Bandoleros de blog y foro
SI usted no tiene su propio blog, ni es moderno, ni está en la onda, ni nada de nada. A ver, parece que al fondo un señor levanta la mano:
-Pues yo soy todo eso, porque tengo un bloc magnífico, clásico, que compré en Muñagorri.
Ese bloc suyo no vale un pimiento. Acaba en ce: bloc. El hiperguay, el megamogollón, termina en ge: blog. Todo el mundo tiene su blog. Si no tienes tu blog, no eres nadie. ¿Qué significa blog? Bitácora, creo. Se cuelga en internet. Un blog es lo menos que se despacha en web. Un señor lo coloca para poner lo que se le ocurre, y para que, a su vez, los que lo lean añadan sus comentarios a calzón quitado.
-Vamos, como las paredes de los retretes antiguos de la estación de Utrera, pero en internet…
Más o menos. Pero las pintarraqueadas paredes de los excusados de la estación de Utrera eran un manual de respeto y cortesía al lado de los blogs. Según contó Salvador de Quinta, en aquellas ferroviarias letrinas alguien puso: «En este mismo rincón/y en este mismo retrete,/le di por culo a un factor,/al que pica los billetes/y hasta al jefe de estación». Eso sería ahora Versalles. En los blogs se leen cosas peores, y con nombres propios: te dicen quién es el jefe de estación. Sin ninguna prueba. Mucha basura. Cobardía del anonimato. Territorio de impunidad. Lo que era la sierra con el bandolerismo es ahora el llano de los blogs. Más inquietantes, aleatorios y peligrosos. Te subías a una diligencia para cruzar Despeñaperros y sabías que te podía salir la partida del Tempranillo. Ahora entras en los blogs y no sabes lo que te puedes encontrar. Pueden robarle a cualquiera la fama, el honor, la credibilidad. La verdad misma es desvalijada a cada momento. Nadie sabe con qué intenciones. Y nada digo de los parientes cercanos de los blogs: la familia numerosa de los foros. Piense un tema, por raro que le parezca, y de eso hay setenta foros y siete docenas de blogs. Enlazados y conectados unos con otros. Donde todas las famas son puestas en almoneda. Donde todo fundamentalismo tiene su asiento y su «nick». Hay quienes aseguran que en los partidos políticos hay militantes que, bien desde la sede, bien desde su casa, se dedican diariamente, echándole horas y horas, a entrar en estos ámbitos de lo que sobre el papel es saludable libre opinión, para repetir las consignas al uso y para descalificar insultando y desprestigiando a quien se atreva a llevar la contraria a sus ideas. Los talibanes nos tienen rodeados.
Se está imponiendo una generalizada estética del blog virtual, y algo que es más triste: la ética del foro. Que es la absoluta falta de ética. Si esos usos quedasen por lo menos en internet, que tienes que entrar en una determinada URL para que te salga tanta basura destapada… Pero han saltado a los programas de cuchicheo y cotilleo de la TV, mal llamados del corazón. ¿Qué has hecho, corazón, para que pongan tu nombre a la basura? Con la misma temeridad e impunidad de los blogs, unos bien pagados foreros, sin mayor formación que su mala baba y su falta de rigor, haciéndose pasar por periodistas, opinan de todo lo opinable, asaltan honor y fama ajenos, de los vivos y los muertos, y se inventan lo que quieren. Ayer lo comprobé una vez más. Llamé a Houston y hablé con Amador Mohedano para preguntarle por Rocío. Sólo oyendo la voz de Amador sé cómo está Rocío, no me tiene que dar más detalles. Y le oí una voz llena de vida, de esperanza, hasta con su jí, jí, já, já. Colgué el teléfono y puse la tele. Allí, unos foreros inmisericordes estaban prácticamente metiendo a Rocío en la caja. En la caja del dinero podrido que trincan por repetir en la tele las mismas vilezas que otros bandoleros, asaltantes de la verdad, escriben gratis total en los blogs y los foros.