«La educación es el principal problema de España»
¿La Educación es el principal problema del país?
Bueno, tiene muchos, aunque la Educación, una vez salvada la alimentación y la salud, es el problema más importante que puede tener un país. Desde hace ya mucho tiempo que cambian los planes y las leyes y con eso no se arregla gran cosa. Cambiar los planes constantemente a mí no me parece efectivo.
¿El sistema falla desde arriba o el problema está sólo en las aulas?
Siempre se falla más por abajo, porque si no, no se puede llegar a arriba. Está demostrado científicamente que el año más decisivo de un niño es el primer año. A partir de ahí es decisivo, pero todo es importante. También el ambiente familiar o la escuela a la que vayas.
Usted es hija y nieta de maestras. ¿Por qué hay tantas bajas por depresión ahora?
Es un trabajo muy especial, hacen falta grandes dosis de vocación, que le interesen los niños. Es un trabajo duro. Luego hace falta atención individual, es delicado y agotador porque los niños cansan mucho. Si los maestros no están bien apoyados, y no se le ayuda, es duro. Pero aún teniendo claro lo que tienes que hacer es duro.
¿Es más duro el trabajo de profesor ahora que cuando usted empezó?
No se puede generalizar, pero yo creo que problemas ha habido siempre, lo que pasa es que ahora se preocupan más. Hay que ver antes lo que era una escuela rural metida allá… Cada vez se quieren hacer más cosas, y yo creo que lo más importante de todo es tener claro qué se quiere hacer con un niño, qué sistema seguir y no estar dando palos de ciego. Los niños pueden ser una fuente de preocupaciones pero también de alegría.
“En España todavía hay un fondo retrógrado en la educación”. Lo dijo usted hace un tiempo en otra entrevista. ¿Sigue pensándolo?
Pues claro, lo tiene que haber a la fuerza. Hay muchos colegios que no han cambiado de educación ni de ideología, así como otros a lo mejor se han pasado de modernos. Hay que tener la cabeza en su sitio. Lo primero es que el niño sea feliz y a cada edad ir dándole lo que pueda digerir.
¿La escuela pública española es deficiente?
No lo es en cuanto al dinero que se dedica a ella. Al que tienen que ayudar, estimular y formar bien es al profesorado.
Instruir y educar no es lo mismo. ¿Los profesores instruyen o educan a los niños?
Siempre se confunden los dos términos. Enseñar y educar son cosas complementarias pero diferentes. Los profesores tienen que educar a la fuerza pero la educación empieza desde que el niño nace.
¿Cómo se le ocurrió la idea de abrir una escuela propia?
Yo tenía entonces una hija que tenía 4 o 5 años, y a mis amigos les pasaba lo mismo, no encontrábamos un sitio para llevarlos. Hubo tendencia durante el franquismo de llevar a los niños al británico, es una opción como otra cualquiera pero tampoco se pueden educar como si fueran ingleses o franceses. La escuela se abrió en 1959. Y yo ahora, pues sigo en la brecha, soy antijubilaciones anticipadas. Las neuronas piden que estemos activos.
¿Qué le motiva para escribir?
Haber leído mucho. No conozco a nadie que no haya leído y sea escritor. Cuando conocí a mi marido [Ignacio Aldecoa] ya teníamos los dos pasión por la literatura.
Usted se educó en la época de la II República. ¿Aquellos valores podrían trasladarse a la España de hoy?
Por qué no. Los cinco años de la República fueron muy brillantes, se crearon las misiones pedagógicas, hicieron una cantidad de cosas muy buenas. Se hizo mucho pero la situación política tan compleja trastornó mucho la evolución de España.
¿Cómo está la mujer ahora mismo en España?
El cambio ha sido muy grande. Tan importante que yo cuando puse este colegio, en aquel momento, aunque yo he creído siempre en la igualdad de la educación para niños y niñas, estaba mal visto que las niñas sacasen mejores notas que los niños. Luego a partir de los 70 empecé a ver en las clases que las niñas eran mejores que los niños, en seguida llegué a la conclusión de que esas madres trabajaban y eran otra generación. Se notaba el cambio de educación.
¿Se siente progresista?
Sí, por supuesto, toda la vida lo he sido. Entendiendo progreso por ser amante de la libertad de expresión, de la cultura y de todo. Por supuesto, pertenezco a una familia en la que mi madre y mi abuela eran maestras de la República.
¿Escribir le satisface más que ser maestra?
Según como se mire. Son dos cosas distintas. Uno es un trabajo solitario y el otro tiene otras ventajas, y es que estás en contacto con el mundo real. Son trabajos complementarios. No puedo quedarme todo el tiempo en casa.
El año pasado volvió a reeditarse “La Casa Gris”, una novela que escribió en los años 50 para reflejar los contrastes entre España y Europa en aquellos momentos. ¿Por qué la ha publicado ahora?
Fue mi primera novela. La mandé al premio Nadal hace 50 años pero se lo dieron a una señora que resultó ser un plagio. Luego guardé el manuscrito y mi hija, tantos años después, lo descubrió y el año pasado lo publicó la editora.
¿Por qué ha dicho varias veces que “Porque éramos jóvenes” es su mejor libro?
Es la que más quiero y quizá la que menos se ha difundido.
¿Es cierto que José Luis Rodríguez Zapatero le ofreció ir de número 2 en la candidatura del PSOE en Madrid en las últimas elecciones?
Sí, es cierto, pero no quise aceptar por el trabajo que tengo. La política me gusta como ciudadana pero me horroriza. Cada vez que pasa algo ahora digo: ¡si yo hubiera aceptado eso!