La Garlopa Diaria

7 noviembre 2008

The Economist

La revista The Economist ha publicado un número especial dedicado a España en el que aborda la reciente historia económica de nuestro país y la coyuntura en la que afronta la crisis financiera. Cuando The Economist publica un artículo, los aludidos acatan el veredicto como si no admitiera recusación. Salvo Berlusconi, que si no recuerdo mal es el único dirigente del mundo capaz de haber dudado de la categoría profesional de este semanario. Y así le fue, claro.

The Economist recomienda a Zapatero:

-Flexibilidad del mercado laboral.
-Una mayor cohesión nacional y destierro de los localismos.
-El español como estandarte de los negocios.
-Mejora de la competitividad.

El reportaje central de este monográfico sobre España se titula «The morning after» y «After the fiesta». Vamos, que la fiesta se ha acabado y estamos ya instalados, con una resaca del quince, en el día siguiente.

Al margen del análisis económico, que ocupa el macizo de la información, a un periodista le puede interesar también la estrategia utilizada por The Economist para elaborar este número especial. El responsable del informe se llama Michael Reid. El País da algunas claves: «Para componer este informe, Reid ha pasado una temporada en España y ha entrevistado a grandes personalidades del panorama político, económico y social como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, varios ministros, dirigentes políticos, empresarios, académicos y otros pensadores. Los ejes centrales que vertebran el cuadernillo de 20 páginas resultantes de la estancia son sencillos: la fiesta de la prosperidad en la que España estaba inmersa ha terminado y el país corre el riesgo de enfrentarse a una recesión profunda. Reid calcula que durará cerca de dos años».

Para amplificar la repercusión de este trabajo, The Economist decidió organizar un acto para presentar el informe. Fue ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y participaron periodistas y economistas de prestigio.

Ojo al método: pisar la calle, vivir en el terreno sobre el que se va a escribir, análisis de fondo, cotejo de múltiples fuentes y opinión argumentada.

Ese es un tipo de periodismo, serio, riguroso, fiable, al que creo que debemos agarrarnos como un clavo ardiendo.