Juan Pedro Valentín
Javier Pérez de Albéniz
www.elmundo.es
25 de enero de 2006
Los informativos de Telecinco son los mejores. O eso me parece a mí: independientes, modernos, críticos, atrevidos, equilibrados…
Buena culpa la tiene Juan Pedro Valentín, un buen jefe de informativos y un excelente comunicador, tal vez el mejor de cuantos se situaban delante de las cámaras a las nueve de la noche.
¿Les gusta? Pues le acaban de poner en la calle: ayer no presentó el informativo y en breve le sustituirá Pedro Piqueras. La culpa del cese (o la dimisión, o como se le quiera llamar) no la tienen los informativos, impecables, sino las audiencias, implacables.
El informativo de ayer pudo ser especialmente emotivo, pero fue simplemente imperfecto. Sin Valentín los rácanos veinte minutos resultaron amargos. ¿Crecerán ahora las audiencias? Me importa un pimiento: como espectador de un informativo rechazo este simulacro de apariencia objetiva. Un informativo es mucho más que una cifra, es prestigio y libertad, es fuerza y periodismo.
Después de algunos intentos desesperados por seguir el ritmo de Antena 3 y TVE, los informativos de Telecinco dieron palos de ciego. Cambiaron de horario, de duración.
Juan Pedro Valentín no es uno de esos periodistas lunáticos que se creen por encima del bien y del mal. Entiende las reglas del juego y desde sus primeros días en Telecinco tuvo como prioridad construir unos informativos competitivos. Su retorno al plató, hace pocos meses, una decisión valiente con la que tenía mucho que perder y poco que ganar, demostró ese compromiso con la cadena.
«Es una tarde llena de felicidad… Luego tendremos fiesta», decía Emma García celebrando la emisión número 1.000 de «A tu lado». Un comentario tan banal como el mismo programa. Me temo que ayer en Telecinco no tenían nada que celebrar.