Un apunte de Córdoba
Córdoba es la ciudad más andaluza de Andalucía. Mezcla colores, sentidos, orígenes. Tiene una impronta árabe impactante, una huella cristiana que avasalla y una judería por la que perderse. Pero no todo el mundo cree en la convivencia de culturas.
En el diario Córdoba (¡Qué bien hace la prensa regional el Grupo Zeta!) leo que la Mezquita abrirá también por las noches. Excelente noticia. En la mezquita también hay otras cosas que me llamaron la atención. Primero: la insistencia, en los rótulos oficiales y en todas partes, en denominar Mezquita-Catedral a un edificio que fue concebido para orar a Alá, no a nuestro Dios apostólico. Después, en el folleto que reparten gratuitamente a la entrada, se dice que bajo esta catedral subyace «un lecho de catedrales ocultas», que los orígenes del templo son visigodos y que los musulmanes expoliaron y derribaron la basílica de San Vicente para edificar sobre ella la posterior Mezquita, «cuestionando el tópico de la tolerancia que supuestamente se cultivaba en la Córdoba del momento» (textual).
Y por último me extrañó que, en el mismo folleto, aparezca este párrafo:
«El término catedral deriva de la «cátedra» del Obispo, desde la cual ejerce como pastor de todo su pueblo. Por eso una catedral es imagen expresa de la Iglesia de Cristo que predica, canta y adora en toda la extensión de la tierra. De ahí que el valor y la belleza de la Catedral de Córdoba no resida en la grandiosidad de su arquitectura, sino en la sucesión apostólica del Obispo».
Esta es la presentación que se encuentran los visitantes de Córdoba cuando entran en la Mezquita. El valor y la belleza de la Mezquita, a la que los autores del texto sólo llaman Catedral, «no reside en la grandiosidad de su arquitectura, sino en la sucesión apostólica del Obispo». Me impactó la frase, a estas alturas del siglo. A pesar del calor, tuve que frotarme los ojos para comprobar que no era un chiste, sino una jaimitada de mal gusto. Pero es la única explicación gratuita que recibe el visitante cuando accede a esta joya de la arquitectura religiosa. ¿Pero es que ni el Ayuntamiento ni la Junta ni aquellos que gesitonan el turismo en Córdoba pueden redactar unos trípticos con una mínima seriedad historiográfica y profesional?
El folleto en cuestión, por cierto, está financiado por CajaSur, entidad vinculada a la Iglesia cuyo presidente es sacerdote de la diócesis de Córdoba y cuyo ex presidente, Miguel Castillejo, también sacerdote, fue relevado del cargo tras perder el apoyo del Gobierno central, la Junta de Andalucía y del que entonces era obispo de Córdoba. ¿Saben quién era? Los de Guadalajara seguro que sí: se apellida Asenjo Pelegrina y se llama Juan José. Un señor muy humilde y tolerante.
Pido a Dios que me conserve siempre las neuronas suficientes, ni que sean las pocas que tengo, para huir de la intransigencia, la manipulación y el fundamentalismo. Da igual del credo que sea.