San Esteban de Gormaz
El nombre de San Esteban de Gormaz suena a rectitud, a sobriedad, a brillante solera elaborada con el constante fluir de sus nobles ciudadanos. San Esteban de Gormaz une, en estos históricos páramos sombríos y plateados de Soria, tradición y futuro como dos vínculos indefectibles que vertebran el crecimiento de una ciudad con un pasado esplendoroso y un porvenir esperanzador.
San Esteban de Gormaz tiene todos los elementos ideales para fijar los rasgos usuales que definen las añejas villas castellanas. Junto al río Duero -pasear por su gran puente sigue siendo un ejercicio recomendable- San Esteban se yergue hoy con sus casonas solariegas de la calle Mayor, que comparten trazado urbano con los modernos edificios, y con su estupenda Alameda que, junto a la Rambla, son dos centros neurálgicos de una localidad marcada por pasado.
Apartadas de la villa, las ruinas del antiguo castillo es todo cuanto queda de la extraordinaria fortaleza que algún día dominó la población.