Artículos en Nueva Alcarria

6 noviembre 2006

La catedral de Sigüenza renace en pleno siglo XXI

La reconversión del claustro en museo catedralicio, actualmente en obras, culminará el Plan Director de restauración del templo seguntino
La catedral de Sigüenza, el principal monumento religioso de Guadalajara y uno de los más importantes de Castilla-La Mancha, verá ejecutado su plan director de restauración cuando acaben las obras en la panda norte del claustro, que pasará a convertirse en museo catedralicio. El Plan Director, que recoge una actuación integral sobre el edificio, fue elaborado hace seis años por los arquitectos José Juste, vinculado a la ciudad del Doncel, y Eduardo Barceló. La puesta en práctica de este proyecto se recoge en un voluminoso libro cuya presentación dirigió hace una semana el prestigioso arquitecto Pedro Navascués en un acto en la Academia de Bellas Artes, en Madrid.

Fue Ortega y Gasset, que gustaba de pasear por los trigales castellanos, quien dejó escrito que “la catedral de Sigüenza, toda oliveña y rosa a la hora del amanecer, parece sobre la tierra quebrada, tormentosa, un bajel secular que llega bogando hacia mí…”. Mucho ha cambiado la vieja ciudad mitrada desde que el filósofo anduviera con su padre por estos lares. También la catedral ha cambiado. De hecho, soportó los efectos de una Guerra Civil, luego la desidia absoluta para terminar recobrando la vida, en forma de restauración arquitectónica, en pleno siglo XXI.
La restauración de la catedral de Sigüenza se debe a un Plan Director elaborado en 1998 cuyos autores son los prestigiosos arquitectos José Juste Ballesta, vinculado además a Sigüenza, y Eduardo Barceló de Torres. Ellos han dirigido la obra y los trabajos realizados a todos los niveles: arquitectónico, artístico, pictórico, etc. La editorial Lunwerg acaba de publicar, con una edición lujosa, un espectacular libro plagado de textos y fotografías extraordinarias que recoge la puesta en práctica del Plan Director que ha devuelto la vida a la catedral seguntina.

Personalidad desbordante

Dentro de la pléyade de textos que sirven de presentación de este volumen, sobresale el de Pedro Navascués, insigne arquitecto y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Lo titula “La catedral de Sigüenza, una visión personal” y en él hace un recorrido singular por el significado de este templo catedralicio en el conjunto de las catedrales españolas y europeas.

Escribe el maestro: “La catedral de Sigüenza, para atraer nuestra atención, no necesita ser más alta que la de Amiens, ni tener tantas naves como la catedral de Toledo, ni alcanzar la superficie de la Magna Hispalense. No le hacen falta las agujas de la catedral de Burgos, el atrevimiento de la de León, ni contar con el apoyo literario de un Víctor Hugo, ni siquiera poseer obras maestras del arte universal, como pueda ser el mismo sepulcro del Doncel. La catedral de Sigüenza tiene una personalidad desbordante que arranca de sí misma, de su más íntima historia fundida en los pliegues del alma seguntina, cuyas referencias son el templo, la ciudad y el castillo, todos a orillas del lejano mar de La Alcarria”.

El párrafo es precioso y sintetiza la labor de aquellos profesionales que se han acercado a la Ciudad del Doncel y a su catedral para colaborar en los trabajos de restauración de la misma. Ha sido un trabajo duro, pero necesario. “Su acondicionamiento permitirá en un futuro albergar dignamente el rico patrimonio mueble que posee la catedral de Sigüenza, compatibilizando adecuadamente la función cultural del edificio con las actividades de culto”, señala Blanca Calvo, consejera regional de Cultura, en uno de los textos que sirven de presentación del libro del Plan Director. El obispo de la diócesis, José Sánchez, expresa su esperanza de que, una vez finalizada la habilitación del claustro, “podamos acometer la restauración de la zona más directamente destinada al culto”.

Actuación integral

Uno de los arquitectos que han dirigido el proyecto de restauración de la catedral es José Juste Ballesta, que además está vinculado al pueblo. Este proceso se divide en varias etapas. Inicialmente, según explica, hubo una primera parte con unas obras de emergencia desde 1996 hasta 1998. A partir de entonces se empieza a aplicar el Plan Director y en el año 2000 se inicia una actuación que afectaba a cuatro zonas: la capilla del Doncel, la capilla de la Concepción, el claustro y el patio sur. “Finalmente –señala Juste- vamos a empezar una actuación en la panda norte del claustro”.

La actuación en el templo ha sido integral, es decir, no han primado las actuaciones de un elemento sobre otros. “Se han intervenido en el contenedor arquitectónico, o sea, cuando era con la piedra, con la piedra, o con la cubierta, con pinturas, con esculturas, al mismo tiempo también se ha actuado en el contenido, por lo tanto, todos los retablos, la iluminación, instalaciones, etc.”, explica. Probablemente, la catedral de Sigüenza esté empezando a culminar una de las actuaciones más importantes que se han hecho en su historia. Juste considera que quizá las obras más relevantes fueron las que se hicieron después de la Guerra Civil, que duraron desde 1937 hasta 1948.

De claustro a museo

La recuperación de los espacios originales, la mejora de las cubiertas, la consolidación de estructuras y la eliminación de las humedades han sido las ejecuciones más importantes. Las obras de la panda norte del claustro de la catedral, con cargo al 1% Cultural del Estado, se adjudicaron el pasado mes de octubre a la empresa Kalam. Tienen un presupuesto de 519.429 euros. El objetivo final es habilitar el claustro, de estilo románico, como museo cardenalicio. El museo albergará la colección de piezas de los fondos de la catedral, las obras de arte de orfebrería, una custodia, piezas escultóricas, tallas, tablas y pinturas en lienzo. Se trata de un proyecto ambicioso que dotará a la catedral de un espacio inmejorable para recopilar el legado artístico que ha heredado.

La empresa Kalam se encarga de ejecutar las obras del Plan Director, tanto en su primera fase, que incluyó actuaciones en las dos capillas de la catedral, en el claustro y en el patio sureste; como en la segunda fase, que ha contemplado la restauración integral del claustro. Manuel Montañés, responsable de restauración de esta firma, explica que en ésta última zona “la humedad había producido graves daños que llegaban a comportar la pérdida irreversible de valiosos componentes pétreos”. De esta forma, los técnicos han tenido que hacer especial hincapié en la recuperación de las portadas platerescas, las galerías, los ventanales y los cimientos.

El arquitecto Antonio-José Mas-Guindal afirma que el Plan Nacional de Catedrales “se está ocupando de este conjunto perteneciente a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y con esta administración de la mano; creo que otros conjuntos y templos debieran aprender del orden y cuidado puestos en cada una de las partes donde se ha actuado”. Por su parte, el arquitecto Carlos Baztán, considera que “ahora la catedral de Sigüenza está mejor preparada para la visita pública. Puede, sin peligro, recibir muchos miles de visitantes más cada año. Sus valores brillan como nunca y los tiempos que vivimos, tiempos de cultura global, nos invitan a seguir trabajando en un doble plano: el de la constante atención a su conservación y restauración, y el de hacerlo accesible y comprensible a todos”.

El alcalde, satisfecho

Francisco Domingo, alcalde de Sigüenza, fue el único representante político de Guadalajara, junto a la concejal de Cultura del Ayuntamiento seguntino, que acudió al acto de presentación del libro del Plan Director de la catedral. “Me sorprende que no hayan hecho este acto en Sigüenza, sería lo suyo, ¿no?”, confesaba a NUEVA ALCARRIA a su término. Sorprende también, por cierto, que en la nómina de presentaciones que incluye el libro de este Plan Director no figure algún texto del primer edil. Sí aparecen, en cambio, Blanca Calvo, consejera de Cultura, y José Sánchez, obispo de la diócesis, entre otros.

El alcalde seguntino, no obstante, se muestra muy satisfecho con las labores de restauración en la catedral: “Es un ejemplo a seguir a nivel nacional, tanto el Plan Director como plasmarlo en un libro de esta calidad, ha sido una actuación muy importante, la catedral estaba dañada y herida y ahora podemos decir que está poniéndose al día”.

La catedral seguntina, ya antes de su restauración, sobresale en su conjunto, pero quizá destacan siete elementos: la capilla del Doncel, con el famoso sepulcro de Martín Vázquez de Arce; la sacristía de las Cabezas, con un diseño renacentista de Covarrubias y una bóveda de medio cañón con 340 cabezas esculpidas en piedra; el Coro y trascoro, con labores góticas; la fachada principal, con rosetón de 12 radios que simbolizan los apóstoles; el atrio, del siglo XVI, construido después de derribarse la muralla que encerraba la catedral; la pintura de la Anunciación de El Greco, en la capilla de los Espíritu Santo; y el prebisterio, con dos púlpitos de alabastro, uno gótico flamígero y otro plateresco.
Azorín, en su libro “Castilla”, escribe: “La catedral es final, frágil y sensitiva. La dañan los vendavales, las sequedades ardorosas, las lluvias, las nieves. Las piedras areniscas van deshaciéndose, poco a poco; los recios pilares se van desviando; las goteras aran en los muros huellas hondas y comen la argamasa que une los sillares. La catedral es una y varia a través de los siglos…”. José Juste, uno de los arquitectos artífices de la restauración de la catedral, no quiere comparar este edificio con otras catedrales de España: “estamos hablando –subraya- de joyas únicas, cada una tiene sus encantos, los valores de la catedral de Sigüenza son muy especiales, en este caso es una obra muy auténtica de los siglos XII y XIII”. Una joya única afortunadamente recuperada en los albores del nuevo milenio.

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Restaurar a 17 grados bajo cero

En la tarde del pasado 25 de octubre tuvo lugar la presentación del libro que resume las actuaciones llevada a cabo en Sigüenza para la restauración de su catedral ateniéndose a los parámetros de un plan director. El acto se desarrolló en un salón de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. El volumen, de gran formato y cuidada edición, pretende resumir en 220 páginas de textos, gráficos y fotografías, la síntesis histórica y el proceso de restauración al que la catedral de Sigüenza ha sido sometida durante los últimos seis años, “a fin de que pueda ser visitada y contemplada con todo el esplendor que le caracterizó antaño”, según señalan desde la empresa responsable del proyecto.
El acto de presentación estuvo presidido por Pedro Navascués, académico de esta Real Academia, y autor de la introducción de la obra. En la mesa estuvo acompañado por Jesús Infante, director general de Lunwerg Editores, los arquitectos que han intervenido en la obra, Eduardo Barceló y José Juste, y el director general adjunto de Kalam, Jesús Hontiveros. Navascués manifestó que la catedral, única, como todas, constituye una obra singular y refleja un tiempo y las necesidades a que debió responder, a sus obispos, sus cabildos, sus deanes, etcétera. Dijo que, gracias al libro, podemos conocer en profundidad, y quizá por primera vez en un libro divulgativo, toda la acción restauradora. Por su parte, Jesús Infante, director general de Lunwerg Editores, manifestó que hasta el momento actual, el libro es único en su género. “Nos han preparado la catedral para hacer un libro”, dijo, algo casi imposible de conseguir. Añadió que el libro roza la frontera entre la divulgación y la obra técnica y destacó la larga relación de colaboración que mantienen con la empresa Kalam, que ha participado activamente en la edición de otros libros de la editorial y como copatrocinadora de su mayor proyecto, la macroexposición de “La Tierra vista desde el cielo” en la última Feria del Libro.
Los arquitectos Eduardo Barceló y José Juste pusieron de manifiesto que el libro refleja el esfuerzo de mucha gente: arquitectos, arqueólogos, especialistas en geofísica, y montones de oficios agrupados en torno a una empresa como Kalam, especializada desde hace 20 años en la rehabilitación y conservación de obras singulares. También destacaron el alto nivel de profesionalidad del equipo técnico, de restauración, de artesanos y de oficios de Kalam, todos en plantilla de la empresa. Concluyendo como mejor definición que juntos han hecho un trabajo a plena satisfacción y hablando el mismo idioma.
En nombre de Kalam, la empresa que ha acometido los trabajos de restauración durante estos años, Jesús Hontiveros procedió a dar las gracias a todos cuantos han intervenido, tanto en los trabajos de rehabilitación, como en hacer posible este libro, gracias al cual, la catedral que alberga la famosa Capilla del Doncel de Sigüenza podrá ser reconocida en todo su esplendor. Hontiveros destacó las dificultades a que se han enfrentado en el proceso de restauración, luchando contra las humedades o los 17 grados bajo cero que soportaron un invierno, así como el descubrimiento de tres niveles de pinturas murales en la Capilla de la Concepción, el descubrimiento de un antiguo retablo o la puesta en valor de restos antropomórficos del siglo XIII., con la construcción de un museo en la cara sur de la catedral. Resumió las distintas intervenciones en la catedral con estas palabras: “unas han curado; otras han prevenido; y otras han descubierto”.

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El claustro, una joya recuperada

Da igual por donde llegue el viajero hasta Sigüenza. Lo haga por donde lo haga, siempre encontrará como referente las dos torres de su excelsa catedral. Su construcción comenzó durante el siglo XII, poco después de la reconquista de la ciudad, conseguida por el obispo don Bernardo de Agén a los árabes, en 1124. Este obispo fue el promotor de la edificación de una catedral en Sigüenza, aunque fueron los siguientes obispos los que más impulsaron su construcción. Las obras prosiguieron a lo largo del tiempo hasta finalizar en el siglo XVIII. El templo se compone de una planta de cruz latina de tres naves, amplio transepto (brazo corto de la cruz), capilla mayor rodeada de girola o deambulatorio (pasillo que rodea la parte trasera del presbiterio), cimborrio o linterna sobre el crucero (pequeña torre de planta cuadrada), dos torres gemelas en su fachada occidental y una torre (la del Gallo) en el lado sur. La catedral posee el claustro al norte del edificio. Aunque comenzó en estilo románico, en su conjunto es un buen ejemplo de la arquitectura de estilo cisterciense, transición al gótico.
El claustro fue en su origen lugar de encuentro de canónigos y miembros del cabildo. Construido a finales S.XV y principios del XVI, cuando ya el estilo renacentista está talmente implantado en España, presenta una factura bajo unos presupuestos estructurales y estéticos totalmente góticos, aunque se pueda una influencia renacentista en los escudos, decoración etc. De planta cuadrada, adosado al lateral norte de la catedral. Formado por cuatro pandas (lados) iguales y en cada uno de ellos se abren siete altos ventanales ojivales, dividido cada uno de ellos por dos maineles que sujetan tracería del arco a partir de tres arquillos trilobulados. El abovedado del claustro – de crucería sexpartitas – descansa sobre arcos torales. Los nervios y claves aparecen labradas dando un aspecto escultórico al conjunto. En los muros del claustro se abren diversas capillas y dependencias con rica rejería y decoración renacentista