«El desarrollo industrial de La Alcarria es una barbaridad»
¿Por qué es necesario perpetuar el legado de su padre?
Primero desde el punto de vista de la memoria histórica, para saber de donde somos y de donde venimos. Félix Rodríguez de la Fuente encarnó un verdadero cambio de conciencia, a través de él se ve como en un periodo se mudan una serie de conceptos y se empieza a tener en cuenta la naturaleza, a legislar. Y luego además porque su mensaje considero que es totalmente atemporal, nuestra supervivencia está en juego y su mensaje cada vez es más necesario. Se está viendo que el desarrollo, la modernidad y el crecimiento demográfico están enfrentados a la naturaleza. Y esto cada vez va a ir a más. El mejor modo de rescatar el mensaje de mi padre, que fue muy efectivo, es actualizarlo con cosas de ahora para danos fuerza y es una fuente inagotable de inspiración.
¿En el éxito de Félix Rodríguez de la Fuente influyeron en mayor medida sus conocimientos de la naturaleza o sus dotes de comunicador?
Creo que las dos cosas. Hay que añadir que tenía una memora prodigiosa, no se preparaba guiones, cuando escribía para la enciclopedia de la fauna dictaba sobre la marcha. Tenía la capacidad de juntar todos los conocimientos científicos, que él aprendió de su cultura, con sus experiencias. De la manera en que comunicaba, esto lo hacía posible. Si lo hubiera hecho de una forma más aséptica, le pasaría lo que a muchos comunicadores, que no llegan. Él nunca separaba al ser humano de la naturaleza, siempre lo integraba.
¿Está satisfecha con el recuerdo que se hizo el año pasado con motivo de los 25 años de la desaparición de su padre?
Sí, estoy satisfecha. Hemos tenido un seguimiento impresionante por parte de los medios de comunicación. La exposición ha tenido la presencia institucional más importante de este país, los Reyes de España, además de la ministra de Medio Ambiente, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ha sido un apoyo muy importante y sobre todo, por parte del público en general, que era lo que más fuerza le daba a mi padre, el cariño que le tenía la gente de a pie.
¿La muestra se va a trasladar a todas las capitales de provincia?
Al menos esa es la intención. Después de Madrid, vamos a Bilbao, después a Valencia y Burgos y que sea itinerante al año que viene. Y también a Guadalajara.
¿Por qué y cómo descubre su padre Guadalajara?
Un poco por la afición a la cetrería. Se metió en el mundo de la divulgación a través de los halcones. Cuando estaba en Madrid estudiando en la universidad, lo compaginaba trabajando a media jornada en una consulta y su otra media jornada lo reservaba para su vocación de la cetrería. Buscaba sitios alrededor de Madrid donde poder practicar esta afición y para los que sepan un poco de halcones, el mejor escenario son escenarios llanos, con no demasiada arboleda donde el halcón pueda volar bien. Y La Alcarria, además de ser una maravilla, yo estoy enamorada de esta tierra, es una altiplanicie que cumple estas condiciones.
¿Qué le contaba su padre de estas tierras?
Yo entonces tenía siete años, así que no tengo una memoria de lo que me contaba, más de que de sensaciones, de recuerdos. Yo vivo en un bosque, en una pequeña finca entre Torija y Brihuega que compraron mis padres, y bueno, algo me transmitiría para que yo esté tan encandilada de esta tierra.
¿Su padre conocía toda la provincia o se centró en esta zona de la sierra?
Conocía Guadalajara muy a fondo, estuvo en muchas zonas aunque por circunstancias profesionales se centró en La Alcarria. Íbamos todos los fines de semana.
¿Sentía afecto por Guadalajara o la consideraba un escenario más de rodaje?
Tenía muchísimo afecto por Guadalajara, él en los programas de radio decía habitualmente que se había comprado un pequeño terreno en Guadalajara porque le recordaba mucho a los paisajes de su infancia, que eran esas parameras inmensas de Burgos. Eran paisajes llanos con los que se identificaba mucho más que con los montañosos o muy verdes.
¿Cuál es el aspecto más interesante o atractivo del campo de Guadalajara?
Aunque me he pasado casi toda mi vida fuera, conozco bastante bien el campo de Guadalajara. Toda la zona del Ocejón, de la arquitectura negra, me conozco perfectamente el Alto Tajo y voy tratando de descubrir más zonas. Guadalajara es un sitio que poca gente conoce, y a mí eso me encanta. Me parece bien que se promocione el turismo rural, pero que sea sostenible, que no sea de masas. Y en ese sentido le tengo que dar un pequeño toque a Guadalajara porque yo que me he criado en La Alcarria, donde vivo, y que lo he visto como permaneció hasta hace poquísimo tiempo, como lo reflejó Camilo José Cela, ahora ha cambiado. Hasta hace pocos años, de la mano fundamentalmente del alcalde de Torija y de una serie de pactos políticos, empezamos con que si el AVE se hizo donde no se tenía que hacer, no se aprovechó el corredor de la autovía, que se ha llevado por delante zonas de bosque de quejigo y de encina. Y luego se ha hecho un basurero y ha habido un desarrollo industrial de toda la zona, y a mí me parece muy bien, pero que esta gente sepa que el futuro de España es el turismo y el desarrollo rural. La industria es pan para hoy y hambre para mañana. Tener un basurero en pleno viaje a la Alcarria de Camilo José Cela, y tener AVE que hace un sándwich de toda la zona, y teniendo maravillas como aquellos pueblos, tendría que haber un desarrollo de los verdaderos valores que hemos heredado de nuestros antepasados. No llegar ahora y en pocos años destrozar el futuro. ¿Qué vamos a dejar a nuestros descendientes? Hay que tener cuidado con el dinero fácil y rápido que muchas se llevan cuatro. Se prometen puestos de trabajo pero luego a la hora de la verdad se ve que no son tantos como se había prometido.
¿El desarrollo industrial que está llegando a esta zona fruto de la expansión del Corredor es perjudicial?
Creo que sí. Lo que ha ocurrido en Torija se está contagiando a toda la zona. En Torija hay un alcalde, que yo no tengo nada contra él, pobrecito, que tiene una visión de desarrollo y de dinero. Se han recalificado terrenos agrícolas para usos industriales, pero sin cuidado. En el alto de Brihuega se vuelan todos los plásticos y da un aspecto terrible. Hay una serie de personas que se enriquecen mucho con estos temas, pero las personas de los pueblos tienen que tener voto. El corredor del Henares está ahí, y ahí es donde hay que poner todo. Pero mí me parece que de repente poner un basurero en una zona rica en belleza natural, que se había prometido que no iba a oler, y que huele, es un error garrafal. En los pueblos de alrededor, como Caspueñas o la zona del Tajuña, hay una contaminación clara.
Dice que hay personas que se enriquecen, pero los proyectos de los que habla son públicos. ¿De quién es la responsabilidad?
Un poco de todos. Esto que le voy a decir es políticamente incorrecto, pero cuando el AVE no se hace pegado a la nacional II, hay una serie de planteamientos de la Unión Europea que dicen que hay que utilizar los corredores de impacto ambiental al máximo. Cuando se hace el AVE, que es un corte clarísimo, hay que aprovechar que la nacional ya estaba hecha. Eso no se hace en gran medida porque hay una recalificación de terrenos para hacer un desarrollo industrial. Si el AVE pasara por ahí, se come esos terrenos. Entonces ¿qué ocurre? Que podían haber conseguido que se llevaran el basurero. Pero no ha sucedido esto porque ha habido pactos políticos, componendas. Lo que se ha hecho en Torija en los últimos ocho años es una barbaridad.
¿Usted cree que la gente no está de acuerdo con estas infraestructuras?
Muchas veces la gente en los pueblos es mayor, tampoco a veces se puede poner a luchar, pero sé que la gente está muy decepcionada con el basurero porque se habían dicho una serie de cosas que no se han cumplido. Y porque sigue oliendo.
¿Y qué hacemos entonces, dejamos a los pueblos morir por inanición o tratamos de compaginar el desarrollo con el entorno?
La solución de futuro pasa por el agricultor de toda la vida, el pequeño agricultor, las cosas como se hacían antaño, por la especialización, por los productos de calidad, más caro en el mercado pero de calidad. Ahora hay muchos a los que les cuesta verlo. Pero meternos en un desarrollo industrial es un callejón sin salida.