Entrevistas

11 enero 2007

RAMÓN FERNÁNDEZ DURÁN, INGENIERO DE CAMINOS Y URBANISTA

«España es la cumbre de la burbuja inmobiliaria del mundo”

“Nuestro país es el mayor de la UE con más viviendas vacías (más de tres millones) y con más viviendas secundarias” “Las nuevas infraestructuras han posibilitado una expansión, sin precedentes, de la lengua de lava urbano-metropolitana, que está arrasando con nuestro paisaje natural y cultural de siglos"
Durante los últimos años, España ha sido escenario de un auge sin precedentes del sector de la construcción. Las autoridades económicas, tanto europeas como mundiales, han advertido al Gobierno en más de una ocasión del riesgo que supone centrar el crecimiento económico en la construcción de viviendas, y no en la productividad. El prestigioso semanario The Economist ha llegado a decir que nuestro país vive sumido en “la mayor burbuja financiera de la historia” (18.06.05). El Estado se ha mantenido al margen de este desarrollado, descontrolado en demasiados municipios, y los ayuntamientos utilizan la gestión del suelo como instrumento de financiación.
La Garlopa.com, 11.01.07
Raúl Conde

Izquierda Unida de Guadalajara ha organizado unas jornadas en torno a un título muy gráfico: “Especulación y corrupción. El territorio amenazado”. Ramón Fernández Durán, ingeniero de caminos y miembro de Ecologistas en Acción, habla de su último libro: “El tsunami urbanizador español y mundial”, publicado en julio del pasado año.

“Boom” constructor

Fernández entiende que en nuestro país, y en muchos otros de Europa occidental, se ha orientado una enorme cantidad de dinero hacia el sector inmobiliario. “Además –añade- se están creando las condiciones para exacerbar aún más esta locura, nuevos instrumentos financieros para alimentar a la bestia, para que no desfallezca, para que no estalle”. A su juicio, esto ha hecho que se produzca un “boom” constructor que, “junto con la expansión del consumo, han permitido superar la crisis de la burbuja tecnológica del 2000 en EE. UU.”. El desarrollo inmobiliario, según este experto, no beneficia a la mayoría de la población. Opina, por el contrario, que “beneficia a una parte sustancial, en torno a un 20-30%, los sectores propietarios de más de una vivienda, que veían revalorizarse sus patrimonios, y a los capitales internacionales, mientras que está significando un verdadero terremoto social en la estructura de rentas para el resto, pues más de un 40% de la población española está fuertemente endeudada con hipotecas”.

España se ha convertido en la cumbre de la burbuja inmobiliaria mundial, durante el periodo 1998-2005, según la OCDE, y en el país de la Unión Europea con más viviendas por mil habitantes, con más viviendas vacías (más de tres millones), y con más viviendas secundarias (una cifra aún mayor). Fernández subraya que se ha producido “una entrada en tromba del capital nacional y especialmente extranjero (lícito o criminal), que acudía al sector urbanístico español ante la fuerte subida de los precios de los productos inmobiliarios, de primera y segunda residencia. Y en el caso de esta última se ha producido un verdadero estallido de nuevas macrourbanizaciones de muy baja densidad, con campo de golf aparejados, que han servido para revalorizar la vivienda vacacional como producto de inversión. Se vayan o no a utilizar las viviendas, y se vaya o no a jugar al golf”.

Paisaje arrasado

Lo que Ramón Fernández califica de “maquina inmobiliaria-constructora (y destructora)” no sólo se ha materializado en los archipiélagos o en la costa, sino también en torno a las grandes ciudades, como Madrid, y gran parte de los núcleos de turismo rural: “el cemento para nada tiene mal de altura. Lo cual ha quedado también claro por la irrupción de megaconstrucciones de oficinas en las principales metrópolis, que se alzan desafiantes hacia el cielo, rompiendo con los anteriores ‘sky lines’ mas “mesurados”. Todo ello se ha visto incentivado por una abundante construcción de infraestructura de transporte (autopistas, aves, metros subterráneos y en superficie, ampliación y construcción de nuevos aeropuertos, creación de superpuertos y de un sinnúmero de puertos deportivos, etc.), así como por la proliferación de áreas logísticas en los espacios urbano-metropolitanos. Y estas infraestructuras han posibilitado un nueva expansión, sin precedentes, de la lengua de lava urbano-metropolitana, que está arrasando con nuestro paisaje natural y cultural de siglos, así como con terrenos de importante valor agrícola”.

¿Cómo ha podido llegarse a esta situación de mancha en el territorio? Fernández sostiene que “las voluntades políticas locales y regionales estaban siendo compradas por el enorme poder corruptor del dinero, mientras que toda España se estaba convirtiendo en una inmensa Marbella, y la cultura de la especulación penetraba en gran parte del cuerpo social”. Habla en pasado porque considera que, desde hace un año, ha estallado un interés creciente por los asuntos urbanísticos, fruto de la presión de plataformas y movimientos vecinales y ciudadanos de distinto tipo y, sobre todo, por la presencia en los grandes medios de comunicación de masas. La corrupción inmobiliaria ocupa ya grandes espacios en los principales periódicos y en los informativos de la televisión y se está produciendo aquello que Fernández llama “mascletá” de escándalos que recorren de norte a sur la geografía española.

Lógicamente, esta repercusión no soluciona el problema ni tampoco arregla los desastres del pasado. Pero sí ayuda a prevenir que la especulación avance con la impunidad de antaño. Fernández Durán prevé que las elecciones de municipales del próximo mes de mayo “acenturarán” el debate político y social en torno a esta cuestión, al mismo tiempo que advierte que“sólo desde la movilización y concienciación ciudadana será posible frenar este estado de cosas, y sólo así también se podrá reorientar, desde abajo, el desastre territorial que nos ha legado estos últimos años de tsunami urbanizador”.

“Me asusta el mar de grúas en Guadalajara”

Ramón Fernández vive y trabaja en Madrid pero viaja con frecuencia a Pelegrina, en el cañón del río Dulce. “El otro día –explica- viniendo desde Pelegrina me quedé asustado con el mar de grúas en Guadalajara y hace poco, que fui a Zaragoza en AVE, me quedé espeluznado con la ciudad que se está construyendo al lado de la estación de Yebes”. Madrid, según matiza este experto, es la metrópolis europea que más ha crecido en los últimos cinco años: un millón de habitantes nuevos y ha acogido a más de 700.000 inmigrantes. El crecimiento ha sido espectacular y se produce en forma de mancha de aceite, así que “es lógico que se desparrame por los corredores del Henares, en Guadalajara, y de la Sagra, en Toledo”. Fernández apunta una cuestión que ya es importante pero que va a ser decisiva en un futuro muy próximo: la batalla del agua. “Ahora mismo el debate, y lo estamos viendo entre los presidentes autonómicos, se centra en el agua. Castilla-La Mancha ya ha anunciado que en 2015 bloqueará el uso del trasvase Tajo-Segura y querrá el agua, en exclusiva, para sus propios desarrollos urbanísticos”. En cuanto a la expansión metropolitana, añade: “esta ‘no ciudad’ periférica que se está generando a velocidad de vértigo está arrasando toda la memoria del pasado, el paisaje cultural preexistente, los referentes identitarios de siglos, está provocando un saqueo de lo público sin parangón, y creando una mercantilización y anomia en ascenso para un ser urbano nuevo sin raíces, crecientemente solo, y dedicado al consumo y a moverse sin fin, aparte de a tener que ir a trabajar a lugares alejados de su residencia”.