Artículos en Nueva Alcarria

19 septiembre 2006

REPORTAJE

Cementerio nuclear, no pero sí

El Gobierno central quiere decidir la ubicación del almacén de residuos radiactivos este año. Ningún pueblo ha presentado una candidatura oficial, pero las compensaciones económicas atraen a más de un alcalde. La Junta de Castilla-La Mancha rechaza la instalación en su territorio, pero los pueblos nucleares de Guadalajara han pedido información al Ministerio de Industria a través de la asociación que los agrupa.
El próximo 27 de septiembre finaliza el plazo impuesto por el Ministerio de Industria para la presentación de candidaturas para albergar el almacén temporal centralizado (ATC). Se trata de una instalación que Enresa, la empresa encargada de gestionar los residuos radiactivos, califica como una “nave industrial” que no acarreará peligro alguno para la población. Los grupos ecologistas y algunos ayuntamientos a través de sus plenos rechazan la construcción. También la Junta de Castilla-La Mancha, que se ha mostrado tajante asegurando que nuestra región ya ha contribuido suficientemente al desarrollo de la energía atómica en España. El Gobierno central quiere tomar una decisión sobre el emplazamiento antes de final de año. En 2011 tendría que estar funcionando el almacén. Los ayuntamientos de las áreas cercanas a las centrales nucleares, incluidos Trillo y Zorita, ya han pedido información. Si les interesa, tienen apenas quince días para formalizar su petición.
Nueva Alcarria, 16.09.06
Raúl Conde

Desde el principio del proceso, el nombre de Guadalajara suena en todas las quinielas. Quizá por algo llaman a esta tierra “la pila de España”. La provincia, con dos centrales nucleares en su territorio hasta el cierre de Zorita, ha liderado la lista de candidatos a ubicar el almacén de residuos radiactivos. Esta instalación, que debe entrar en servicio a lo largo del 2010, es un compromiso del Gobierno para poder enterrar los desechos nucleares que España tiene ahora en Francia. Así que no hay lugar a dudas: el almacén se debe construir y antes, lógicamente, se debe decidir dónde. El trámite parece sencillo pero toca la fibra sensible del desarrollo rural.

La empresa encargada de gestionar los residuos nucleares en nuestro país, Enresa, es la encargada de materializar los planes del Gobierno sobre el que ya se conoce en la presa como cementerio nuclear. Algunas de las primeras declaraciones de su presidente, José Alejandro Pina, sobre este asunto fueron en Guadalajara y sobre Guadalajara. Fueron hace casi un año y entonces fue tajante: “ningún ayuntamiento de Guadalajara se ha ofrecido para instalar el almacén de residuos nucleares”. Después ha estado de visita por la capital alcarreña y ha seguido insistiendo en esta idea, pero con matices: “el lugar idóneo” –dijo- sería en una de las siete centrales nucleares, hoy seis. Y en esas están.

Nave industrial

Técnicamente, la ubicación del almacén nuclear sólo requiere un tipo de terreno no escarpado, más bien llano, y sobre todo que goce de buenas comunicaciones e infraestructuras. Los defensores del ATC argumentan que se trata sólo de un almacén industrial donde guardar los residuos que generan las centrales nucleares españolas. Los contrarios, destacan el peligro que puede crear comparándolo con el de una central atómica.

Entretanto, hay pueblos, o alcaldes, que se pirran por atraer el almacén y otros que han mostrado ya su absoluta disconformidad. Entre los primeros está el municipio zamorano de Peque, cuyo alcalde se ha enfrentado prácticamente a todas las fuerzas vivas del pueblo haciendo hincapié en la falta de recursos económicos. Entre los que no quieren ni verlo se sitúan los municipios de Guadalajara que han rechazado la idea en Pleno. La Mierla fue el primero pero luego han venido más. Las mociones presentadas en estos plenos son vinculantes, pero a medias. El proceso para elegir la ubicación del almacén nuclear exige consenso institucional, pero en el caso de Castilla-La Mancha la oposición más rotunda ha venido por parte del Gobierno regional: “nucleares, no gracias”, dijo Barreda el pasado abril coincidiendo con el cierre de la central nuclear de Zorita (Nueva Alcarria, 25.04.06).

El consejero de Industria, José Manuel Díaz-Salazar, ha ido más lejos este lunes y ha advertido al Gobierno central que Castilla-La Mancha recurrirá a los tribunales si se decide instalar el cementerio nuclear en el territorio de su comunidad. “Nuestra región ya ha demostrado durante muchos años su solidaridad nuclear con el conjunto del país”, ha dicho.

No es la primera vez que un dirigente de la Junta de Comunidades expone públicamente y sin ambages el rechazo de esta región a albergar el almacén nuclear. Y las manifestaciones en política, como se sabe, no suelen ser gratuitas ni casuales. El diario “El Digital Castilla-La Mancha” lo resume así: “Alguna posibilidad pudiera estar planteándose para que Castilla-La Mancha albergue el cementerio nuclear previsto en España cuando el Gobierno de José María Barreda insiste, una y otra vez, en rechazar de forma tajante el proyecto y en reiterar la oposición frontal al mismo, no sólo por parte de la Junta sino de otras instituciones públicas y entidades sociales de la región” (12.09.06).

El presidente de Enresa, sin embargo, quita hierro al asunto y observa pocos inconvenientes: el almacén será “una nave industrial en la cual llegarían los camiones con el combustible metido en los contenedores, como los que hay en Trillo, parecidos. Hay dos alternativas para colocarlos: o en bóvedas, o como hacen en Estados Unidos, los clavas en el suelo en una plataforma de hormigón. La radiactividad será cero”. Según datos que proporciona Enresa, para el emplazamiento del ATC y su centro tecnológico asociado será necesaria un área mínima de aproximadamente 25 hectáreas “comprometida, en principio, para un periodo de 60 años”. El periodista Antonio Cerrillo, especializado en medio ambiente, escribe que “el almacén guardaría todo el uranio gastado, pero Greenpeace ve inseguro el transporte y su manejo posterior” (La Vanguardia, 26.08.06).

La decisión, este año

El proceso para elegir la ubicación definitiva del cementerio nuclear va a entrar en la segunda quincena de septiembre en su fase final. Será entonces cuando los ayuntamientos que lo deseen presenten oficialmente sus candidaturas. La decisión última recaerá sobre la mesa del Consejo de Ministros pero la propuesta corresponde a una comisión interministerial, que definirá los criterios básicos que debe cumplir un emplazamiento para poder albergar la instalación del ATC y facilitará información necesaria a todas las corporaciones municipales.

El pasado 23 de junio, el Consejo de Ministros aprobó el VI Plan General de Residuos Radiactivos, en el que según nota informativa del Ministerio de Industria, “se destaca la prioridad de la construcción de un almacén temporal centralizado”. La convocatoria pública para que los municipios que lo deseen puedan optar, “con carácter voluntario”, ya se ha hecho oficial. El ayuntamiento o entidad que quiera información puede llamar al ministerio (901304530) o consultar la página web creada al efecto: www.emplazamientoatc.es. El Gobierno quiere tomar la decisión en lo que queda de este año para empezar la primera fase de construcción en 2007, tal como ha confirmado recientemente Antonio Fernández Segura, secretario general de la Energía. “El procedimiento –declaró- establece la elección del lugar más idóneo técnicamente hablando y «donde quieran las instituciones del municipio y de la región y donde la población también lo acepte». Para el año 2011, el almacén tiene que estar funcionando con normalidad.

12 millones

A priori, puede parecer extraño que un pueblo se muestre interesado en acoger una instalación que recogerá todos los desechos nucleares de las centrales y de sus desmantelamientos. Puede parecer extraño hasta que uno conoce las compensaciones económicas que marca la ley. En total, casi 12 millones de euros anuales, además de los 700 millones de euros para la construcción de la plataforma logística que incluye. Se estima que entre 300 y 400 trabajadores trabajarán en las obras.

Desde que se empezó a hablar del ATC, Guadalajara aparece como un destino idóneo para ubicarlo, fundamentalmente, por albergar dos centrales nucleares en su territorio. En los últimos meses se ha especulado con el interés o el ofrecimiento de los pueblos cercanos a Trillo y Zorita para instalar el almacén nuclear. Los ayuntamientos lo niegan tajantemente. La empresa de residuos, Enresa, también. Sin embargo, la semana pasada los 69 ayuntamientos que integran la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), cuyo presidente es el alcalde de Almonacid, Gabriel Ángel Ruiz, decidieron solicitar información al Ministerio de Industria sobre las condiciones para acoger en su término municipal el almacén nuclear. En agosto, fuentes del ministerio informaron que ya se han recibido “decenas de peticiones”.

Candidatos

Los rumores sobre los pueblos candidatos priman sobre la información transparente. Los grupos ecologistas están convencidos de que la comisión interministerial responsable del ATC intenta camuflar los contactos con Enresa. “El Periódico de Cataluña” asegura en un reportaje que “ninguno de los municipios que han solicitado información ha presentado una candidatura firme” (27.08.06). Por el contrario, “El Digital Castilla-La Mancha” publicaba rotundo: “Almonacid de Zorita, candidata a albergar un almacén nuclear” (18.07.06).

Lo que es seguro es la sensibilidad de los ciudadanos ante todo lo que suene a energía nuclear. En Guadalajara se vivió hace escasos meses con el cierre programado de la central nuclear “José Cabrera”, que reabrió la vieja discusión entre partidarios y detractores de la energía atómica, y en Zamora con las protestas generadas a raíz de que el alcalde del pequeño pueblo de Peque de Carballeda manifestara su voluntad de albergar el almacén temporal centralizado. En cualquier caso, el próximo 27 de septiembre, fecha en la que finaliza la presentación de candidaturas para acoger esta infraestructura, sabremos entre qué localidades se decidirá la ubicación final. En juego, los desechos nucleares del país y la módica cantidad de 12 millones de euros anuales al pueblo que quiera cargar con ellos.

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DETALLE

Almacén contra cementerio nuclear

Elegir el emplazamiento para construir el almacén de residuos radiactivos no es una tarea fácil. El proceso que aplica Enresa exige un terreno muy estable, fácil de proteger y lo más aislado posible. O sea, la meseta española. Y ahí Guadalajara parece que ha comprado casi todas las papeletas para que le toque. El periodista Fernando González Urbaneja escribe que “una operación de esta naturaleza requiere despliegue de pedagogía científica y política, no se trata ni de un disparate ni de un riesgo extraordinario, y necesita poner disco rojo a la demagogia. (…) El buen fin del proyecto va a requerir coraje, determinación y la capacidad de persuadir. Convencer y compensar” (ABC, 30.08.06).

La nomenclatura del proyecto también ha generado polémica. No suena igual hablar de “almacén nuclear” que de “cementerio nuclear”, cuando en realidad ambos conceptos se refieren a lo mismo. En realidad no existe dilema: el ATc, como cualquier otra instalación nuclear, genera un rechazo absoluto sólo paliado por las compensaciones económicas que el Gobierno tiene previstas en la ley. “Esto no lo va a aceptar nadie”, publicaba “El País” hace escasos días con relación al rechazo que ha generado este depósito nuclear en Vandellós, municipio de Tarragona que, como Trillo en Guadalajara, cobija una central nuclear. En un editorial, “El Periódico de Cataluña” matiza que “los habitantes del lugar han de aceptarlo [el ATC] y no ha de constituir motivo de división social o de disputa política. Quizá por este motivo entienden los técnicos que lo ideal es construirlo en terrenos próximos a una central nuclear, en un municipio donde la convivencia de la población con el átomo venga de lejos” (27.08.06). La pregunta es: ¿alguien se imagina a los habitantes de Trillo, de Yebra o de Almonacid de Zorita saliendo a la calle para reivindicar su posición a favor o en contra del almacén temporal centralizado?