Castilla

2 marzo 2006

OPINIÓN

Aprender de Aragón

Guadalajara Dos Mil
Raúl Conde

Aragón tiene un gobierno que ha impulsado una campaña publicitaria bajo el lema “fuerza interior”. El problema de fondo son los desequilibrios territoriales entre las regiones españolas y la necesidad de abanderar un desarrollo más justo para las zonas del interior peninsular. La Unión Europea, a través de los fondos de cohesión, ha intentado paliar este cáncer, pero no ha podido. Los pueblos de la meseta se mueren. Las comodidades sirven de poco si el censo continúa adelgazando. El diputado de Turismo en Guadalajara me decía el otro día que, tristemente, esto ya es una cuestión de supervivencia.

El Plan Hidrológico Nacional se ha convertido en un acicate de conciencias, sobre todo en una tierra tocada de muerte después del éxodo rural de los sesenta. Al cabo de tantas décadas, el Gobierno aragonés pensó una idea para reivindicar el papel de sus hijos que viven y trabajan fuera de la región. Sus responsables decidieron crear una jefatura de Comunidades Aragonesas en el Exterior. El Parlamento regional aprobó una ley que contempla la situación jurídica de los aragoneses emigrados y convocó para octubre, justo después del Pilar, el I Congreso de Comunidades Aragonesas en el Exterior. El éxito estaba cantado. El Congreso tuvo dos vertientes en el debate de ponencias. Por un lado, la jurídica, cuyo ponente fue el Justicia de Aragón (Defensor del Pueblo) y otra, la socio geográfica, dirigida por Antonio Embid, catedrático de la Universidad zaragozana. Los funcionarios de Pignatelli (sede de la DGA) pusieron el resto. Hasta regalaron vino de Cariñena y jamón de Teruel, ¡figúrense! La organización del Congreso fue, sencillamente, perfecta. Los comunicantes resaltaron la oportunidad de integrar a la juventud en las tareas de dirección de las casas y, sobre todo, en encontrar incentivos para que la tradición no se pierda en la noche de la historia. Los cimientos ya están puestos. El Congreso se celebrará cada cuatro años. La juventud se reunirá anualmente. Todo gracias al Ejecutivo regional y a la Federación de Casas y Centros de Aragón en España, que han quedado entusiasmados por el excelente ambiente creado entre los delegados que asistieron en representación de los cientos de chavales que trabajan por Aragón lejos del Ebro. Fue hermoso observar el relieve otorgado al evento por parte de las instituciones, con recepción incluida en el Palacio de la Aljafería y en los ayuntamientos de Huesca, Teruel y Zaragoza. El programa de actos fue extenso y variadísimo: visita al castillo de Loarre y a las tres capitales de provincia, ofrenda a la Virgen del Pilar, maravilloso concierto en el Auditorio y descubrimiento de Albarracín, uno de los pueblos más bellos de España, equiparable en historia y arte a nuestra Molina de Aragón, aunque con más hoteles rurales.

Las autoridades de Castilla-La Mancha deberían aprender de sus compañeros baturros, en cuanto al cuidado de las gentes que un día partieron con una mano delante y otra detrás, pero que no olvidaron jamás los orígenes. Mientras la tierra de Goya agasaja a sus hijos en la distancia, aquí la Casa de Guadalajara en Madrid suspira por pagar la luz. El agravio es manifiesto. La sensibilidad de una sociedad y otra, también. Felicidades a Aragón por alcanzar un sueño tan preciado. Felicidades a los aragoneses por amar tanto su cultura.