La hora de la Sierra
Algo ha cambiado en la Sierra Norte de Guadalajara. Los problemas de infraestructuras persisten. Las carreteras siguen languideciendo. Y la población continúa siendo escasa. A pesar de este panorama, por primera vez en mucho tiempo, se vislumbra algo de luz al final del túnel. La Sierra ha entrado de lleno en el lenguaje de los políticos de la provincia y la región. Por sí solo, esto no representa ninguna mejora directa en la calidad de vida de sus ciudadanos, pero al menos se habla de sus deficiencias. “Hemos dejado de pasar inadvertidos”, señala uno de los empresarios de turismo rural de la zona, que prefiere reservar su nombre.
Diversas fuentes de la Junta de Castilla-La Mancha, tanto en Toledo como en Guadalajara, y de la Diputación de Guadalajara, coinciden en sostener que esta legislatura va a ser fundamental para el futuro de la Sierra Norte. Hay dos iniciativas que confirman esta tesis. Por un lado, la declaración del parque natural, un proyecto que sigue su curso con normalidad. Y, por otro, el arreglo de todas las carreteras de la comarca, incluidas en el Plan de Carreteras aprobado por la Diputación de Guadalajara. Además de estos dos proyectos, la sierra aparece constantemente en los periódicos por multitud de iniciativas locales que antes pasaban sin pena ni gloria. Se habla de la Sierra como tal, lo cual antes era imposible más allá de cuestiones agrícolas o ganaderas. Un ejemplo es el DVD promocional que editaron la Caja Provincial y la Diputación hace siete meses o el Atlas del Turismo Rural de la Sierra Norte, publicado en abril por ADEL, la asociación que gestiona los fondos europeos. Para la alcaldesa de Membrillera y vicepresidenta de ADEL Sierra Norte, Leopoldina Peinado, es un agravio comparativo que la comarca de Zorita, que ha recibido miles de millones en compensación por las centrales nucleares, ahora se vaya a beneficiar de un plan de desarrollo. O que una comarca tenga que ser pasto de las llamas, como los pinares del Ducado, para que las administraciones fijen en ella sus atenciones. La Sierra palpita más que nunca, a pesar de todos los pesares. Y si no, que se lo digan a Mª Dolores de Cospedal. Hace justo un año, ante unas declaraciones de la presidenta del PP de Castilla-La Mancha en las que se refería al “abandono” y el “aislamiento” de la Sierra Norte, tres alcaldes de la zona no tardaron en contestar. José Ramón Fernández Gordo, Francisco Javier Homobono y Mariano Escribano, alcaldes de Valverde de los Arroyos, Hijes y Hiendelaencina, respectivamente, escribieron una cara a los periódicos en las que, entre otras cosas, decían: “Es cierto, que la vida en los pueblos conlleva muchas dificultades que no existen en las ciudades, pero tampoco hay que olvidar que nunca como hasta ahora, desde que los pueblos quedaron desiertos, ha existido ni más preocupación ni más atención por parte de las administraciones competentes por evitar las desigualdades entre los pequeños municipios y las grandes ciudades. Aunque todo puede ser mejorable, tenemos atendidas las necesidades educativas y sanitarias; y hoy tenemos residencias de mayores cercanas, casas tuteladas, atención social, etc”.
Naturaleza y desarrollo
Los próximos cuatro años puede que marquen un punto de inflexión en la Sierra. El proyecto del parque natural es la iniciativa estrella que pone sobre la mesa la Junta de Castilla-La Mancha. La comarca está dividida en opiniones sobre este asunto, aunque hay unanimidad al reseñar que los únicos que no han sido consultados en nada son a los ganaderos y agricultores, curiosamente, los sostenedores del paisaje que se quiere proteger. En todo caso, la idea parte desde arriba. Ni en las reuniones de la concentración parcelaria, arduas y cansinas en su mayoría, se juntó tanta gente como a finales de febrero en el salón de plenos del Ayuntamiento de Galve de Sorbe. Hasta allí viajó el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, para reunir a los casi cuarenta alcaldes serranos. Luego les explicó el interés del Gobierno regional en convertir el esquinazo del territorio de Guadalajara que linda con Soria, Segovia y Madrid en un parque natural. Las reacciones a la idea podrían compararse, salvando las distancias, con las que suscita la Alianza de Civilizaciones auspiciada por Zapatero y su homólogo turco. ¿Quién va a oponerse a un parque natural? Evidentemente, nadie. Los responsables de la Junta han decidido acotar un espacio natural de gran valor ecológico, cultural y turístico; ofrecer una imagen de unidad y sintonía con los ayuntamientos y, al mismo tiempo, continuar ligando las políticas de la Junta con el medio ambiente y la naturaleza, una urgencia en Guadalajara después de la catástrofe del Ducado. Pese a ello, surgen complicaciones.
Guijarro anunció que la extensión del parque, cuyo nombre aún no está definido con exactitud, abarcaría 120.000 hectáreas y que se incluirían tanto el Hayedo de Tejera Negra, que ya es parque natural, la reserva de caza de Sonsaz y la reserva fluvial del Pelagallinas. Incluso el pico del Lobo, que también goza de protección. Algunos de los ediles implicados se preguntan sobre la necesidad de solapar un parque natural, el de Tejera Negra, con otro mucho más grande. La ubicación geográfica de cada pueblo determina sus necesidades. El alcalde de Campillo de Ranas, Francisco Maroto, cuestiona que los intereses de los pueblos de la Sierra de Pela, por poner un ejemplo, sean los mismos que los de la Arquitectura Negra: “nosotros vivimos del entorno, de la naturaleza, no de los parques eólicos, así que nosotros sí queremos la protección medioambiental”. El resto de alcaldes implicados, lógicamente, no rechazan el proyecto, pero albergan más dudas. Julián Esteban, alcalde de Galve, se muestra partidario de que la Administración regional apruebe el expediente del parque eólico que ya está en marcha. Sin embargo, este parque iría ubicado, en caso de salir adelante, justo en el límite que Medio Ambiente quiere trazar para el parque natural. La pregunta es: ¿cuál es la frontera que divide la naturaleza de otro tipo de fuentes de riqueza? Otra cuestión que se plantean los alcaldes es el volumen de inversiones que supondría la declaración del parque natural. En esto también son escépticos, pero cautelosos. El pasado viernes 21 de septiembre, durante la toma de posesión de Ana Terol como directora del Organismo Autónomo de Espacios Naturales de Castilla-La Mancha, el consejero de Medio Ambiente confirmó que la declaración del parque natural de la Sierra Norte comenzaría sus trámites en breve. El delegado de Medio Ambiente, Sergio David González, confirmó que el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) ya está listo. Y con el papeleo visto para sentencia, a la Junta sólo le queda convencer a todos los alcaldes.
Despiece
Olvidar los baches
El otro asunto fundamental en la que los serranos basan sus expectativas ante el futuro inminente son las carreteras. La Diputación de Guadalajara ha anunciado que piensa ejecutar el Plan de Carreteras, que acaba de finalizar el plazo de presentación de alegaciones. Esto implicará el arreglo total de las carreteras cuyo titular es la institución que preside Mª Antonia Pérez León. Teniendo en cuenta que las vías de la Junta gozan de buen estado de conservación, el panorama parece alentador. Pero no todo el monte es orégano. Muchos alcaldes y empresarios de la zona, la mayoría con negocios modestos, se muestran escépticos, como con el parque natural. Son muchos años soportando baches. En todo caso, la composición del nuevo equipo de Gobierno en la Casa Palacio ha querido lanzar un mensaje nítido: el único diputado provincial, perteneciente a la vieja guardia del PSOE, que ha repetido de nuevo en el puesto ha sido, precisamente, el alcalde de Cantalojas y diputado de la zona, Ángel Moreno. “Las cosas no se producen por casualidad y la Sierra Norte es una clara apuesta para esta legislatura”, afirman desde Diputación. El empuje a las carreteras, una vez que se materialicen los planes previstos por el equipo de Pérez León, será definitivo. Algo histórico en la comarca. Según consta en el estudio de viabilidad del Plan de Carreteras, hay vías que antaño estaban olvidadas que van a resurgir de su letargo. Entre las de primer orden: la GU-137 en Prádena de Atienza, la GU-146 en Cantalojas, la GU-151 en Aldeanueva de Atienza, y la GU-186 desde el embalse del Pozo de los Ramos hasta Majaelrayo. De las de segundo orden cabe destacar, entre otras, la GU-111 en Paredes de Sigüenza, la GU-113 en Riosalido, la GU-119 en Aragosa o la 122 en La Bodera, o la GU-223 en El Bocígano.