo de Ranas aparece en la revista «Time»

La edición para EE.UU. de esta publicación hace un reportaje sobre las bodas gays en Campillo
Francisco Maroto, alcalde de Campillo de Ranas, ha sido objeto de un reportaje de la edición para Estados Unidos de la revista "Time" publicado esta semana. La prestigiosa publicación norteamericana resalta especialmente el hecho de que un pueblo de apenas doscientos habitantes haya registrado tantas bodas entre homosexuales. "Time" publica una foto de Maroto en la que aparece con el bastón de mando y califica a Campillo como "una suerte de Las Vegas ibérica de casas de piedra y tejados de pizarra".
Nueva Alcarria, 22.10.07
Raúl Conde

Primero apareció en la prensa local, luego en «El País» y ahora ha llegado su despegue internacional. El primer edil de Campillo, Francisco Maroto, aparece en el último número de la revista «Time» por la cantidad de bodas gays que ha oficiado desde que se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. El reportaje está disponible en la edición digital de «Time». En el texto, que no menciona la palabra Guadalajara en ningún momento, se incide en «la estrategia nupcial que ha ideado el alcalde de Campillo, un pueblo de 210 habitantes a 125 kilómetros al noreste de Madrid, para frenar el éxodo rural». Según la presitigiosa revista, «el alcalde de Campillo decidió promover las bodas y en tres años ha casado casi a tantos «forasteros» que acuden allí como gente tiene el pueblo: 78 parejas, de ellas 23 homosexuales».

De manera sorprendente, Campillo de Ranas aparece definido en Time como una «suerte de Las Vegas ibérica de casas de piedra y tejados de pizarra». La autora del reportaje, Lysa Abend, agrega: «la industria de las bodas ha sido el revulsivo que Maroto esperaba, generando negocio en las casas rurales y los restaurantes de la zona y atrayendo a parejas jóvenes -gays y heterosexuales- deseosas de instalarse fuera de la ciudad».

La comparativa entre la despoblación y el alto número de bodas es el eje central del artículo: «oficiando bodas gays y heterosexuales, el alcalde cree que puede salvar a su pueblo. Hasta fecha reciente, Campillo necesitaba esa ayuda, ya que la caída de la población rural en España llevaba a éste y a otros muchos pueblos pequeños a la desesperación económica. Cuando la ley de matrimonio gay fue aprobada, Maroto vio ahí una oportunidad».

En sus declaraciones a la revista, el alcalde de Campillo de Ranas, que aparece fotografiado en una casa de pizarra ante la que se lee la pintada «Viva Campillo», explica que a muchas parejas no les gusta la atmósfera fría de un juzgado para casarse, y que en su pueblo «saben que va a ser personal».

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«El reportaje reconoce nuestro esfuerzo»

El artículo de Time coincide con el lanzamiento internacional de un documental titulado «Campillo sí, quiero», que, dirigido por el periodista Andrés Rubio y con las bodas civiles como tema, fue estrenado el pasado 28 de septiembre en el Festival Internacional de Cine de Reikjavik, en Islandia. En declaraciones a este diario, Francisco Maroto explica que el reportaje aparecido en Time surge a raíz de este festival. «Estoy satisfecho, en líneas generales, del artículo porque reconoce el esfuerzo que llevamos realizando desde hace años en Campillo para atraer a la gente», declara. «Además, este este es un tema, las bodas, para hacer feliz a la gente y está claro que hay mucha gente que prefiere venir a un pueblo precioso como el nuestro a un entorno más urbano». El alcalde de Campillo, que califica de «comparación típica de los americanos» el hecho de que se ponga en un mismo plano a Las Vegas y Campillo, afirma que «las bodas civiles es una manera de atraer población y también turismo. Antes no venía nadie. Ahora nos sobra gente en los puentes y en fines de semana. Si a una boda vienen cien invitados, pues son gente que conoce el pueblo y se queda con ganas para volver».

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Acostumbrado a la prensa

Tiene 43 años y abandonó Madrid para vivir en este municipio asentado al pie del Ocejón. Francisco Maroto es alcalde de Campillo desde hace cuatro años y el pasado 27 de mayo fue reelegido. Desde que hizo pública su condición de homosexual, está acostumbrado a la prensa. Asegura estar «contento» por el trato que recibe, salvo en algunos casos, puntualiza, «porque este el tema de las bodas gays se presta a demagogia». Desde que llegó a la alcaldía, ha conseguido revitalizar el pueblo, abrir la escuela, aumentar la población y dar a conocer un lugar necesitado de promoción.