El pisito
En el teatro Marquina de Madrid se está representando una de las obras que traen esa bocanada de aire fresco que siempre surge en esta ciudad cuando el otoño se instala entre nosotros. Pedro Olea ha adaptado «El pisito», la película que a finales de los años cincuenta dirigó Marco Ferreri con un guión sobresaliente y punzante, como todos los suyos, del añorado Rafael Azcona.
La versión de «El pisito» está basado en un cuarto guión de Azcona. El primero apareció en forma de libro, pero bajo el yugo de la censura. El segundo lleva la impronta del propio Ferreri. El tercero fue retocado por Azcona, que aprovechó para poner cosas que la censura no le dejó en su momento. Y ahora llega el montaje de Olea, quien asegura no haber cambiado nada porque todo lo que se cuenta sigue de actualidad. «Es un sainete negro bastante esperpéntico, que al tiempo que es muy divertido es realmente tremendo… e incluso perfectamente vigente por el problema que hoy hay con los pisos», dijo a El País.
La obra cuenta los problemas que tienen Rodolfo y Petrita, que llevan 14 años de noviazgo, para poder casarse. El motivo: que no pueden comprar un piso. Ante una situación tan desesperante, Petrita convence a Rodolfo para que se case con una anciana, doña Martina, y así poder heredar -supuestamente a los pocos años- el piso de su propiedad. La historia es una tragicomedia que narra, en el escenario de una España pacata y humilde, las miserias de una pareja cualquiera de un barrio cualquiera para poder salir adelante, emanciparse y contraer matrimonio. Es inverosímil pensar que hoy en nuestro país una pareja esté 14 años de novios sin irse a vivir juntos, aunque no sea en matrimonio. Pero sí es muy actual el problema de la vivienda porque seguimos igual, o peor, que hace cuatro décadas.
Recomiendo muy vivamente ir a ver esta obra. Como en todas las letras de Azcona, se mezcla la realidad y la ironía, la tragedia y el esperpento cotidiano de un país poco acostumbrado a hacer leña de su propio árbol. Y los actores están formidables: Pepe Viyuela es Rodolfo, Teté Delgado es Petrita y Asunción Balaguer, la gran Asunción Balaguer, interpreta el papel de doña Martina. El guión incita a la sonrisa y al humor, pero tiene un punto de acidez que acaba dejando un regusto amargo sobre la realidad que, aún hoy, seguimos viviendo.