Complejos
Se ha armado un follón con la retirada de las tropas españolas de Kosovo que nos deja a la altura de un país bananero, sobre todo si se tiene en cuenta que todos los partidos (salvo los nacionalistas) están de acuerdo en el fondo de la decisión adoptada por Moncloa. Y observen las fotos que se han publicado en algunos periódicos sobre Chacón, y hace unos días sobre la ministra Aído. Las ministras aparecen con el pelo al viento, riendo a mandíbula abierta al lado de un titular sobre el aborto o comiendo con las tropas en francachela. ¿Por qué es relevante en las ministras aquellas imágenes que no lo son en los ministros?
En la cuestión de Kosovo, creo que hay un aspecto fundamental que no se ha valorado. España es miembro de la OTAN y tiene obligaciones con sus aliados. De acuerdo. Pero la misión internacional en Kosovo estaba basada en la defensa de la unidad territorial de la ex Yugoslavia. Porque la OTAN no es una ONG. Es una organización política y militar que tiene su estrategia y sus intereses. En el momento en que la OTAN, amparada en algunas potencias que son socios preferente en su Consejo (como EE UU) acepta la legalidad de las autoridades kosovares, el principio de la unidad territorial queda roto y violado. Y hace ya un año que eso sucedió. Por tanto, podrá acusarse al Gobierno español de muchas cosas, pero no de imprudencia ni de precipitación. Puede que la diplomacia, de nuevo, haya fallado en las formas, y puede que la coordinación entre los ministros sea muy mejorable (¿Por qué nadie se acuerda de Fernández de la Vega si se supone que está para poner orden?). En cambio, no creo que la imagen de España quede especialmente sovacada por este episodio. Quizá sobra quijotismo y falta serenidad. Irlanda lleva un año bloqueando el Tratado de Lisboa con su «NO» al referéndum, y esta votación está retrasando sobremanera el proceso de construcción política de la Unión Europea. Es el único país que ha rechazado este texto, que ya ha sido ratificado por el resto de Estados miembros. Sin embargo, no he visto a los irladenses, ni a sus políticos, fustigándose por ser la excepción. Aquí sí. Aquí enseguida nos consideramos una anomalía y aquellos que más dicen defender la patria son los primeros que critican ejercer la soberanía nacional. Quizá por eso nos entran los complejos de siempre.