Sigüenza aprobará en enero un reglamento para sus pedanías
Según el diccionario de la Real Academia Española, una pedanía es un “lugar anejo a un municipio y regido por un alcalde pedáneo”. El término municipal de Sigüenza no se acaba en la cuesta de La Solana. Se trata del municipio de Castilla-La Mancha que tiene más pedanías, concretamente, veintiocho. La cifra es alta teniendo en cuenta los escasos recursos financieros del Ayuntamiento de la ciudad del Doncel. Sigüenza no ha sido nunca una urbe industrial ni tampoco muy poblada. Sin embargo, el reparto administrativo que se hizo a finales de los sesenta decidió agregar, por decreto, veintiocho pedanías, de las cuales veinticuatro son núcleos pequeños con muy pocos habitantes y cuatro están deshabitados: Matas; Los Heros; El Atance, anegado bajo las aguas del pantano; y Querencia, donde apenas si quedan en pie varias naves de ganado. El alcalde de Sigüenza, Francisco Domingo, califica de “barbaridad” el hecho de tener a su cargo un número tan elevado de pedanías, pero asume que es una realidad invariable. “Tenemos una falta de recursos económicos grave para mantener, incluso, los gastos corrientes que generan estos núcleos”, sostiene.
La financiación de las pedanías seguntinas se basa en tres vías. La primera, el Fondo de Acción Especial de la Junta de Castilla-La Mancha. La segunda, las inversiones en pueblos pequeños y el Plan Operativo Local (POL) de la Diputación Provincial. Y la tercera, la asignación directa del Ayuntamiento de Sigüenza, cuya capacidad de inversión es modesta pero que, a cambio, sostiene muchos servicios como el agua o la recogida de basuras. El consistorio seguntino invertirá 24.000 euros este año entre todas las pedanías, que tocan a 960 euros cada una, al margen de otros 300 para gastos de las fiestas patronales. Han leído bien: menos de mil euros por pueblo. “Por lo menos se pueden comprar una televisión para el centro social o un par de bancos para la plaza del pueblo”, afirma Domingo. El primer edil de Sigüenza anuncia que esta legislatura “va a ser la de las pedanías”. Quiere aumentar las inversiones, mejorar los servicios y las infraestructuras y adaptar las relaciones entre el municipio de cabecera y las pedanías a través de un nuevo reglamento que, según Domingo, estará aprobado a principios del próximo año.
Cuatro objetivos
Mejorar las carreteras, dotar de banda ancha de internet a todas las localidades, ampliar la cobertura de telefonía móvil y renovar los consultorios médicos son los cuatro objetivos principales del Ayuntamiento de Sigüenza para sus pedanías en la legislatura que acaba de echar a andar. La tarea es enorme porque, en todos los casos, requiere del compromiso del resto de administraciones públicas. En el tema de las carreteras es básico el Plan que está tramitando la Diputación. “Nosotros creemos que todas las inversiones no pueden basarse en criterios de población porque si un pueblo tiene cuatro vecinos, pues igualmente tienen el mismo derecho a recibir los servicios que un ciudadano del Corredor del Henares”, advierte Francisco Domingo. Para avanzar en la igualdad de estos derechos, el consistorio de la Ciudad Mitrada ya ha empezado a moverse, siempre con el objetivo de conseguir avanzar en los cuatro años de esta legislatura más que en todos los anteriores. La presidenta de la Diputación de Guadalajara, María Antonia Pérez León, se reunió en agosto con todos los alcaldes pedáneos para escuchar sus reivindicaciones. El alcalde de Sigüenza ha pedido a la presidenta que equipare la inversión que la Diputación realiza de media en cada pedanía, apenas un millón, a las que recibe cada municipio, alrededor de cuatro millones. “No es normal –recalca Domingo- que se castigue a quien más ayuda necesita, a Azuqueca no le perjudica perder tres millones de pesetas, sin embargo, para estas pedanías son la vida”.
Despiece
Prioridades: banda ancha y consultorios
La participación de la Junta de Castilla-La Mancha también es crucial para las pedanías seguntinas. Actualmente, sólo dos disfrutan de banda ancha de internet: Imón y Ures. El resto no dispone de este servicio básico para las comunicaciones y para atraer población activa que trabaja en profesiones liberales. Domingo recuerda que “el presidente regional, José María Barreda, se ha comprometido a que el 31 de diciembre de este año, todos los pueblos de la región tendrán conexión ADSL y nosotros ya hemos hablado con el consejero de Nuevas Tecnologías para ver si conseguimos lo mismo que ha hecho Ibarra en Extremadura y metemos internet en todos los rincones”. El teléfono móvil es otro de los problemas. El Ayuntamiento de Sigüenza firmó un convenio con Telecom el pasado año, pero aún quedan muchas áreas sin cobertura, sobre todo en la zona de Paredes, Villacorza o Cercadillo.
Finalmente, la sanidad. La mayoría de las pedanías, al menos aquellas que han pedido este servicio, disponen de consultorio médico. O lo que es lo mismo, un día a la semana acude un médico para pasar consulta. Para cualquier otra atención, los vecinos de las pedanías deben desplazarse hasta la Ciudad Mitrada. El alcalde seguntino asegura que la Delegación de Sanidad de la Junta está trabajando en un plan de mejora de los consultorios. Pero va para largo. Entretanto, el Ayuntamiento de Sigüenza se encarga de facilitar al máximo la solución de los quebraderos de cabeza de sus pedanías. “No podemos invertir mucho –reconoce Domingo- pero aportamos muchas cosas, por ejemplo, a través de los trabajos de la Escuela Taller, la Policía Municipal o el arreglo de infraestructuras básicas como la captación de agua, los depósitos o la pavimentación de calles”. El máximo responsable municipal seguntino confirma que “ningún alcalde pedáneo me ha pedido segregarse pero no habría problema porque es una sinrazón que un pueblo como Sigüenza tenga tantas pedanías, sobre todo cuando nunca hemos tenido industrias ni nada. Media Sigüenza es del Obispado pero es el Ayuntamiento el que tiene que afrontar esta situación”.
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Carreteras y depósitos de agua a la espera de que llegue el turismo
Las inversiones en las pedanías se centran en necesidades básicas. El turismo promete pero llega a cuentagotas.
Ante la ausencia de servicios y de actividad económica, el turismo parece el último clavo al que se pueden agarrar las pedanías de Sigüenza para atraer población, aunque sea poco a poco y con unos recursos económicos propios de un país de tercera.
R.C.
SIGÜENZA
Para hacerse una idea de la situación: Cubillas tiene un solo habitante durante todo el año, en La Cabrera hay siete vecinos pero no vive nadie en invierno y en Villacorza resiste, tan solo, una pareja de jóvenes. Las tres son pedanías de Sigüenza y reflejan la falta de población del conjunto de estos núcleos que, administrativamente, dependen de la ciudad del Doncel. Los servicios son deficientes y los alcaldes pedáneos piden que se escuche la voz de unos pueblos acostumbrados ya a la soledad. Sin apenas población activa, el turismo puede ser el único revulsivo.
La carretera CM-110, que une Alcolea del Pinar con Aranda de Duero, atraviesa buena parte de las pedanías de Sigüenza. Las rectas que enfilan hasta la provincia de Soria se salpican de campos de centeno, girasoles y unas cuantas hileras de pinos en la cuneta de la carretera. El firme está lleno de resaltes fruto del parcheo de los baches. Se trata, quizá, de una metáfora certera de la situación que atraviesan estos pueblos. Sin apenas habitantes, alejados de las comunicaciones y con una dependencia absoluta del Ayuntamiento de Sigüenza, que actúa de órgano rector. La belleza de estos lugares, en cambio, no tiene nada que ver con otras cuestiones más sesudas. Imón exhibe sus alojamientos de turismo rural. Ures tiene diseñadores. Palazuelos unas murallas y un recinto medieval formidable. Carabias una iglesia románica, sencillamente, extraordinaria. Y Guijosa, Riba de Santiuste y Pelegrina mantienen en lo alto castillos que son huellas de un tiempo más próspero, al menos para estos pueblos. Lo que falta es gente.
El municipio de Sigüenza tiene, según el Instituto Nacional de Estadística, 4629 habitantes censados. La inmensa mayoría de ellos reside en la cabecera de comarca. Las pedanías apenas suman poco más de cien habitantes. Su densidad de población es inferior incluso a la media de la Sierra Norte, que se sitúa en 4,2 habitantes por kilómetro cuadrado. Sin embargo, no siempre fue así. Villacorza, por ejemplo, según datos del INE, tenía 218 vecinos en 1950 y Cercadillo 112 habitantes en la década de los setenta. La historia ha cambiado mucho. Actualmente, en Cubillas del Pinar vive un solo vecino en invierno. En el resto queda alguno más, pero la realidad pinta un paisaje semivacío de gente, con unos servicios deficientes y una escasa iniciativa empresarial, salvo excepciones destacadas. Esto, unido a la falta de recursos económicos propios, hace que el ratio de inversión por habitante sea muy superior, por ejemplo, al de la ciudad de Madrid. Francisco Domingo, alcalde seguntino, lo explica así: “en un pueblo de apenas media docena de habitantes hemos invertido 30.000 euros en un depósito nuevo, así que tocan a un millón de pesetas por habitante. Poner las farolas de cualquier pedanía nos cuesta más caro que en la propia cabecera de comarca, en Sigüenza, pero hay que hacerlo porque son servicios básicos, como recoger la basura cuando apenas queda gente en invierno”.
Casas rurales
La realidad de las pedanías es compleja y singular. La Olmeda de Jadraque, por ejemplo, es un núcleo constituido en municipio. En cambio, Cercadillo, que está a pocos kilómetros, es una pedanía de Sigüenza. Los criterios para agregar estos núcleos a la ciudad seguntina no están del todo claro. Quizá por ello Francisco Domingo, alcalde de la cabecera de comarca, pone sobre la mesa la posibilidad de constituir alguna de estas pedanías en Entidad Local Menor, por lo que su financiación mejoraría ostensiblemente. Hasta la fecha, ningún alcalde pedáneo ha pedido esta condición. La mayoría de las obras que se han ejecutado en los últimos años se han centrado en los depósitos de agua, la iluminación pública y la pavimentación de calles. A ello hay que añadir un factor esencial: el turismo. Varias pedanías disponen ya de casas y alojamientos rurales que mantienen la constantes vitales del pueblo donde se ubican y crean puestos de trabajo. El Molino de Alcuneza, cuando está lleno, cobija más personas en sus habitaciones que todas las casas del pueblo juntas. El Ayuntamiento de Sigüenza está convencido de que el turismo es, casi, la única tabla de salvación para la zona. Pero queda mucho trabajo por hacer. Felipe Lucio, alcalde pedáneo de Imón, subraya la necesidad de recuperar, por ejemplo, las instalaciones salineras como infraestructuras turísticas. Luis Sardá, profesional liberal que regente un estudio de diseño en Ures, clama por internet. Y los propietarios de los hoteles rurales en Imón lamentan la escasez de cobertura móvil. Sin servicios, no hay futuro.
Despiece
Estudio de diseño en Ures y complejos hoteleros en Imón, aunque sin internet
Las veintiocho pedanías de Sigüenza reclaman una intervención de urgencia para mejorar sus condiciones de vida, a pesar de que se han visto mejoradas sustancialmente en los últimos años. Alboreca, Alcuneza, El Atance, Barbatona, La Barbolla, Bujalcayado, Bujarrabal, La Cabrera, Carabias, Cercadillo, Cubillas del Pinar, Guijosa, Horna, Imón, Matas, Mojares, Moratilla de Henares, Olmedillas, Querencia, Palazuelos, Pelegrina, Pozancos, Riba de Santiuste, Riosalido, Torrevaldealmendras, Ures, Valdealmendras y Villacorza. El Ayuntamiento de Sigüenza considera que “hay que apostar por las pedanías, no podemos dejarlas de la mano de Dios”. Según Francisco Domingo, alcalde de Sigüenza, “tenemos que poner a las pedanías en el mapa de la Diputación y la Junta”. En este sentido, la reciente visita que el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, hizo a Imón y Ures, sirvió para apoyar las necesidades en materia económica y empresarial de la comarca. Primero se acercó hasta la empresa de diseño gráfico y diseño integral de espacios “Estudio de Diseño Casahueca”, ubicado en Ures, que ha creado cuatro puestos de trabajo, y cuyo promotor es un empresario «neorrural» que se trasladó desde Nueva York para instalarse en esta comarca alcarreña. En Imón, el consejero conoció el trabajo que desarrollan en dos hoteles rurales, La Botica y Salinas de Imón, y en el centro termal spa. En el resto de las pedanías, sin embargo, no existen iniciativas similares.