La Garlopa Diaria

12 enero 2009

A favor de Gaza. A favor de Israel

Fuente imagen: www.lemonde.fr

Fuente imagen: www.lemonde.fr

Si no fuera, como ayer escribía Manuel Vicent, un asunto que rezuma odio por todos los poros, provocaría cierta hilaridad la retahíla de comentarios, estupideces, bobadas y exageraciones que se han publicado y oído a raíz de las manifestaciones de este fin de semana para reivindicar el fin de la violencia en Gaza.

Estuve en la marcha de Madrid. A pesar de la mañana, soleada pero muy fría, la gente respondió. No creo que fuéramos 250.000 personas, como pregonaron los organizadores. Pero tampoco cuatro gatos, como apunta algún periódico.

Y hay varios puntos que me apetece vocear:

1º.- La manifestación no era antijudía, como han dicho hoy los tertulianos de Carlos Herrera y publican algunos diarios de información general. Fue una manifestación a favor del pueblo palestino, pero también israelí. No se pedía que se atacara a Israel. Se pedía el fin de la salvaje invasión por tierra y aire que está acometiendo el ejército hebreo en Gaza, con el silencio cómplice de buena parte de Occidente y violando un principio básico de las Relaciones Internacionales, que es el de la proporcionalidad. Ese era el verdadero fin. No hay otro.

2º.- Las acciones violentas que se produjeron al término de la convocatoria nada tienen que ver con los que allí estuvimos ni creo que con los promotores. Fueron acciones aisladas cuyos responsables son sus autores materiales. Y además sucedieron en un lugar distito (la embajada de Israel) al del final de la marcha (Sol). No se pueden exigir responsabilidades políticas, y mucho menos penales, arguyendo el silogismo. O el mimetismo, que tanto da. «Como el PSOE era uno de los convocantes… el PSOE y todos esos ociosos pancarteros son responsables de que cuatro descerebrados lacen bengalas contra la embajada israelí…» Que no nos conviertan en cómplices de acciones violentas en Madrid aquellos que justifican acciones bélicas mucho más graves en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Gaza.

3º.- No es verdad que todos los que apoyamos esta concentración seamos titiriteros, ni estómagos agradecidos, ni pancarteros, ni vividores. Tampoco pertenecemos a «la pandilla de la ceja» (Losantos dixit), ni sé lo que es eso.

4º.- Es cierto que durante la manifestación se quemó alguna bandera de Israel. Pero fue también un acto puntual que la prensa, alguna prensa, exacerba hasta el infinito, igual que han hecho con un tipo que en la marcha de Barcelona blandió una pistola falsa. Toda acción violenta o que haga apología de la violencia es injustificable. Pero insisto: al menos en Madrid, que es donde yo estuve, todo transcurrió sin problemas de orden público. Incluso con más calma que en otras protestas por acciones bélicas (véase Irak).

y 5º.- No soy socialista y no tengo carnet de ningún partido, pero me siento razonablemente orgulloso de la reacción que está teniendo el presidente Zapatero en este asunto. Tanto en la rueda de prensa que dio en Moncloa el jueves (cuando recibió a Abbas) como en lo que dijo el domingo en su intervención en Orense. El texto de su declaración del 5 de enero es inequívoca: Criticar, sin dobleces, la barbaridad que supone matar a más de 800 personas de forma indiscriminada es compatible con condenar las acciones terroristas de Hamas o de cualquier organización paramilitar. Zapatero, esta vez, creo que acierta: y además consigue así movilizar a un músculo que estaba algo dormido, que es la izquierda que sale a la calle. A protestar, ¿por qué no? Y a decir que el odio de hoy engendra las guerras de mañana, ¿por qué no?

¿Por qué se enfada tanto la derecha cuando la izquierda expresa sus convicciones en público, y unida?