Entrevistas

15 enero 2007

VALENTÍN GARCÍA YEBRA, FILÓLOGO Y TRADUCTOR

“Hay que compaginar los intereses de mis hijas y de Siglo Futuro para hacer la Fundación”

“Veo con buenos ojos la Fundación que llevará mi nombre pero alguna de mis hijas se muestra reticente a instalar mi biblioteca en Guadalajara”
Cuando era joven, aprendió algunas palabras de vasco a escondidas. Y recién llegado a Madrid de la mili, en 1940, Valentín García Yebra (Lombillo de los Barrios, León, 1917) aprovecha el verano para traducir “Medea”, de Séneca. “No tenía nada mejor que hacer”, explica con retranca. Se trata de un formidable drama que García Yebra descifra con la habilidad precoz del que luego se convertiría en filólogo, traductor, catedrático de Griego y académico de la Lengua. Lee en siete idiomas: inglés, alemán, francés, italiano, portugués, griego y latín, además, claro, del español, que domina con milimétrica precisión. Aunque es natural de un pueblecito del Bierzo, Guadalajara se ha convertido en su segunda patria: es presidente de honor y emblema de oro del Club Siglo Futuro de Guadalajara. Su paisano, el novelista Luis Mateo Díez, tiene escrito: “la primera vez que Valentín García Yebra me contó que entre sus aventuras infantiles la más reincidente, durante mucho tiempo, había sido la de cazador de pájaros, fue en un viaje a Guadalajara, una ciudad que lo tiene prohijado desde hace años y en la que recibe reiteradas muestras de admiración y cariño”. Ha traducido a numerosos autores, principalmente clásicos de la Antigüedad (como la Poética de Aristóteles) o alemanes, y publicado varios ensayos sobre traducción. En 1998 fue galardonado con el Premio Nacional al conjunto de su obra de traducción. Es miembro de la Real Academia Española de la Lengua. El premio de novela que patrocina Caja Castilla-La Mancha también lleva su nombre. Entre otros libros, ha publicado Teoría y práctica de la traducción (1997, 3ª ed.), Claudicación en el uso de las preposiciones (1988), En torno a la traducción (1989, 2ª ed.), Traducción: historia y teoría (1994) y El buen uso de las palabras (2003). El diario ABC le considera “un académico que, enamorado del idioma, vigila los tropiezos de la lengua, cuya oportuna corrección se convierte, a través de sus artículos, en brillante ejercicio de estilo y conocimiento.” (15.12.04).
Nueva Alcarria, 15.01.07
Raúl Conde

¿Cómo empezó su vinculación con Guadalajara?
Yo soy de la provincia de León, pero tengo más relación con Guadalajara que con el Bierzo. Yo di el pregón de Navidad en 2006 pero lo había hecho hace doce o catorce años, quizá fue el primer acto que hice en Guadalajara. Unos cuantos amigos trataron de vincularme con el Club Siglo Futuro, que se fundó por entonces, no recuerdo exactamente la fecha. Y entonces en el Club Siglo Futuro, no sé por qué, me han nombrado presidente de honor y voy con cierta frecuencia a actos importantes de este club.

¿Qué le parece la actividad que desarrolla Siglo Futuro?
Bueno, me parece una cosa asombrosa. Este año pasado, no recuerdo exactamente si fueron 40 o 44 los actos desarrollados a lo largo del año. Yo no sé si hay muchas asociaciones que desarrollen más actos, y además interesantes. Tengo un gran aprecio por el Club Siglo Futuro, por su presidente, Juan Garrido, que es el alma del club, y por toda la junta directiva, y por todo el público guadalajareño, que acude con mucha asiduidad. Es una programación de altura. Quizá por la proximidad a Madrid, pero Guadalajara tienen un nivel cultural muy elevado. Lo noto en la gente que acude a los actos de Siglo Futuro.

¿Conoce Guadalajara y la provincia?
No mucho, la primera visita que hice a Guadalajara fue en 1942, que yo era estudiante y mi curso hizo una excursión allí y conocimos el palacio del Infantado y poco más.

El presidente del Club Siglo Futuro, Juan Garrido, avanzó recientemente que durante el primer semestre de este año empezará a funcionar la Fundación “Valentín García Yebra”. ¿En qué consistirá este proyecto y qué les ha ofrecido Siglo Futuro a usted y a sus familiares?
Bueno, vamos a ver. Yo espero que se lleve a la práctica la Fundación, pero no depende de mí solamente. Depende fundamentalmente de Guadalajara y luego de mis hijas. Todas son intelectuales y que todos mis libros vayan a la Fundación, alguna lo ven bien pero sienten desprenderse de mi biblioteca. Vamos a ver como queda eso. Siglo Futuro nos ha comentado que quieren hacer una Fundación Valentín García Yebra y, aunque no hemos hablado explícitamente de esto, creo que pensaban que mi biblioteca sea el núcleo fundamental de esa fundación. Yo creo que la Fundación sería complementaria de Siglo Futuro, que seguiría teniendo su propia entidad y sus propias actividades.

¿En qué sitio de Guadalajara se ubicará la sede de la Fundación?
Efectivamente, la sede estará en Guadalajara, pero lo que no sé es el sitio concreto. Toda mi biblioteca estaría en Guadalajara a disposición del público que lo desee. No lo sé exactamente, pero mi biblioteca se compone de entre 2.000 y 3.000 volúmenes.

¿A sus hijas qué explicaciones les ha dado Siglo Futuro?
Hemos tenido sólo una pequeña reunión, hace casi dos meses, y no recuerdo que se tomaran decisiones. Fue una especie de primer contacto para ver cómo respondían ambas partes. Yo vería con buenos ojos hacer la fundación, pero no querría que mis hijas saliesen perjudicadas y quedasen disgustadas por llevar mis libros a Guadalajara. Tampoco querría que el Club Siglo Futuro quedase descontento. Vamos a ver como se compaginan los intereses de una parte y otra. No hemos convenido la fecha de la próxima reunión.

¿Trabaja a diario?
Procuro, pero no siempre puedo. A veces tengo ocupaciones fuera de casa que no me dejan trabajar. No tengo una actividad rigurosamente situada en el tiempo. Dos días a la semana hago cosas para la Academia de la Lengua y otras veces para Efe y otras para mí. Además ahora Ignacio Bosque está haciendo ahora una gramática colosal, yo digo que en España no va a haber 500 personas que la entiendan porque es demasiado detallada, y asisto a reuniones periódicos por esta gramática. En la agencia Efe les asesoro en el manual de español urgente, que se revisa de continuo porque la lengua va cambiando y entonces los periodistas tienen que estar al tanto de estos cambios. De vez en cuando escribo.

Guadalajara se siente castellana. ¿En Castilla es dónde mejor se habla el español?
Yo no he vivido en los pueblos de Castilla, que sería donde habría que averiguar la contestación exacta a esa pregunta. Además, hay dos Castillas, la vieja y la nueva. Tiene fama la vieja, por ejemplo Segovia o Ávila, de hablar muy buen castellano. Yo no he vivido allí, de modo que no podría contestar con seguridad a su pregunta. Creo que el castellano lo habla muy bien la gente culta, en cualquier parte.

¿Se habla peor el español ahora que antaño?
No lo creo, depende de qué ambientes y en qué situaciones. Pienso que, por ejemplo, en este pueblecito donde yo nací, actualmente la gente que queda allí habla mejor que la gente que había cuando yo era niño. Es gente más culta porque viaja más.

¿La Real Academia Española es una institución abierta a los cambios del lenguaje?
Depende de cómo sean los cambios. Si el cambio está fundamentado, pues sí, la Academia no solamente quiere sino que tiene que hacerse cargo de esas palabras nuevas. Ahora, tienen que ser palabras con fundamento etimológico, no una que se le ocurra inventar a cualquier persona.

¿Los españoles tenemos conciencia de la fuerza de nuestra lengua?
No todos, pero sí la gente culta. Sabe que el español se habla en muchas naciones como lengua propia. En Castilla-La Mancha no se habla igual que en León o en Aragón. Igual que el español de Argentina no es el mismo que el de México, pero todos nos entendemos.

A usted le concedieron el premio Miguel Delibes de Periodismo en el año 2004 por un artículo sobre el uso del lenguaje. ¿Los periodistas hablamos bien?
Me sorprendió mucho que me dieran este premio porque me limité a decir los errores y cómo se debían corregir, jamás pensé que aquel artículo fuera premiado. Me sorprendió muy agradablemente. Y entre los periodistas, hay de todo. Si me pregunta usted: ¿los académicos hablan todos bien? Pues depende, que tienen cosas dialectales propias de su región. Por ejemplo, un académico catalán incluye palabras sin darse cuenta propia de su lengua. Hay muchos periodistas, y ya sabe usted que lo mucho, con frecuencia, no se compagina bien con lo bueno.

¿Debería recuperarse la figura del corrector en las redacciones y en las editoriales?
Leo pocos periódicos, leo el ABC, El País y El Mundo/La Crónica de León. En los periódicos escribe mucha gente, y hay alguna que escribe muy bien pero hay otra que medianamente. Sería bueno recuperar la figura del corrector, aunque no sé si es rentable. Prefieren que haya algún gazapo a estar soltando dinero que no les compense.

¿Por qué es importante aprender latín en el siglo XXI?
Porque el latín es el fundamento del español. Hubo un escritor español de fines del siglo XV que decía siempre: “asno se debe llamar el que latín non sabe”. Es demasiado brusco, pero el que no tiene un fundamento de latín se expone a cometer muchos errores. Creo que el griego y el latín son los grandes perdedores siempre en las reformas de los planes educativos.