REPORTAJE

Castilla-La Mancha y Madrid, política en la linde

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, plantea un pulso político a la Junta de Castilla-La Mancha criticando el crecimiento urbanístico del Corredor del Henares y la gestión de los pantanos del Tajo
José María Barreda y Esperanza Aguirre, presidentes de Castilla-La Mancha y Madrid, respectivamente, están condenados a entenderse. La cercanía de una comunidad autónoma con la otra y sus profundas relaciones a todos los niveles, tanto social como económico, laboral o de comunicaciones, obligan a sus responsables a salvar las diferencias que, en los últimos meses, se han manifestado de forma acusada. Después del verano, Aguirre cuestionó el desarrollo urbanístico de los corredores del Henares, en Guadalajara, y de la Sagra, en Toledo; y esta semana ha vuelto a insistir en que “el agua de la cabecera del Tajo debería corresponder a Madrid”. Barreda calla.
Nueva Alcarria, 12.01.07
Raúl Conde

La relación empezó bien pero puede acabar como el rosario de la aurora. A principios de 2006, durante la clausura de unas jornadas en la capital del país, el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José Mª Barreda, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, coinciden en señalar “las ventajas” que tiene la solidaridad entre las comunidades autónomas. Aguirre afirmó que, en el caso de Madrid, promover la solidaridad ha sido “una excelente inversión y negocio”. Barreda, por su parte, señaló que “Madrid podría haber estado con Castilla-La Mancha cuando se diseñó el actual mapa autonómico”, lo cual sirve, en su opinión, para recordar que “todas las divisiones administrativas y políticas son artificiales, las han hecho los hombres y mujeres», por lo que considera que incurren en un error aquellos que buscan el origen de sus naciones en el Paleolítico Superior” (Agencias, 25.02.06).

Llegados a este punto del discurso, los dos dirigentes se siente cómodos y cercanos. Rechazan de plano aquellas teorías etnocentristas que justifican lo que en la reforma de algunos estatutos se ha denominado “realidad nacional” o “comunidad nacional”. Tanto Barreda como Aguirre hablan de “región” cuando se refieren a los territorios en los que gobiernan y predican a los cuatro vientos sus sentimientos de españolidad. Por ese flanco, ningún problema.

Las diferencias entre ambos comenzaron a surgir a cuenta del crecimiento de ambas regiones. Madrid se ha convertido en los últimos años en el principal motor económico de España, según datos de su administración autonómica. Esta región aporta el 21% de los ingresos totales del Estado y cada madrileño contribuye con una media de 5.000 euros anuales a la “caja común”, frente a una media en las autonomías de 3.200 euros. Las zonas limítrofes de Castilla-La Mancha con Madrid, el corredor del Henares en Guadalajara y el corredor de la Sagra en Toledo, han absorbido en la última década cientos de ciudadanos madrileños que huyen de la gran capital en busca de pisos algo más baratos y mejor calidad de vida. Según datos del Instituto de Estadística de Madrid, cada año más de 26.000 madrileños fijan su hogar en alguna localidad de Castilla-La Mancha.

Redimensionar Cercanías

Los resultados no se han hecho esperar: durante los últimos años, el corredor del Henares se ha convertido en el cinturón industrial de mayor proyección en Europa, sólo superado en 2006 por el corredor de la Sagra, que se ha visto muy beneficiado por la apertura del tren de alta velocidad, el AVE entre Madrid y Toledo. Precisamente, fue el 15 de noviembre, en la inauguración de esta infraestructura, cuando coincidieron por última vez en un acto público Barreda y Aguirre. La presidenta madrileña protestó porque no la dejaron hablar en el acto oficial. Sólo pronunciaron unas palabras el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha. La periodista Victoria Prego escribió en su blog de El Mundo: “como no podía ser de otra manera, la presidenta Esperanza Aguirre, del PP, y el alcalde de Toledo, José Manuel Molina, también del PP, se molestaron” (28.11.06).

Justo aquella semana, Esperanza Aguirre hizo pública la primera propuesta que no gusta nada en Fuensalida, sede del Gobierno regional en la capital toledana. Primero en la Asamblea de Madrid en septiembre de 2006 y luego el 16 de noviembre en Alcalá de Henares, critica el crecimiento urbanístico de Guadalajara y Toledo y propone “redimensionar” las redes ferroviarias de Cercanías y de Metro debido a los problemas derivados de este desarrollo. Sus palabras textuales fueron: “En el Plan Estratégico de Castilla-La Mancha, en la linde con el Corredor, lo que se propone la comunidad vecina es meter 600.000 habitantes, lo que quiere decir que habrá que redimensionar las infraestructuras” (Nueva Alcarria, 17.11.06). La portavoz de la Ejecutiva del PSOE de Castilla-La Mancha, la alcarreña Araceli Martínez, contestó que “antes de preocuparse por el crecimiento económico, de servicios, de empleo y de empresas de Castilla-La Mancha, que se preocupe de por qué los ciudadanos de Madrid se vienen a vivir a Castilla-La Mancha” (La Verdad, 18.11.06).

El Henares y la Sagra

Aguirre criticó el crecimiento desbordado de los cinturones del Henares y de la Sagra por ser el ejemplo, según dijo, de la falta de armonización del desarrollo de territorios limítrofes. Ignora, no ha aclarado si de forma deliberada o no, las reuniones a distintos niveles que mantienen los técnicos de ambas autonomías para coordinar, precisamente, las infraestructuras a las que se refiere la presidenta madrileña. Por ejemplo, la carretera de la Vega hasta la autopista R-2 o la preservación fluvial de la franja del río Henares. “Las comunidades limítrofes tienen que coordinar sus políticas territoriales y de desarrollo para evitar que unas perjudiquen a otras en sus planes urbanísticos”, insistió Aguirre. Y entonces se acordó de Seseña y del corredor del Henares. Estas declaraciones sentaron muy mal en el seno de la Junta de Comunidades. El consejero de Vivienda y Urbanismo, Alejandro Gil, calificó de “inaceptables” las críticas y fue rotundo: “Castilla-La Mancha nunca se ha opuesto al crecimiento de nadie”. También pidió a la dirigente del Partido Popular que “rectifique”. Y hasta hoy. El presidente Barreda no entró al trapo de manera explícita tras las palabras de su homóloga vecina.

Se produce la circunstancia de que la propia Esperanza Aguirre ha estado vinculada en más de una ocasión con uno de los proyectos urbanísticos que contribuye al desarrollo del corredor del Henares. La liebre la soltó la revista Interviú en un reportaje publicado el 26 de septiembre de 2003. La mayoría de los terrenos de Yebes en los que se está edificando la ciudad del AVE, cerca de la estación de tren de alta velocidad en Guadalajara, fueron expropiados a un familiar directo de Fernando Ramírez de Haro, marido de Aguirre. La suegra de ésta y sus dos hermanas poseen miles de hectáreas de terrenos en Guadalajara, sobre todo en localidades donde las fincas, por su cercanía a Madrid, se revalorizan cada año: en Alovera dispone, según Interviú, de 109.329 metros cuadrados; en Yebes, 574.600 metros cuadrados; y además mantiene propiedades en El Pozo de Guadalajara y Chiloeches. “Los Aguirre pueden, pues, dormir tranquilos sin que el futuro les resulte incierto”, sentenció el semanario El Siglo (3.11.03).

Refriega política

En la biografía autorizada «Esperanza Aguirre. La presidenta» (La Esfera de los Libros, 2006), el nombre de José María Barreda no aparece ni una sola vez en sus 509 páginas. Su autora, la periodista Virginia Drake, describe a Aguirre como “una mujer que mide en desafíos cada uno de los pasos que ha dado”. Algunos periódicos han sostenido en los últimos meses que la naturaleza del enfrentamiento de Aguirre con el Gobierno castellano-manchego obedece más a una refriega partidista que a profundas discrepancias de calado político. “En el fondo de esta pugna está la lucha habitual entre territorios limítrofes, aunque aderezada, en este caso, por el distinto signo políticos de los Ejecutivos de ambas regiones, PP en Madrid y PSOE en Castilla-La Mancha” (El Digital Castilla-La Mancha, 17.11.06).

Lo que ha ocurrido también se mezcló el año pasado con la designación de Mª Dolores de Cospedal, ex consejera de Transportes en el Gobierno que preside Aguirre en Madrid, como candidata del Partido Popular a la presidencia de la Junta. Incluso Barreda, en los cursos de verano de El Escorial, llegó a decir que De Cospedal ha sido enviada a Castilla-La Mancha para que ponga al PP de esta región “al servicio de Esperanza Aguirre” (5.07.06). Aguirre no se quedó corta y pronosticó que Castilla-La Mancha entrará en el “eje de la prosperidad” con De Cospedal como presidenta (Efe, 6.09.06). Y la propia De Cospedal, en una entrevista concedida al semanario Tiempo, remachó: “Barreda dice muchas tonterías y, sobre todo, habla mucho de lo que no sabe” (18.12.06). Sin embargo, las encuestas –la última la de Sigma Dos para El Mundo publicada en noviembre pasado- siguen otorgando al actual presidente de la comunidad una cómoda mayoría absoluta. En eso, en los sondeos, sí que coincide con Esperanza Aguirre.

DETALLE

El agua, todo para Madrid

Las primeras declaraciones de Esperanza Aguirre acerca del debate del agua, poco antes de Navidad, causaron estupor entre los gestores castellano-manchegos. Aguirre aseguró que ha tenido que recurrir a la recarga artificial de acuíferos por culpa de la derogación del trasvase del Ebro. Su teoría es que si este trasvase funcionara, el agua del Ebro se iría para Levante y Murcia y, por tanto, el caudal de la cabecera del Tajo se reservaría, casi en exclusiva, a Madrid. Que no se haya aprobado el Plan Hidrológico Nacional, sostiene la señora presidenta, “es lo que ha hecho que Madrid no pueda disponer del agua que naturalmente correspondería a nuestra cuenca” (Efe, 19.12.06). La medida de la recarga de acuíferos ha estado criticada sin ambages por la Confederación Hidrográfica del Tajo, desmintiendo así la falta de agua que denuncia Aguirre. El presidente de esta entidad, José María Macías, constituye “una solución milagrera que no tiene nada detrás” y “no es la solución más barata” (Europa Press, 26.12.06).

La III conferencia de presidentes autonómicas de ayer jueves giraba en torno al agua. El día anterior, en un debate de la cadena SER, Aguirre insistía en criticar el uso del agua en los pantanos de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía. El consejero de Presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, respondía de esta manera: “el Tajo está como está porque una parte importante de su agua se va a otro sitio y, además, porque lo que nos llega como agua depurada de Madrid es más que discutible”. La presidenta de Madrid había dicho que Murcia tiene una economía pujante y unos regadíos productivos, todos ellos con sistemas de goteo que consumen una cantidad pequeñísima “comparado con los riegos a manta, que está habiendo ahora por inundación en grandes partes de Castilla-La Mancha”. García-Page devolvía la acusación: “el 92% del regadío que se utiliza en Castilla-La Mancha se hace conforme a reglas de óptima explotación, de optimización del agua desde un concepto de ahorro”.

El diario El País publicó en mayo una información que contrasta con la actualidad: “el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, siempre ha intentado sumar a la Comunidad de Madrid, del PP, a su lucha para acabar con el trasvase [Tajo-Segura]. Según Barreda, es fundamental que una autonomía del PP se sume a su guerra del agua contra Murcia y Valencia, gobernadas por el PP” (6.05.06). Hay profetas, a veces, que advierten mejor el futuro que los periodistas.