La Garlopa

El Maratón de los Cuentos es una actividad singular por la que la ciudad ha alcanzado reconocimiento nacional e internacional. Tiene un carácter cultural, pero también participativo. Sin los ciudadanos, no sería posible. “Pero lo que le da personalidad a esta fiesta –apuntan desde la biblioteca-, es que toda ella gira en torno a algo tan etéreo como la palabra: los miles de palabras pronunciadas y escuchadas a lo largo de todo un fin de semana, desde un viernes a las cinco de la tarde hasta el domingo siguiente a las tres del mediodía. Durante todo ese tiempo cientos de personas permanecen narrando y escuchando cuentos sin parar, sin dormir, comiendo rápidamente para seguir contando y escuchando”.
En los jardines del Infantado

Los preparativos del Maratón avanzan a buen ritmo y esta semana se están ultimando todos los detalles. Ana Isabel Llorente, miembro del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de la Biblioteca de Guadalajara, explica que están llevando “muy bien” las labores de organización: “con mucha ilusión, aunque este año esta siendo más complicado por el cambio de localización a los jardines del Palacio del Infantado. Queríamos un lugar entrañable para celebrar el maratón de cuentos”. Este año, el maratón se va a trasladar a los jardines del palacio del Infantado, debido a las obras en el Patio de los Leones en el principal monumento d de la ciudad.

No es la única novedad del programa. La biblioteca ha organizado una mesa redonda con ciudades de cuento como Bremen y Cantherbury, desde las que vendrán directores de bibliotecas y ciudades de tradición como Guadalajara y otra italiana. Además, el Maratón de música se va a hacer en la Iglesia de los Remedios y en la parte baja de la Plaza de los Caídos, donde estarán también los libreros. Tal y como se ha hecho en años anteriores, esta edición del Maratón también se va a retransmitir por internet, gracias a la colaboración de Radio Arrebato. “La gente que lo desee podrá ver y solicitar las fotos de los cuentacuentos, por primera vez, en la página web www.afgu.org”, revela Ana Isabel.

Ejemplo de convivencia

A lo largo de los últimos quince años, el Maratón de los Cuentos se ha convertido en una actividad tradicional en el calendario cultural de Guadalajara. Y también en algo mucho más importante: en un emblema de la ciudad. Por su objetivo de fomentar la lectura y la diversión en torno a los cuentos y por su extraordinaria participación. A juicio de Ana Isabel Llorente, el Maratón de los Cuentos “supone un cambio total para la ciudad. La gente se vuelca y participa mucho, porque lo entiende como algo propio. Es un verdadero ejemplo de convivencia en el que se va a reunir a más de 30.000 personas”. Los que estén interesados en participar, sólo tienen que inscribirse en la biblioteca y tener ganas de contar un cuento, eso sí, de memoria. “Son actividades que se hacen desde el cariño y están abiertas a todo el público”, puntualiza Ana Isabel.
El programa elaborado es amplio y atractivo. El Maratón se compone de las siguientes actividades: una sesión de narración oral de cuarenta y seis horas, un maratón de fotografía (todos los que narran son fotografiados por la Agrupación Fotográfica de Guadalajara), un Maratón de radio (todos los cuentos se retransmiten a través de Radio Arrebato, emisora gestionada por estudiantes), un maratón de ilustración, en el que se van dibujando muchas de las historias que se cuentan, un maratón de música, varias conferencias a cargo de especialistas en literatura oral, talleres relacionados con la animación a la lectura, exposiciones (en las que no faltan las fotografías e ilustraciones del Maratón anterior), la Chimenea de los Cuentos (espacio interior en el que cuentan los que no se atreven a hacerlo en el escenario principal), espectáculos de calle, sesiones de narración en hospitales y residencias de la ciudad, mini-maratones en más de veinte localidades de la provincia y un Festival de Narración Oral Profesional.

Mil cuentistas

En cada Maratón se cuentan alrededor de seiscientos cuentos. Esa cifra no se corresponde exactamente con los narradores, pues muchas historias son contadas por colectivos ciudadanos: corales, asociaciones, clubes de lectura, aulas enteras… Los narradores suelen pasar de mil. Desde el seminario de la Biblioteca se afirma que “hay otras formas de participar: la más activa es la de los voluntarios que colaboran en tareas organizativas (unas doscientas personas), pero no resulta menos importante la de los oyentes -o “escuchadores”, como nos gusta decir en Guadalajara- cuya cifra es difícil de calcular, pero puede establecerse en torno a los treinta mil. Muchos de ellos son vecinos de la ciudad, pero otros muchos son visitantes, algunos de ellos procedentes de lugares alejados, incluso del extranjero”. En su financiación contribuyen el Ayuntamiento de Guadalajara y los de los pueblos en los que se celebran mini-maratones, la Diputación de la provincia, el Gobierno regional y el Estado a través del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. En 2001 hubo una quinta fuente de recursos: la Unión Europea, que completaba la nómina de instituciones susceptibles de colaborar.
Historia del Maratón

En 1992, Guadalajara organizó su primera Feria del Libro. Para atraer a los ciudadanos hacia las casetas de los libreros el Ayuntamiento diseñó un atractivo programa de actos culturales, entre ellos un Maratón de Cuentos. “Las ideas creativas no son de nadie. Están flotando por el aire al alcance de cualquiera, y las atrapa quien las busca con más interés o ilusión”, explican los miembros del Seminario de Literatura de la Biblioteca. “De no haber nacido el Maratón de los Cuentos en Guadalajara habría aparecido más pronto o más tarde en cualquier otro lugar, pero en Guadalajara lo encontramos porque teníamos mucho interés y mucha ilusión”. El punto de partida contemplaba una premisa básica: en el programa de actividades que iban a servir para animar la primera Feria del Libro tenía que estar presente la narración oral, una de las mejores herramientas que existen para llevar a la gente hacia la literatura escrita. A partir de ahí empezaron a aparecer las ideas que confluyeron en el Maratón. El primero se celebró el 23 de abril -Día del Libro- de 1992. Se convocó con veinticuatro horas de duración, desde las doce del mediodía de un viernes hasta la misma hora del sábado, con mucho entusiasmo pero también con miedo de que no hubiera historias para llenar todo ese tiempo. Las veinticuatro horas previstas inicialmente se sobrepasaron en media más, y hubo quienes se quedaron con las ganas de contar. Participaron importantes personalidades de la cultura vinculadas a la ciudad, como Antonio Buero Vallejo o José Luis Sanpedro.
Los medios de comunicación locales concedieron relevancia al acontecimiento, incluso alguna televisión de ámbito nacional. En 1993 el Maratón cambió de ubicación y de fecha: se celebró en el Palacio del Infantado, sede de la Biblioteca Pública, en el tercer fin de semana del mes de junio, fecha que se ha mantenido fija desde entonces. Duró treinta y seis horas y media y logró inscribirse en el Libro Guinness de los Récords. Todos los maratones posteriores han ido introduciendo novedades. En 1997 nació el Festival de Narración Oral, que se celebra en paralelo en un pequeño teatro de la ciudad, y sirve para dar a conocer algunos de los espectáculos de narración oral profesional más interesantes del momento. En 1998 se decidió no crecer más a lo largo –el fin de semana no da más de sí- pero sí a lo ancho, por lo que se añadió una nueva actividad: la Palabra Viajera, que lleva los cuentos a las personas que no pueden acudir al escenario del Maratón: enfermos, mayores, discapacitados, etc. En 1999 la palabra siguió viajando, dando lugar al Maratón Viajero, conjunto de mini-maratones de varias horas desarrollados en varios pueblos de la provincia: Alcolea del Pinar, Jadraque, Sigüenza, Torrejón del Rey, Azuqueca de Henares, Brihuega, Cabanillas del Campo, El Casar, Fontanar, Molina de Aragón, Campillejo, Humanes, Alustante, Tórtola de Henares, Yunquera de Henares, Alovera, Atienza, Marchamalo, Sacedón, Torija, Chiloeches, Pastrana, Uceda, El Pozo y Quer.

La dimensión europea la alcanzó el Maratón en 2001 con la presencia en el Festival de Narración Oral Profesional de un contador por cada uno de los países que formaban entonces la U.E. a la vez que pudo ser seguido por primera vez por Internet. En 2002 se afianzó el Maratón paralelo de música, que pretendía complementar la oferta del Maratón, desarrollándose en los Jardines del Palacio, justo el lugar donde este año se contarán todos los cuentos.

Despiece

El alma del Maratón de Cuentos

El Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara es una asociación cultural que se dedica, desde hace muchos años, a la Animación a la Lectura. Fue fundado en 1982 por un grupo de bibliotecarias, maestros, profesores y, en general, personas con interés por la literatura infantil y juvenil. “Desde entonces han sido muchos los que han contribuido, con su empeño y su ilusión, a seguir profundizando en el conocimiento y promoción de la lectura entre los niños y jóvenes”, cuentan en su página web. El Seminario de Literatura se encarga de coordinar los trabajos necesarios para que el Maratón comience cada año el viernes del tercer fin de semana del mes de junio a las cinco de la tarde. En esa tarea están asistidos por numerosos voluntarios que se responsabilizan de partes importantes de la organización. Desde 1992 ha dedicado muchos esfuerzos a promocionar la narración oral, como método de animación a la lectura y como arte autónomo. En la actualidad, el Seminario cuenta con un Centro de Documentación del Cuento que reúne información sobre narración oral, tanto en soporte físico como mediante las nuevas tecnologías.

En todo caso, los responsables del seminario reconocen “que esta fiesta de la palabra no podría celebrarse si no fuera por la implicación de toda la ciudad de Guadalajara, cuyos habitantes participan no sólo como espectadores sino como protagonistas: invitan a sus amigos de fuera, cuentan cuentos y, sobre todo, prestan su atención y sus oídos a las narraciones de los demás. La relación de responsabilidades no estaría completa si no se citara a los amantes de los cuentos que acuden al Maratón desde muchos puntos del país e incluso del extranjero. Ellos también contribuyen generosamente al esplendor de la fiesta”.