Entrevistas

22 febrero 2007

RAFAEL LUIS DÍAZ, PERIODISTA DE LA SER EL 23-F

“El 23-F fue la noche que consagró la radio informativa”

“Desde la tribuna de prensa oí un disparo y hubo momentos de incertidumbre. Luego un Guardia Civil me apuntó por detrás y me gritó: “¡desenchufa eso!” “Antes de ver a Tejero, supe que era teniente coronel por las estrellas que llevaba en la bocamanga” “Tuve miedo pero siempre mantuve la compostura y todos los periodistas estuvieron al pie del cañón toda la noche”
Hoy hace veintiséis años que un grupo de guardias civiles, al mando del teniente coronel Antonio Tejero, irrumpieron en el Congreso de los Diputado y forzaron un golpe de Estado. El suceso se quedó en pantomima pero las escenas dieron la vuelta al mundo y los sonidos, también. Rafael Luis Díaz (Sevilla, 1948), corresponsal parlamentario de la cadena SER el 23 de febrero de 1981, es el único periodista que narró en directo por la radio, desde el Congreso, la entrada de los golpistas. Estuvo 18 años trabajando en Radio Madrid y luego se fue a Canal Sur y Telemadrid. Ahora escribe libros de poesía. “Mi vocación es la de poeta, pero como de la poesía no se vive por eso me dediqué al periodismo”, afirma. Su voz es un icono de la Transición porque le tocó contar el momento más tenso y decisivo de este periodo. A su lado estaba Mariano Revilla, técnico de sonido. Ambos son los ponentes esta tarde de la conferencia La noche de la radio: el 23 F, que organiza SER Guadalajara dentro de un ciclo de actos y programas especiales para celebrar su 25 aniversario. La cita es en el salón de actos de Caja Guadalajara a las 20 horas.
Nueva Alcarria, 22.02.07
Raúl Conde

¿Era habitual que la SER retransmitiera los debates parlamentarios en la Transición?
Radio Madrid, la cadena SER, desde el principio de la democracia, desde que se abrieron las puertas del Congreso a los diputados electos, había decidido que cuando la SER pudiera tener información parlamentaria, yo sería el encargado de llevarla a efecto. En aquel edificio la verdad es que nos perdíamos, la prensa estábamos sentados al lado de los diputados. Cuando llegaron los debates importantes, la investidura de un presidente o la moción de censura, la SER decidió transmitir todos en directo. Creo que fue la primera vez que un debate desde el Congreso, en democracia, lo retransmitía una emisora de radio. Porque durante la República se transmitieron mítines, pero no debates del Congreso. Entonces pues íbamos un equipo y yo estaba al frente para cubrir todo, los pasillos, la entrada del presidente… Don Eugenio Fontán, que entonces era el director general de la SER, apostó por levantar toda la programación y transmitir los debates en su integridad.

¿Cómo vivió la sesión en que ocurrió el golpe de Estado?
Llegó el debate de investidura del candidato a presidente del Gobierno, que era don Leopoldo Calvo Sotelo. Hay que recordar que unos días antes había dimitido don Adolfo Suárez. La sesión terminó el viernes por la tarde pero no fue votado por mayoría así que se tuvo que celebrar otra sesión en la que por mayoría simple el candidato podría salir. Esto era el lunes por la tarde, a las cuatro y media. La sesión no tenía atractivo informativo no tenía porque ya se sabía el resultado de la votación de antemano, pero la dirección de la SER tuvo a bien transmitirlo también en directo. Y allí estaba yo. Sucedió que estando para emitir su voto don Manuel Núñez Encabo, se produjo la irrupción de Tejero y los guardias civiles que venían. Don Manuel Núñez Encabo emitió tres veces el voto porque el secretario de la Cámara, don Víctor Carrascal, repitió tres veces su nombre porque ya estaba fijándose en la puerta de la derecha, que era por donde entraba Tejero. Yo oí un disparo y hubo momentos de incertidumbre, incluso que el ruido del disparo era un portazo. Alguno de mis compañeros de tribuna dijo: “ha habido un disparo”, pero yo no lo había visto. En ese momento ya irrumpen en el salón de plenos la Guardia Civil y empiezo a contar, como Dios me da entender, lo que veía con mis ojos. No me lo creía. Parecía una alucinación aquella entrada violenta. Al verme en mi situación, y como estaba en pie, me agaché en cuclillas para protegerme detrás de una de las columnas del Congreso. Y desde allí seguí transmitiendo como podía.

¿Cuándo tuvo que cortar la retransmisión del pleno?
Fue en este momento cuando alguien me da un tirón del cable del micrófono y yo pensé lo típico, lo que me había ocurrido infinidad de ocasiones, que gente se tropieza con el cable y me quita el micrófono. Montones de compañeros salieron de la tribuna de prensa los pasillos. Pero me volví y tenía detrás a un guardia civil que me estaba apuntando. A un cámara le dijo: “no intentes tocar la cámara”. Y a mí me dijo: “¡desenchufa eso!! Lo tenía pegado a mi lado. Puse las manos hacia arriba y allí en cuclillas permanecí durante un tiempo, que no recuerdo cuanto. Se me durmieron las piernas hasta que le pedí al guardia civil si podía sentarme en mi sitio. Y me puse en el de al lado.

¿Cómo identificó a Tejero?
Yo no le conocía personalmente más que de alguna fotografía de prensa de cuando la Operación Galaxia, pero supe inmediatamente que era teniente coronel por las estrellas que llevaba en la bocamanga. He hecho muchos cursos militares y me sabía todas las graduaciones de Tierra, Mar y Aire. Tejero llevaba lo que antiguamente se decían dos “mantecados”, dos estrellas grandes de ocho puntas. Cuando Tejero se volvió de cara, después de subir a la tribuna de oradores, es cuando le veo y averiguo quién es.

En ese momento, alguien a su lado, en la tribuna de prensa, ¿quién fue la persona que le dice que se ha oído un disparo?
Puede ser Antonio Pérez Henares “Chani”. Había bastantes compañeros, recuerdo a Jesús Mª Zuloaga, que ahora es uno de los directivos de “La Razón”, en cuclillas en la puerta que daba a los pasillos. Al lado de la butaca donde me dejo sentar el guardia civil estaba vacía y en la siguiente estaba don Manuel, el médico del Congreso. Después también escuché a Pedro Calvo Hernando, que cuando se llevaron a los líderes de los partidos, gritó: “¡Viva la libertad! ¡Viva la democracia!”. Delante de mí estaba también Luis Fernández, el actual presidente del ente RTVE, y Víctor Márquez Reviriego, que era un extraordinario cronista parlamentario.

¿A qué hora salieron a la calle?
He perdido la noción del tiempo pero fue alrededor de las nueve y media de la noche. Hubo una orden de que la prensa podía salir y luego hubo una contraorden, pero luego al final nos dejaron salir. Me gustaría resaltar que todos los periodistas supieron estar a la altura de las circunstancias. Me refiero a que una vez que estábamos todos en la calle, aunque alguno decidió quedarse en el Congreso, lo normal es que cada uno hubiera salido corriendo para coger un vuelo a Lisboa, a Francia o donde fuera. Pues no. Cada uno se fue a su medio de comunicación. Nosotros, los de la SER, nos fuimos a Radio Madrid y allí estuvimos toda la noche. Todos estuvimos al pie del cañón. Otros diputados muy valientes, como Letamendía, cogió una barca y se fue a Francia y la Guardia Civil tuvo que remolcarlo. Y el que era ‘lehendakari’, Garaicoetxea, ese toda la noche estuvo desaparecido. Si todos los periodistas y todos los españoles comprometidos con la democracia hubiéramos hecho como ellos no sé qué habría sido de nuestro país.

¿Se puso nervioso?
Todas las circunstancias que he vivido de miedo he mantenido el tipo. El miedo por supuesto que lo he tenido y por dentro igual. Nunca perdí la compostura. Supongo que como los toreros, el miedo lo llevas por dentro pero aparentemente aguantas la envestida del toro. Eso fue lo que hice. En mi voz se transmite el miedo que tengo porque claro, se oyen disparos, agachas la cabeza y doblas la bisagra y además yo oí a María Antonia Iglesias, que dijo: “se han cargado a medio Parlamento”. Claro, cuando levantas la cabeza y nos ves a prácticamente a nadie en el hemiciclo porque estaba agachados, te lo llegas a creer, te quedas sin voz y la sangre se te hiela. Luego el tiempo que estuvimos en la tribuna, sentado y sin poder hablar, piensas qué harán con nosotros, si nos llevará a un campo de fútbol como en Chile, también piensas en tu mujer, en la hija que teníamos… Cuando volví a Radio Madrid, recuerdo la emoción de los compañeros abrazándome. A lo largo de la noche, el director general me dijo que me fuera a casa, que me duchara y que me incorporara al hotel Palace porque ya la cosa se veía que no iba a salir adelante. Se estaba transmitiendo como si fuera un partido de fútbol. Fueron momentos muy emotivos porque conocía a los diputados y me llevaba muy bien con ellos.

¿Cómo vio la reacción de los políticos que estaban sentados en el hemiciclo?
Vi cómo Gutiérrez Mellado tuvo valor para levantarse y enfrentarse a Tejero y los guardias civiles. Yo lo que no llego a entender cómo una teniente coronel tuvo la osadía de empujar y de intentar hacer caer a un teniente general. Eso, yo que casi soy militar, no entiendo un acto de rebeldía como ese. Se me cae la cara de vergüenza y no encuentro palabras ante ese hecho. También tuvo mucha valentía Adolfo Suárez, como intenta coger al Guti, como llamábamos cariñosamente a Gutiérrez Mellado, y como se mantiene en su asiento.

¿El 23-F fue la noche que consagró a la radio informativa?
Por supuesto, cuando yo entré a Radio Madrid tenía 18 años. No se podía dar ningún tipo de información. Era una radio de mucha música, concurso y radionovela. Entonces don Eugenio Fontán apostó por una radio informativa. Poco a poco entramos allí una serie de periodistas con formación, habíamos estudiado la mayor parte en la Facultad de Ciencias de la Información. Esa radio fue cambiando. Se suprimió la conexión con el parte y había una emisión que podíamos dar las noticias nacionales e internacionales facilitadas por Radio Nacional de España. En la etapa de Basilio Rogado, a lo mejor dábamos una noticia de ellos y las restantes eran nuestras. Porque claro, cuando eso se estaba oyendo, en el Ministerio de Información y Turismo, al oír que estaban facilitadas por RNE, no había ese control, y metíamos las morcillas nuestras. También cuando empezó “Hora 25”, la cabecera era así: “Hora 25. Un programa de cuestiones actuales que dirige Manuel Martín Ferrand”, es decir, que no se podía decir de noticias o informativo. La noche del 23-F fue la noche de los transistores.

Aquel año, 1981, la cadena SER recibió el premio Ondas especial por la cobertura del golpe durante toda la tarde-noche del 23-F. ¿Lo recogió usted?
No, yo no quise aunque me pidió que fuera a recogerlo yo el director de Informativos, Fernando Ónega, pero entendía que era un premio colectivo. Por cierto, que al día siguiente, Ónega hizo un comentario muy bueno que empezó: “Buenos días, libertad”.