Mis amigos

24 noviembre 2005

Con nombre propio

GUADALAJARA DOS MIL, 17-12-04
Guadalajara Dos Mil

Esta cara la ven cada lunes en la contraportada de nuestro periódico, y su firma encabeza muchos de los reportajes del suplemento La Colmena. Por uno de estos brillantes trabajos nuestro querido compañero ha merecido esta semana el premio que la Asociación de la Prensa de Guadalajara otorga al mejor artículo sobre el mundo rural. A pesar de su juventud, Raúl puede presumir de ser uno de los mejores conocedores de la provincia, especialmente de esas gentes y pueblos que no suelen ocupar grandes espacios en los medios de comunicación. Este ‘Labordeta de la Sierra’ (siempre tiene presente que su origen está en Galve de Sorbe) tiene una pluma afilada y comprometida que muy pronto se ha ganado el respeto y reconocimiento de nuestros lectores. Sabe, lo dice de la mejor manera y encima disfruta haciéndolo. A eso se llama profesionalidad. Enhorabuena, compañero, nos quitamos la chapela.

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GUADALAJARA DOS MIL
18-11-05

Escribir es vivir

Raúl Conde

Tomo prestado el título del último libro de José Luis Sampedro para decir que en la vida hay cosas que merecen la pena. Mucho más de lo que podemos soñar. La primera vez que publiqué un artículo en estas páginas fue hace seis años. Entonces vivía en Barcelona, estudiaba secundaria y mandaba colaboraciones a la prensa por amor al arte. Qué cosas. Lo cuento rogando clemencia al lector porque a mí me han enseñado que el periodista debe huir del protagonismo. Permítanme la frivolidad, pues, para decir que esta es mi última columna como redactor del DOS MIL. La salida es voluntaria, que conste. Y no por ello baja la Bolsa, ni Trillo deja su escaño, ni Alique se ha vuelto puntual. Los nombres en un periódico son acaso más etéreos que en ningún otro papel. Pero no me resisto a despedirme. Soy de la sierra y mi corazón, como el verbo, me ha salido impulsivo. Para mal –pido perdón a los que lo han sufrido en su latido más acelerado-, pero también para bien, porque me permite alimentar la conciencia y la libertad de criterio. Esta redacción, con el paso de los años y de los compañeros, se ha convertido en una escuela del oficio en Guadalajara. Me siento feliz por haber aportado mi modesto granito de arena. Aquí he aprendido que el periodismo todoterreno, el de la información local, no está exento de adrenalina. He comprobado que esta profesión tiene sus pasiones altas, pero también sus bajos instintos; y he descubierto, sobre todo, la importancia de mantener la ilusión. Agradezco al director la confianza brindada para trabajar. Y guardo para mí, para siempre, como mayor fortuna, a los compañeros que se han convertido en amigos. Te tienes que ir de los sitios cuando todavía eres capaz de llorar por ellos.