«El monasterio de Óvila es el único edificio gótico cisterciense en EE.UU.”
¿Cuál es el motivo de su visita a Guadalajara?
Vengo acompañando a un grupo de once personas que forman parte del comité que ayudan a la reconstrucción de Óvila. También para tener la experiencia de ver el lugar original donde estuvo Óvila y poder conocer otros monasterios cistercienses como el de Santa María de Huerta, en Soria, y el de las Huelgas, y luego iremos a Francia. La espiritualidad en aquellos tiempos estaba ligada a la arquitectura, muros simples, líneas simples con las cuales pensaban un modo mejor de comunicarse con el Señor. Queremos vivir lo que se siente en estos lugares. En mi corazón siento la espiritualidad de los monjes que oraban entre aquellas piedras.
¿En qué consiste el proyecto de ‘Piedras Sagradas’ que impulsa la abadía a la que usted pertenece en Estados Unidos?
De todo lo que se llevaron a EE.UU, sólo se podían restaurar dos cosas: una es la puerta principal, que es del siglo XV, pero que por desgracia se montó en el museo de Young, y la portada. Se llevaron todas las piedras pero los expertos dijeron que sólo se podía reconstruir la Sala Capitular. Nos la llevamos desde San Francisco hasta Vila, donde está nuestra abadía. Aunque no se puede reconstruir como eran, queremos ampliar el proyecto con un atrio alrededor, una biblioteca… La ley en California nos obligó a hacer unos cimientos tremebundos para evitar terremotos, hay un armazón dentro del que van las piedras. Así que por un lado hemos restaurado las piedras y por otro los cimientos y el armazón.
La venta de Óvila en 1929 incluía el refectorio, la Sala Capitular, el dormitorio de novicios, la cubierta de la galería norte del claustro y otros elementos de la iglesia. ¿La reconstrucción ha sido acorde con el edificio original?
Sí, totalmente. Queremos ser fieles al edificio original que se trasladó desde Óvila, tanto desde el punto de vista arquitectónico como artístico. El proyecto está hecho por arquitectos reconocidos.
¿En qué momento se encuentra ahora el proyecto?
Ahora tenemos que coger las piedras restauradas y ponerlas en el armazón para completar las obras en la Sala Capitular.
¿Cómo han financiado las obras?
Nosotros hemos creado un comité que se pone en contacto con fundaciones y personas particulares que estén interesadas en contribuir a financiar el proyecto. En Estados Unidos hay una separación completa entre Iglesia y Estado, entonces no pueden obtener fondos del Estado. El comité para obtener fondos es un conjunto de voluntarios. Tenemos muy en cuenta a la hora de aceptar donativos es la integridad de las personas.
¿La Fundación Hearst es la que más dinero ha aportado?
Sí, en total cuatro millones de dólares. Y ahora mismo nos faltaría para terminar el proyecto un millón y medio de dólares para montar las piedras en toda la estructura que ya está hecha. Y luego habría que hacer el claustro y la biblioteca.
Desde el punto de vista artístico, ¿cuál es la parte más notable del monasterio?
La mayoría de las salas capitulares son del románico, hay muy pocas góticas, y menos una puerta de tres arcos como la de Óvila. En España hay dos monasterios especialmente bellos: el de Santa María de Huerta y la Sala Capitular del monasterio de Óvila, es el único edifico gótico cisterciense de Estados Unidos. El monasterio de Sacramenia también se lo llevaron de España y lo han reconstruido en Miami.
¿Qué papel ha desempeñado el arquitecto español José Miguel Merino de Cáceres en el proyecto?
Físicamente, ha estado mirando todas las piedras y sobre todo ha hecho todos los planos y dibujos a escala para luego poder realizar el proyecto. Nosotros tenemos un arquitecto en América para poder hacer el edifico y luego para cualquier consulta Merino de Cáceres, que ha estado allí muchas veces para revisar el proyecto y comprobarlo in situ.
El doctor Merino de Cáceres, en el acto de primera piedra el año pasado, recordó la historia del monasterio. Como California una vez fue parte de España, concluyó su intervención comentando que “las piedras pertenecen a esta tierra. Ahora están en casa”. ¿Usted está de acuerdo?
Sí, totalmente de acuerdo. Cuando se abra la Sala Capitular, habrá una gran ceremonia de apertura e irán monjes desde España hasta allí.
Desde la mentalidad norteamericana, ¿entiende que un país como España se pudiera deshacer de joyas de su patrimonio como Óvila?
Son circunstancias de la época. La Sala Capitular fue hecha por Alfonso VIII y la reina Leonor, que fue la que trajo el gótico a España. Es posible que los mismos canteros trabajaran en las Huelgas, en Óvila y en Santa María de Huerta.
¿Qué opinión tiene de la figura de William Randolph Hearst?
[Hace un gesto con el dedo para cerrar la boca] En estos momentos la Fundación Hearst está ayudando al monasterio y prefiero hablar de esto y no del pasado. Estamos muy satisfechos y encantados con la colaboración de esta fundación. Hearst se trajo el monasterio en un momento en que era normal que muchos americanos se trajeran cosas no sólo de España, sino también de Francia y Escocia.
Merino de Cáceres ha llamado “el saqueador” a Arthur Byne, el comerciante que vendió Óvila a Hearst. ¿Está de acuerdo?
Eso lo ha dicho Merino de Cáceres a título personal, no representa la opinión del comité que se encarga de reconstruir Óvila.
¿Qué desea encontrar en Óvila en esta visita?
Queremos ver de donde ha venido todo y entender, estando allí, nuestras raíces cistercienses. Para nosotros Óvila es un lugar sagrado, ir allí es como una peregrinación. Yo ya he estado otras tres veces, la primera fue en 1985.
¿Habló entonces con el actual dueño del terreno donde estuvo el monasterio y con descendientes de los monjes de Óvila en Guadalajara?
Sí, estuvimos hablando con él, con un señor de Trillo y con una joven cuya familia era de Trillo y tenía muchas fotos de cuando hicieron el expolio, pero nada más. Conozco otros monasterios en Guadalajara, como el de Monsalud, y la catedral de Sigüenza. Me gustaría conocer el monasterio de Bonaval.